Tras dos esfuerzos titánicos en Tel Aviv y Badalona y con la visita del Real Madrid en mente, el Baskonia aprovechó la visita del indolente Olimpija para certificar su pase al Top-16 con la ley del mínimo esfuerzo y permitirse el lujo de hibernar ahora que los termómetros marcan mínimas anuales. Como muchos de nosotros cuando suena el despertador por las mañanas, el Baskonia saltó a la cancha perezoso y las rentas adquiridas le bastaron para pasar el trámite. Por no tener alicientes, el partido ni siquiera tuvo el estímulo de volver a ver en cancha a un Walter Herrmann que, al menos, se vistió de corto.

La falta de tensión fue patente desde el inicio en un partido en el que el frío exterior se contagió al interior del pabellón de Zurbano. Así, en un inicio marcado por los errores, al Baskonia le costó cuatro minutos y medio conseguir su primera canasta en juego en una acción al límite de Teletovic. Sin opciones reales, que sí virtuales de entrar al Top-16, la oposición del equipo esloveno, con sus estrellas ausentes, tampoco fue importante y dos chispazos del recuperado Huertas y de Teletovic dieron las primeras ventajas al equipo de Dusko Ivanovic.

A base de continuos cambios, en el segundo cuarto el montenegrino dio con un cinco con Micov, Splitter y Eliyahu que, se las amoldó para romper el partido, aprovechando que el ataque rival se estancó en los 18 puntos durante más de seis minutos.

Despierta Becirovic

Llena la despensa con 15 puntos de renta al descanso (36-21), el Baskonia se limitó a dejar pasar los minutos en la reanudación y la irrupción de un Becirovic al que se le da bien la pista de Zurbano permitió a los eslovenos ir metiéndose en el marcador, llegando a ponerse a seis puntos (50-44) en el último cuarto.

Sin embargo, ni el propio Union Olimpija creyó en sus opciones de victoria y el Baskonia se las apañó para sacar adelante un partido que no satisfizo ni al menos exigente.