Crónica | Movilización en Megapark
Una protesta contra el desarrollismo se salda con cargas y diez detenidos
iles de personas que estos días cogen el coche para ir de compras de centro comercial en centro comercial fueron interpeladas el martes por la noche en el Megapark por ocho «olentzeros» que se valieron de bidones llenos de hormigón para protestar contra el desarrollismo. Diez personas acabaron en comisaría y otras tres fueron identificadas. M
GARA
«Este año no he bajado del monte a la ciudad para hacer regalos, ni para celebrar que un año acaba y otro nuevo empieza. Harto de veros celebrar la navidad comprando artículos absurdos en mega-superficies y confundiendo la felicidad con lo que os venden los anuncios publicitarios... he venido con la firme intención de llamar vuestra atención. ¡Mirad en que mundo vivís! ¡Es injusto, horrendo, artificial, inhumano! ¿Qué se supone que queréis celebrar?». Éste fue el mensaje que desde Megapark lanzó el martes por la noche Olentzero. Alguno de los ocho que con los brazos metidos en bidones rellenos de hormigón bloqueó durante más de una hora las vías de acceso al citado macro-centro comercial y los «templos de consumo» que se levantan en su interior, para protestar contra «el consumismo salvaje y las grandes infraestructuras que exige este sistema devorador», como la Supersur, el TAV, las plantas de coquificación, o el propio Megapark que, como destacaron los protagonistas de la acción, está construido sobre el humedal de Zuloko-Ibarreta.
La protesta contra el desarrollismo, el consumismo y las grandes infraestructuras empezó en la tarde-noche del martes y concluyó en torno a las diez y media de la noche, cuando agentes de la Ertzaintza dispersaron violentamente a las personas que apoyaban la protesta y retiraron los bidones de la carretera. Según explicaron los protagonistas de la acción, los policías, mientras los bomberos liberaban de los bidones a los activistas, realizaron varias cargas e identificaciones. Al final, la protesta se saldó con diez detenidos -los ocho «olentzeros», una persona que les apoyaba y otra que conducía el vehículo de donde habían salido los bidones-, además de tres personas identificadas e imputadas por «desórdenes públicos».
Sacrificio por el «progreso»
Los participantes repartieron un escrito, con la firma de Olentzero, en el que el entrañable carbonero explica que «este otoño, en un acuerdo entre el Gobierno Vasco y las empresas constructoras, me han sido expropiadas por la fuerza las tierras, por las que pasará el Tren de Alta Velocidad» y que «parte del monte donde vivo quieren usarlo para canteras para hacer hormigón y otra parte para escombreras». «De pronto, he visto cómo destruían mi entorno, mi forma de vida, para el progreso de las grandes ciudades» señala Olentzero, ante lo que pregunta: «¿Por qué necesitarán las grandes ciudades sacrificar los montes, valles y pueblos para progresar?».
Frente a este negro panorama, sostiene que «mediante la autoorganización, juntando nuestras fuerzas para emprender nuestra propia lucha podemos pasar a la acción y hacer frente al capitalismo, al horrible mundo que genera y a la inhumana forma de vida a la que nos condena».