El Ministerio de Cultura del Gobierno de España no tiene muy definido casi nada, pero ha decidido crear nuevos ``Premios nacionales» sobre diversas materias y así tener más titulares cada final de año. Acaba de dar el primero dedicado a la televisión, y como todo debe quedar en casa se lo han otorgado a la serie «Cuéntame cómo pasó». Todos los premios son injustos, pero todos los premios son, a la vez, merecidos. Si alguien lo decide, tendrá sus razones. Otra cosa es que los demás lo aceptemos como si se tratara de un designio ordenado por los dioses y no como una componenda. La serie en cuestión es una especie de noticiario documentado que pasa por la historia del siglo XX de una manera hartamente sospechosa de colocar una manta sobre la auténtica memoria histórica. Conste que el reparto es inmejorable, que tiene audiencia, que su factura formal no es demasiado ofensiva, pero me parece una triste serie, que transmite una continuidad funcionarial que desespera. Si esta es lo mejor, la cosa va mal.

Probablemente sea la serie más premiada de la historia de la televisión. La premian los televidentes que son a su vez lectores de una revista especializada, los profesionales, y ahora un jurado nombrado por el Ministerio, es decir que tiene muy buena aceptación y sigue siendo en términos de audiencia una serie de garantías, con muchos días que es el programa más visto. Entonces, nada que decir, felicitaciones, aplauso para los premiados y si les entrase a los guionistas, realizadores y productores un poco más de ganas de acercarse al documento real, que se escuchen todas las partes, que no hagan ver que se vivía estupendamente y que nadie era franquista, entonces la amaríamos un poco más.

Pero hoy será el día de los premiados, y ahora recuerdo un reportaje de ayer que hablaba de los premios de la lotería y los premiados y resulta que las personas que han tenido más veces la visita de la suerte han sido: Jesús Gil y Gil, José María Roca, el famoso urdidor de todos los favores inmobiliarios de Marbella y Carlos Fabra, el capo del PP castellonense. Es una casualidad que sean los más agraciados los más corruptos. Pura casualidad.