CRíTICA jazz
Homenaje y descubrimiento
Javier ASPIAZU
Las dos últimas propuestas musicales de la recién finalizada edición del 365 jazz Bilbao han sido de lo más afortunadas. “Mingus vive” es el nombre elegido por un octeto de encumbrados jazzmen peninsulares reunido para homenajear a uno de los genios imprescindibles del jazz moderno, el contrabajista Charlie Mingus, con motivo de los treinta años de su desaparición. El concierto ofrecido por este singular octeto conducido por tres contrabajistas (el madrileño Miguel Angel Chastang, el catalán Jordi Vila y el gallego Baldo Martínez) comenzó titubeante pero acabó siendo una festiva y gozosa celebración del swing, la originalidad y la riqueza armónica siempre presentes en las composiciones de Mingus, que integraron, como era de esperar, la totalidad del repertorio. Nos permitió además disfrutar del elocuente sonido del saxo tenor de Victor de Diego, de la fogosidad improvisatoria de Mikel Andueza al saxo alto o de la articulación brillante y precisa del veterano trompetista Antonio Ximénez, cuyos solos nos sorprendieron por su bravura y extremado virtuosismo. Lujosa sección melódica ésta, secundada en la rítimica por Mariano Díaz, al piano, que apenas tuvo oportunidades de brillar, y por el siempre eficaz y resolutivo Guillermo McGill a la batería, además de los citados contrabajistas, cuya iniciativa de recuperar la música de Mingus hay que considerar, con toda justicia, un verdadero acierto.
Al día siguiente, en el hotel Indautxu, y dentro de la programación paralela “Capital Jazz”, sorprendió la calidad y contundencia del trío internacional del inquieto pianista asturiano César la Torre (CLT trío). Integrado por el apabullante batería letón Artis Orubs y por el rotundo y virtuoso contrabajista griego Petros Klampanis, la música del trío de la Torre osciló entre cierta querencia lírica y una intensa improvisación free y recogió ecos del mejor pianismo contemporáneo (desde el EST trío hasta The Bad Plus, pasando por Mehldau y los artistas del catálogo ECM), pero desde una perspectiva propia e impredecible que hizo del concierto una experiencia siempre estimulante. Un trío joven, y sobradamente talentoso, que dará mucho que hablar.