Alarma sanitaria por el H1N1
Dos de cada tres vacunas de la gripe A irán a la basura
Tras la gran alarma por pandemia lanzada por la Organización Mundial de la Salud, que ha sido acusada de plegarse a los intereses de las farmacéuticas, los estados español y francés hicieron acopio de ingentes cantidades de vacunas. Lakua e Iruñea, por ejemplo, adquirieron cerca de 58o.000. A un día de cerrarse la campaña, se ha inyectado sólo un 25%, tras constatarse que se trataba de una gripe bastante leve.
Aritz INTXUSTA | IRUÑEA
Tres semanas después de que comenzara la campaña de vacunación contra la nueva gripe A y en vísperas de que concluya mañana, menos de un tercio de la población de riesgo ha acudido a ponerse la vacuna. Los estados español y francés, sin embargo, atendiendo a los análisis más catastrofistas que se lanzaron con la llegada del nuevo virus, hicieron acopio de ingentes cantidades de vacunas, que finalmente no serán utilizadas, ni en esta campaña ni nunca.
El Estado español, por ejemplo, compró 37 millones de vacunas a finales de verano. Su intención era «vacunar a un 40% de la población» y contar con reservas para inmunizar a otro 20% si se cumplían las cifras de mortandad que auguraba la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se afirmaba que sería necesaria una doble vacunación.
Para Nafarroa se reservaron 119.591 dosis contra la gripe A (99.175 para la población de riesgo, 9.715 para personal sanitario, 1.475 para trabajadores de residencias, 1.904 para policías, 400 para bomberos y 7.555 para embarazadas). La campaña de vacunación se cierra mañana y, según las proyecciones de datos del responsable del Servicio de Epidemiología, Ángel Barricarte, el total de vacunas que se administrará será de 35.000. Es decir, sólo se utilizarán un tercio. Los últimos datos, actualizados este martes, eran de 31.217 vacunas administradas a la población de riesgo en Nafarroa. A esta cifra, Barricarte calcula que hay que sumar que «entre 800 y mil policías y unos 200 bomberos».
La situación en Araba, Gipuzkoa y Bizkaia es similar. La campaña se inició el mismo día, el 18 de noviembre, y también está a punto de concluir. Con los datos actualizados este mismo lunes, se habían utilizado 81.680 vacunas para personas con riesgo de complicaciones, sólo un 20,5% de las previsiones, ya que el Gobierno de Lakua había calculado que necesitaría 463.000 (65.000 de ellas, destinadas a policías y personal sanitario).
Según publicaba ayer ``El País'', el 93% de los profesionales de Osakidetza no se han vacunado. Txema Arteagoitia, jefe del servicio epidemiológico de la CAV, cuestiona la veracidad de la cifra, aunque reconoce no contar aún con números exactos. Arteagoitia, por otra parte, no descarta retomar la campaña de vacunación tras las navidades.
¿Dónde va el dinero?
El responsable de epidemias del Gobierno de Lakua confirmó que las vacunas sobrantes «en principio no servirán para el año que viene», debido a la rapidez con la que muta el virus.
La decisión de la compra de vacunas fue tomada por el Ministerio de Sanidad español. Las dosis fueron adquiridas a las farmacéuticas Glaxosmithkline, Novartis y Sanofi Pasteur. El fármaco propiedad de Novartis, Focetria, según informaciones de la Cadena Ser, habría costado entre 10 y 15 euros por dosis. Se puede hacer, por tanto, una proyección aproximada del dinero despilfarrado.
El caso del Estado francés es aún más alarmante. París hizo acopio de 90 millones de vacunas (para 62 millones de habitantes) pensando que serían necesarias esas dos dosis. Más tar- de se demostró que con sólo una era suficiente, y finalmente se ha vacunado a 3.582.000 personas (unas 13.500 en Ipar Euskal Herria). En este caso, el dinero de la sanidad pública france- sa se lo embolsaron Novartis, Glaxosmithkline, Sanofi Pasteur y Baxter.
Rebelión en las consultas
Las causas de esta falta de interés y del recelo ciudadano ante esta campaña han sido varias. En primer lugar, lo que la OMS calificó de peligrosa pandemia global acabó por convertirse en una gripe bastante leve y casi nunca mortal. De hecho, la tasa de mortalidad por complicaciones derivadas de este nuevo virus es del 0,018%, equivalente a la gripe estacionaria. Tanto es así que se ha vacunado a muchas más personas para la gripe estacionaria que para la gripe A. En Nafarroa, la cifra de personas que han sido inmunizadas para la gripe común cuadruplica a los del nuevo virus.
En paralelo, desde un primer momento muchos han sido los profesionales que han puesto en cuestión el alarmismo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) con respecto a la gripe A. El propio presidente de los Colegios de Médicos del Estado español, José Antonio Rodríguez Sendín, acusó directamente al Ministerio de ceder ante una campaña de alarmismo lanzada desde la OMS, detrás de la cual se escondían intereses «económicos y políticos».
Rodríguez Sendín alegó en septiembre que, visto el comportamiento del nuevo virus a lo largo de todo el invierno en el hemisferio sur, la gripe A «es bastante más llevadera y leve que la gripe estacional» y anunció que no tenía intención de vacunarse.
«Esta pandemia de gripe A, al igual que la de la gripe aviar, es una estafa», afirma el director de la revista ``Discovery Salud'', el doctor José Antonio Campoy. «Las vacunas son peligrosas y esta alarma social responde a intereses farmacéuticos. De todos es sabido que las farmacéuticas financian a los partidos políticos», sostiene el especialista, que asegura que no se trata de un caso aislado: «No es la primera vez que pasa algo así. El negociete de las vacunas es una vieja historia. En tiempos de Saddam Hussein, Ana Pastor (ex ministra de Sanidad del PP) llegó a comprar millones de vacunas contra la viruela temiendo un ataque biológico. ¿Alguien sabe dónde están esas vacunas? Algunos dicen que las custodia el Ejército. Yo, desde luego, no tengo ni idea».
El médico de Iruñea especialista en medicina biológica Javier Martí Bosch también ha decidido no vacunarse. «¿Qué sentido tiene? La vacuna está sin ensayar. Nos han dicho que está muy probada su efectividad, pero no se ha publicado ningún ensayo clínico».
Este facultativo apunta, además, que las vacunas llevan plomo y mercurio. Martí asegura que «da bastante repelús meterse metales pesados en el cuerpo, cuyos posibles efectos secundarios aún no se han comprobado». Además, duda de la efectividad de la vacunación por otro motivo: «La OMS ha reconocido que el virus ha mutado y, si eso es cierto, la vacuna desarrollada en septiembre ya no sirve».
Otras voces críticas
Tampoco los farmacéuticos se explican el porqué del alarmismo de la OMS. El argumento sobre el que se basa la campaña de vacunación es «pueril», afirma el catedrático de Farmacología de la Universidad Autónoma de Barcelona, Joan-Ramon Laporte. «La actual pandemia de gripe es mucho más benigna que en años anteriores. Otros años morían en España entre 18 y 99 personas al día».
Entonces, ¿por qué se mantiene la situación de pandemia, cuando se ha comprobado que sólo se trata de una gripe leve? La respuesta de Laporte es tajante: «Las emergencias suelen conllevar la restricción de la transparencia y la rendición de cuentas, así como comportamientos autoritarios». Es una oportunidad idónea para la compra y aprovisionamiento de reservas estratégicas de antivirus y vacunas y, por tanto, hay quien ha hecho muchísimo dinero con esta gripe.
Esta idea es compartida también por el que se ha convertido en el rostro más popular, gracias a Internet, contra las políticas alarmistas de la OMS: la monja catalana Teresa Forcades. Esta benedictina denuncia que «gastar tanto dinero en vacunas y demás medidas profilácticas sin la suficiente base científica es un escándalo. Deben pedirse responsabilidades».
El experto en temas sanitarios Miguel Jara, autor del libro ``La salud que viene'', alerta de la extremada peligrosidad de los adyuvantes, potenciadores y conservantes que llevan las vacunas que se están administrando. Uno de los más preocupantes es el tiomeral (o timerosal), que se encuentra en Focetria, en Pandemrix y en una de las dos versiones (la multidosis) de Panenza, la vacuna destinada a las embarazadas. La diferencia entre Panenza y el resto es que no lleva coadyuvantes, por lo que se reduce el riesgo a una reacción perjudicial al medicamento. Sin embargo, el Ministerio se ha «olvidado» del timerosal, que es un excipiente que lleva mercurio, lo que afirman que puede provocar una serie de trastornos, incluido el autismo. «La Audiencia Nacional española ha admitido a trámite una reclamación de responsabilidad patrimonial al Ministerio de Sanidad y los laboratorios GlaxoSmithKline, Sanofi Pasteur MSD, Wyeth, Lederle y Berna Biotech España, fabricantes de vacunas con timerosal, por los posibles daños que haya causado», explica Jara. La demanda está impulsada por la Asociación Vencer el Autismo (AVA) y la Asociación para Protección Ambiental a través del Ecoturismo y en la Defensa de la Salud (ANDECO), en nombre de, al menos, 59 familias afectadas.
El responsable de la campaña de vacunación en la CAV, Txema Arteagoitia, asegura que la polémica del timerosal ya está resuelta desde un punto de vista científico. «Nosotros nos atenemos a lo que se nos dice desde la Agencia Europea del Medicamento (EMEA), y le han dado el visto bueno», afirma Areagoitia. El epidemiólogo vasco reconoce, no obstante, que el timerosal fue retirado de las vacunas durante un tiempo y que se ha recuperado debido a la necesidad de encontrar rápido una vacuna para la pandemia. De hecho, pese a la confianza que manifiesta en el EMEA, afirma que se está priorizando el uso del fármaco sin timerosal con las embarazadas vascas, pero «no tenemos reservas para todas». Las vacunas, salvo Panenza, llevan otra sustancia controvertida, el escualeno, prohibida en Estados Unidos hasta la llegada de la gripe A por sus posibles efectos dañinos en el sistema inmunológico del ser humano.
Sólo una de las tres primeras vacunas aprobadas contra la gripe A fue testada en humanos. La muestra fue de 62 personas sanas, que no formaban parte de ninguno de los grupos de riesgo para los que han sido recomendadas.
Los únicos antivirales que se utilizan para combatir la gripe A son Tamiflu y Relenza. No obstante, no son capaces ni de curarla ni de prevenirla. Pueden provocar daños si una persona sana los ingiere y no son recomendables para los menores de edad.
Los fabricantes de las vacunas y los funcionarios que decidan distribuirlas gozan de inmunidad legal. En caso de que se produjeran efectos adversos por las vacunas, será el propio Ministerio el que deberá de indemnizar a los afectados.