XXI Concurso Villa de Bilbao
Rise To Fall y Filetones, ganadores del veintiún Villa de Bilbao
Un retraso de seis meses por la repentina acometida de obras, más la ausencia de media docena de bandas seleccionadas a concurso que tuvieron que ser sustituidas por reservas, no han sido suficientes tropiezos para la accidentada Villa de este año, ni han impedido que se haya vivido una de las ediciones de mayor afluencia de público y dos buenas finales con Rise to Fall. Akatu y Mendeku Itxua más el pop-rock de La Banda del Yuyu, No Aloha y Filetones.
P. CABEZA/I. FERNÁNDEZ | BILBO
La edición 21 del Villa debía de haber comenzado a finales de febrero, como es costumbre, pero un repentino ajuste de fechas por un presupuesto de obra a gastar o perder motivó el retraso del Villa hasta el pasado 15 de octubre. Demora que, posiblemente, ha sido la causa de que la lista de bandas reserva se agotara ante el goteo de formaciones seleccionadas que, por una u otra razón, no podían concursar en las nuevas fechas.
Organizado, no obstante, con la habitual pericia, solvencia y detalle, marca de Bilborock, el Villa ha transcurrido sin inconvenientes ni sobresaltos, a excepción del señalado universo cambiante de los grupos musicales.
Final pop
Las rachas no siguen pautas, van como el viento, de frente, de costado o de cogote; ahora vuelo, ahora me tumbo; ahora me encrespo, al tiempo, pendulo. El Villa ha disfrutado de esos caprichos de la naturaleza con bandas de extrema calidad, por su innovación, clase, actitud o profesionalidad, generalmente del otro lado de los Pirineos, pero desde hace unos años el azar propone linealidad, fuerzas ajustadas. La racha, como la anchoa, no se encuentra en nuestras aguas o necesita su tiempo. Y así devino la 21 edición y la final de pop-rock: todo bastante estandarizado y niveles de sabiduría muy terrenales.
En realidad, tampoco es una mala situación, pues desde un ángulo positivista cabe verlo como que el grueso musical ha mejorado y que ya casi no hay paquetes, restando distancia a las formaciones que se sitúan en niveles espirituales más altos. No Aloha, Filetones y la Banda del Yuyu partieron, por tanto, en igualdad de condiciones, con estilos diferentes y un futuro de claroscuros..
Así compuesta la noche, salieron a escena La Banda del Yuyu, (Girona), rock setentero y de viaje rutero, en ocasiones viajando desde el rock sureño a los Deep Purple de Dave Coverdale: terceros y 3.000 euros. No Aloha Madril), es un trío de punk-rock joven, con actitud y nervio, pudieron ganar, pero se quedaron con los 4.000 euros del segundo premio. The Filetones (Málaga) cerraron final con su soul de verbena y poco más, pero la suma de votos del jurado, les otorgo 6.000 euros y el primer premio.
Final metal
Hubo para todos. Heavy, thrash, metalcore, hardcore y death. Metal de todos los colores, en definitiva. Bilborock fue una fiesta. El ambiente fue precioso. El escenario era el soñado para la primera final íntegramente vasca de la historia del Villa de Bilbao. 21 ediciones han pasado para que se dé el eclipse y Rise To Fall fueron los elegidos la noche del pasado miércoles para llevarse el premio gordo. Akatu fueron segundos y Mendeku Itxua, terceros.
Vaya por delante lo extraño que siempre resulta ese afán del ser humano por medir y clasificarlo todo. Algo a lo que, quizá, la música nunca debería prestarse. Pero también es cierto que un certamen como el Villa de Bilbao parece un ente con personalidad propia que durante más de dos décadas ha estado donde la industria o el público no llegaban para prestar un apoyo necesario para la escena musical.
Lo del miércoles en Bilborock volvió a ser uno de esos momentos en el que el Villa parece un catalizador que revitaliza, en su justa dosis, una escena. Tres bandas de Euskal Herria se disputaban un concurso de nivel europeo. Todo fueron agradecimientos a la organización, al público y claro, buen rollo entre las bandas. Lo demostraron incluso tras otorgar el primer premio a Rise To Fall. Los dieciséis miembros de las tres bandas se fundieron en un abrazo ante el chaparrón de aplausos. Todo eran sonrisas. Nadie parecía dolido.
Eran las 20.10 horas cuando Mendeku Itxua comenzó con el bolo. Sufrieron durante dos temas para que el sonido fuese óptimo y quizá como consecuencia del barullo, se coló algún fallo. Luego los de Usurbil volaron alto hasta alcanzar el nivel demostrado en la fase clasificatoria. Hasta ganaron las guitarras de Ander y los tremendos golpetazos de Martín a la batería. Poco más se le podía pedir al cuarteto guipuzcoano. Su papel había sido digno y su heavy metal de corte clásico con alguna cabalgada thrash fue recibido con el mismo entusiasmo de su primera actuación.
Akatu sonaron tremendamente compactos y lúcidos. Dos cantantes, cada uno de una madre estilística, un tío con percusiones y dos guitarras, también enfrentados en sus formas, ofrecían una agresión metálica variopinta y cabal. Del metal de los 90 al metalcore actual, pasando por arrancadas melódicas repletas de guiños autóctonos. Y ahí se terminó la historia de Mendeku Itxua. Akatu fueron más efectivos en lo suyo, exprimieron mejor el sonido de Bilborock y sonaron más convincentes.
Rise To Fall volvieron a calcar su primera actuación en cuanto a nivel. El quinteto ya pasó por el Villa como invitado hace un par de años. Eran viejos conocidos. Pero su progresión asusta en lo positivo. Aún deberán crecer en las composiciones, excesivamente unidireccionales, la del death metal melódico vía Goteborg. Pero los bilbainos pueden presumir de tener un directo contundente, sin fisuras. Una buena base para crecer y crecer.
Mendeku Itxua volvieron a ceder. Su tercer puesto ya era claro. 2.000 euros para los de Usurbil. Quedaba por aclarar quién se llevaba 6.000 y quien 4.000. Al final, segundo Akatu y primeros Rise To Fall. Nada que objetar. Como tampoco habría nada que objetar si los ganadores hubiesen sido Akatu.
No obstante, en la noche del miércoles ganaron todos: las tres bandas, la sala y el público.
El Villa 21 se cierra con uno de los mejores años respecto al número de asistentes. Pueden ser las fechas, la cultura musical que va expandiéndose o la posibilidad de votar y, además, entrar en el sorteo de seis abonos para el BBK Live.
Bilborock estrenaba sistema de sonido y luces. De primeras costó hacerse a la nueva sonoridad, pero los oídos se despejaron a los pocos días. Buena estructura y la notable experiencia y manos de los responsables de la mesa de sonido.
Veinte años son muchos para no aprenderse una dinámica de trabajo, pero desde hace dos todo el equipo de currelas de Bilborock es nuevo, salvo alguna excepción. Con todo, la organización ha sido impecable en todos los aspectos.
Si 2009 ha sido un mal año para las cuentas y partidas del Ayuntamiento bilbaino, 2010 se prevé que sea también duro y complicado. Está además el desfase de medio año creado por las obras de La Merced y la posibilidad de que el Villa pase definitivamente a las fechas de este año. Los rumores también dejaron estribillos como un año en blanco o reajuste de bandas a concurso, número de ellas o cortocircuitar la vía internacional. En todo caso, especulaciones de pasillo.P. C..
Como viene siendo habitual en el Villa de Bilbao, en las finales sólo se dan a conocer los ganadores absolutos. El resto de premios se reservan para la correspondiente rueda de prensa y lucimiento del responsable del pertinente área del Ayuntamiento, en este caso Juventud y Deportes.
En consecuencia, quedan aún por conocerse la Mejor Banda de Bilbo, con grabación de cd más actuación en el local; Mejor Banda de E. H., grabación de cd más una actuación; Bilborock Zuzenean, premio otorgado por el público, con una actuación en la sala; premio Aste Nagusia a la mejor banda de Bizkaia, con un pase en las fiestas de la capital; premio Epiphone a los mejores guitarritas y bajistas de pop-rock y metal; premio Azkena Rock a la mejor banda de rock de Euskal Herria, con actuación en el preciado Azkena Rock de Gasteiz: premio Sonor al mejor voalista del concurso, con un equipo inlámbrico de microfonía; premio Arise Instruments al mejor batería, con una caja de batería Mapex o Pearl: premio FNAC, con distribución del disco en sus tiendas y actuación; premio Temple of Metal, con un directo en Bilborock. Además, en la modalidad pop-rock el cuarto grupo se lleva 2.000 euros y el quinto 1.000. Y 4.000 euros para el ganador de Nuevas Tendencias. Como puede verse, un buen puñado de ayudas.P. C.