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Deporte y solidaridad

Más vascos que nunca correrán por el Sahara

Casi medio centenar de atletas participarán el 22 de febrero en alguna de las carreras y por primera vez volarán desde Loiu hacia Tindouf. Aún hay plazas.

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Miren SÁENZ I

«A qué sí 100 corredores vascos» fue la apuesta lanzada por asiduos al Maratón del Sahara hace unos meses y aunque todavía no han podido completar esa cifra, por primera vez un vuelo chárter despegará desde Loiu hacia Tindouf con al menos medio centenar de atletas solidarios dispuestos a aportar su granito de arena para apoyar la causa saharaui.

La cifra tiene su explicación. La cita deportiva cumple una década así que la delegación optó por los números redondos «10x10=100», explica Goyo Eizagirre, uno de los responsables. Buscando esos dígitos han organizado diversas presentaciones para explicar su iniciativa.

«Siempre ha habido vascos. En la de 2009, sin ningún tipo de coordinación, participamos 20. Y en los últimos años la presencia vasca ha superado la quincena». Esta vez habrá bastantes más. De los aproximadamente 500 corredores de una veintena de estados que la organización calcula para la edición de 2010, al menos casi medio centenar procederán de Euskal Herria. Un número significativo que puede ir en aumento puesto que aún hay dorsales y plazas de avión disponibles para esa fiesta deportiva y reivindicativa que en esta ocasión se celebrará el 22 de febrero. No hace falta meterse en la piel de un atleta de élite para acudir. El pasado año hubo quien rondó las siete horas para finalizar los clásicos 42,195 kilómetros de la prueba reina entre El Aaiún y Smara, pasando por Auserd, por terreno pedregoso.

Otras posibilidades

Los no iniciados pueden optar por carreras más acordes a sus posibilidades, que también se desarrollan el mismo día. Con menor metraje se disputan el medio maratón, entre Auserd y Smara, la de 10 kilómetros -Farmacia-Smara-, la de 5 kilómetros -Paco-Smara- y la de 1 kilómetro destinada a los chavales ubicada en esta ocasión en Dahla. Muchos de los que han ido repiten e incluso algunos han dejado huella en el desierto, adelantándose al lema que la delegación de Euskal Herria ha acuñado para su temporada más numerosa.

La navarra Maitane Chueca tuvo ese honor por ser la última campeona del maratón. La alpinista de Arbizu viajó con su pareja sin intención de participar, aunque una vez allí se estrenó en la distancia y en el podio. Martín Fiz vivió el efecto contrario. El campeón mundial en Goteborg'95 se vio desplazado a la novena plaza tras sufrir una lesión en el gemelo derecho. Con anterioridad mejor le fue al multimedallista paralímpico Javi Conde, que le dejó un recuerdo imborrable.

El avión partirá el 19 de febrero y regresará el 26. Además del billete, los asistentes pagan una suscripción de 200 euros destinada a la construcción de un Centro Recreativo Juvenil en Dahla, un plan de becas y formación para atletas saharauis y la organización de la Liga Nacional de Fútbol. El desplazamiento sale por 650 euros, al margen de la inscripción. «El viaje es largo. Casi cuesta un día llegar y allí hay pocos medios. Es turismo solidario en los campamentos de refugiados», concluye.

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