Han vuelto «Escenas de matrimonio» a la refundida Tele 5. Y han vuelto los actores que se escaparon hace unos años a Antena 3, se han incorporado nuevas caras, y solamente podemos señalar que no ha tenido un buen arranque en cuanto a la audiencia. Un síntoma. Porque formalmente, desde el diseño, hasta los decorados son nuevos, incluso existe un ritmo de realización más ágil, como más moderno, más cercano a los lenguajes visuales de nuestros días, pero como siempre, el problema reside en la intención, en la ideología subyacente de las situaciones, de las relaciones entre hombres y mujeres en todos sus formas y maneras. Y muy especialmente en la interpretación, para ponernos un poco cursis, en la estética utilizada por casi todo el elenco, muy antigua, paródica, a veces farsesca de trazo grueso, lo que marca y coloniza todo y que en ocasiones se contrapone al propio decorado, lo que no es nada más que una de sus características.

Así que tenemos un cortocircuito televisivo, una nueva tentativa de captar audiencias en una frecuencia muy baja, y quizás nos quede una buena sensación por las contradicciones que nos proporciona Sofres. Es decir, no está casi nada tan claro como parecía hace apenas unos meses. La variabilidad de los gustos de los telespectadores es una constante, lo que vuelve inseguro cualquier gesto programático que debe pasar el refrendo diario para saber su valor actual.

De tal manera que en «Sé lo que hicisteis...» están en claro receso de audiencias y ni siquiera la selección de la sustituta de Pilar Rubio les está otorgando un respiro, llegando a estar en los mínimos, lo que puede ser la antesala de la reconversión. Cierto es que si se pasan espacios largos sin visitarlo, queda claro que no se nota el paso del tiempo, es decir que es demasiado parecido cada día a sí mismo, cosa que debería ser bueno, pero que nos parece que cansa, que se agota. Algo que me chocó. Las pruebas, las situaciones a las que colocan a las candidatas a reportera nos parecen faltas de gusto. Incluso marcadamente sexistas. No sé, fue un ramalazo, pero son señoras estupendas, guapas, inteligentes y sobran los comentarios machistas de sus compañeros.