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«Se están enriqueciendo a marchas forzadas con los comedores escolares»

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Zuriñe Andrés
Representante da LAB en comedores escolares

Zuriñe Andrés Munitiz es representante de LAB -central mayoritaria en el sector- en la negociación del convenio de comedores escolares de la red pública. El conflicto por la mejora de sus condiciones laborales y la calidad del servicio lleva 14 meses estancado sobre la mesa de Lakua y la patronal.

Nerea GOTI

Alrededor de 3.500 trabajadoras están empleadas en las siete empresas que Lakua subcontrata para prestar el servicio de comedores escolares de la red pública de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Reclaman equiparación salarial con el personal de la Administración con el que trabajan codo con codo, aumento de la jornada laboral, reducción de los ratios y formación adecuada a la tarea que desarrollan. EHIGE (Euskal Herriko Gurasoen Elkartea) ha pedido a Lakua y patronal que se sienten a negociar, los sindicatos han desconvocado los paros de diciembre a modo de gesto para favorecer el acuerdo. Si la otra parte no desbloquea la situación, 2010 comenzará con más huelgas.

La equiparación salarial es una de sus principales reivindicaciones. ¿Con qué salarios buscan equiparar los suyos?

La equiparación que pedimos es al personal del Gobierno Vasco que trabaja con nosotras codo con codo. Esta equiparación se firmó en el 2003, donde quedamos al 100% las cocineras y al 95% las trabajadoras de office y monitoras. Este proceso de equiparación se fue dando durante 5 años progresivamente. Nuestro referente en todo momento fue la categoría de cocinero, pero lo que hemos comprobado es que las empresas ni siquiera han cumplido lo establecido en el convenio anterior, pues nos han equiparado a una categoría más baja, que es la de personal de cocina.

Los ratios son otra de las cuestiones fundamentales de su plataforma de reivindicaciones, ¿cómo trabajan ahora?

Denunciamos que los ratios son abusivos y que éste es un punto importante para la mejora y calidad del servicio. En el aula de 2 años, corresponden 9 niños para una monitora. Imagina lo complicado que a veces se nos hace en casa con uno, así que con 9 es toda una peripecia. En educación infantil: para una monitora 15 niños de entre 3 y 5 años, a los que en general hay que ayudarles a comer. En primaria, para una monitora 37 niños de 6 a 12 años y en ESO, 45 comensales para una monitora. Generalmente los turnos de comida oscilan entre 30 o 40 minutos, vamos ni el mejor de los camareros de banquete. Por otra parte, están los ratios del personal de office, que son las preparan mesas, sirven y recogen todo el menaje de cocina, para ellas el ratio está en 1 hora por cada 19 comensales, sin tener en cuenta cuántos turnos de comida hay, cuántas veces tienen que reponer y qué dimensiones tienen los comedores.

¿En qué mejorarían su servicio y sus condiciones laborales?

Al solicitar la bajada de ratios, estamos diciendo que los niños estarán mejor atendidos por más personal y la hora de comer podrá ser un ratio más relajado. Con la reducción de ratios lo que solicitamos es una reducción de carga de trabajo, un número inferior de niños por cada monitora y esto supondrá una atención mejor y más personalizada para ellos. Tenemos que decir también que cada día nos encontramos con más problemas de alergias alimenticias, con lo que hay que tener un control muy atento a estos comensales.

Demandan un aumento de la jornada. ¿Con qué objeto?

Lo que solicitamos es un aumento de jornada diaria en media hora. Este aumento de tiempo estaría destinado a la realización de funciones que hoy en día las realizamos fuera de nuestra jornada laboral. Con esta ampliación queremos llegar a realizar informes para padres y madres, a reuniones con la dirección del centro, a la reparación de los menús especiales, a reunirnos con padres y madres y a participar en los programas de las escuelas.

¿Por qué plantean una formación adecuada a su trabajo?

Las subcontratas a día de hoy no nos dan ningún curso específico de formación. Cuando digo especifico, quiero decir , destinado a nuestro trabajo. Se nos ofrecen cursos como el de manipulador de alimentos -obligatorio por ley-, corte de jamón y cata de vinos, entre otros. Son cursos destinados a hostelería y no a un colectivo de monitoras de comedor. Por ello, lo que pedimos son dos semanas de contratación, una a principios de curso y otra final, es decir, cuando no haya servicio de comedor, de modo que podamos formarnos, todas en igualdad de condiciones. Demandamos formación de aplicación en nuestro trabajo, como «afecto y alimentación», «desarrollo madurativo», violencia en las aulas, importancia del juego, entre otras.

Llevan desde junio de 2008 sin convenio, han convocado siete huelgas y han conocido dos gobiernos diferentes en Lakua, ¿han variado en algo sus relaciones con la Administración?

Sí, hemos observado una gran diferencia. Con el anterior la relación era más cercana, al menos hemos sido recibidas y hemos podido hacerles llegar nuestras demandas. Es verdad que estaban en situación de gobierno en funciones y pasaron la pelota al gobierno actual. El gobierno socialista lo único que nos ha trasmitido es que él no es parte responsable en esta negociación y que con los únicos que debemos negociar es con las empresas. Y no sólo que no quieren hablar con nosotras, sino que han intentado boicotearnos la huelga por medio de los servicios mínimos en camaradería con las empresas. En todas las huelgas habidas en comedores escolares nunca habían decretado servicios mínimos, pues no entendían éste como servicio esencial para la comunidad ni siquiera estábamos incluidas en el decreto de servicios mínimos que el gobierno socialista dictaminó para la huelga general del 21 de Mayo, pero vista la fuerza que hay en el colectivo, decidieron usar esta arma contra nosotras.

La última convocatoria estuvo marcada precisamente por la suspensión de los servicios mínimos que quería establecer el Ejecutivo de Gasteiz. ¿Cómo valoran este fallo a su favor?

La suspensión cautelar de los servicios mínimos supuso para la parte social un auténtico triunfo y a la vez nos sirvió de efecto revulsivo en aquellas trabajadoras que estaban en duda si salir a la huelga o no. La lectura que se hizo fue la de que se estaba vulnerando el derecho a la huelga, pues con los servicios mínimos el 80% de la plantilla tenía que ir a trabajar.

¿Qué respuesta han dado patronal y Gobierno de Gasteiz?

Tras el éxito de las dos últimas convocatorias hemos tenido contacto con las empresas. Después de 14 meses de negociación nos presentan una propuesta a la baja, demostrando su incapacidad de mantener una negociación firme y responsable. A nuestro parecer, hay dos agentes responsables en esta negociación, el Gobierno vasco -responsable de jornada, contratación para la formación y revisión de ratios- y las empresas, que parece que están saliendo de rositas en este conflicto. Estas empresas se están enriqueciendo a marchas forzadas desde que entraron a concursar en las adjudicaciones de los comedores escolares. Desde 2003, cuando firmamos la equiparación, se están forrando a cuenta de las arcas públicas y del trabajo de este colectivo. El Gobierno paga por una monitora 25 euros por hora, la empresa se queda 13 euros y la trabajadora 12. Haz la cuenta por jornada diaria y por 3.500 trabajadoras. Nos vemos ante una denuncia histórica de LAB ante la privatización de los servicios públicos, que convierte a subcontratas en gestoras de dinero público, sin ninguna responsabilidad y con el objetivo de llenar sus balances económicos a cuenta de las trabajadoras.

¿Cuál será el siguiente paso?

Debemos hacer hincapié en el trabajo que está llevando EHIGE (Euskal Herriko Gurasoen Elkartea), que ha hecho suyas nuestras reinvindicaciones, presionando tanto al Gobierno Vasco como a las empresas, para que se sienten y se desbloquee el conflicto. Los sindicatos hemos decidido suspender la huelga prevista para diciembre, con el fin de distendir la situación, entendiendo que hay una parte que se lo está currando y que apuesta por sacar este conflicto adelante. De todas formas, para enero están diseñadas otras dos huelgas si el conflicto no se desbloquea. Hasta ahora hemos llamado a la puerta del Gobierno vasco, pero llevaremos el conflicto hasta las empresas. Va siendo hora que estos señores interioricen el conflicto como suyo que es y no echando balones fuera y haciéndose las victimas. Está claro que el conflicto se va a ir intensificando y que el fin de este sindicato es presionar para que todas las partes implicadas entremos a una negociación firme y seria.

LAB, como sindicato mayoritario, tiene una gran responsabilidad en este conflicto. Actuaremos de una forma respon- sable y seria, con el fin de sacarlo adelante lo antes posible.

 

administración

«No sólo no quieren hablar con nosotras, sino que han intentado boicotear la huelga imponiendo servicios mínimos en camaradería con las empresas»

empresas

«Se están forrando a cuenta de las arcas públicas y de las trabajadoras. El Gobierno paga 25 euros por hora, la trabajadora se queda con 13 y la empresa con 12»

Formación

«Las subcontratas a día de hoy no nos dan ningún curso específico de formación. Por eso pedimos dos semanas contratadas a inicio y final de curso para formarnos todas»

A LA BAJA

«Tras el éxito de las dos últimas convocatorias hemos tenido contacto con las empresas. Después de 14 meses de negociación, nos presentan una propuesta a la baja»

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