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INFLUENCIAS DEL ROCK VASCO

Los ecos procedentes de la cara oculta de nuestra particular luna

La casualidad siempre ha existido en el rock. Una canción que recuerda a otra, un grupo influenciado o la búsqueda de un sonido crean parentescos que, pese a no ser tangibles, enriquecen la mística que rodea escuchar música. A continuación, un pequeño catálogo histórico con algunos reflejos internacionales perceptibles en la escena local.

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Izkander FERNANDEZ | BILBO

«Gaua». Ama Say. Guitarras entrecortadas, ecos nocturnos y melodías extraterrestres. Los de la margen izquierda provenían, en cierta medida, del espacio exterior. De la misma galaxia que sus canciones. «Gaua» bien podía ser un homenaje directo a Pixies. Ubicado en el primer larga duración de la banda, «Ikusi ditut umeak kalean ametsak akatzen» (Esan Ozenki 1993). El tema en cuestión tenía numerosas líneas compositivas cercanas a las de los héroes de la Serie B rockera.

Lo cierto es que el debut discográfico de Ama Say era un hijo de su tiempo. Una curiosidad de una industria discográfica, la vasca, que empezaba a vislumbrar hasta dónde podía llegar en materia de independencia artística. Ama Say bien pudieron ser una de las primeras cabezas de turco en dicho aspecto. Es de suponer que en Euskal Herria los Pixies eran conocidos, si no por muchos, sí por los más listos de la clase. Y Ama Say debían estar en el pelotón de los que mejores notas sacaban en aquellos primeros años 90.

No es que «Ikusi ditut umeak kalean ametsak akatzen» sea un ejercicio de mimetismo. En general, obviando «Gaua», era un disco abierto, desparramado, épico y valiente que indagaba en el pop rock alternativo e independiente anterior a la explosión de Seattle y el grunge. Sebadoh, Pavement, Sonic Youth, Pixies e incluso referencias clásicas con guiños a Velvet Underground. Posiblemente, la primera y la última vez que una banda euskaldun se atrevió a moverse por esas coordenadas del mapa rockero.

Pero «Gaua» era pura magia. Los reflejos de «All Over the World» o «Hang Wire» son evidentes pero, qué demonios. El fin justifica los medios en ocasiones y en ésta no cabe duda. «Gaua» debería estar en los altares del cancionero rockero vasco.

Lo curioso fue que en «Say Ama» (Esan Ozenki 1994), el segundo y último disco de Ama Say, la propia banda tiró de la ironía. En un momento en el que los miembros de Pixies caminaban ya por separado, Black Francis había publicado «Teenager of the year» como Frank Black y Kim Deal «Last Splash» en el seno de las Breeders, Ama Say terminaban la letra de «Papillons Noire» con la siguiente frase: «I'm not the teenager of the year, neither the last splash». Y no, ya no lo eran. «Say Ama» presentó a unos Ama Say mucho más personales y más empeñados en el fondo que en la forma.

El triste adiós de los de Santurtzi fue inamovible durante más de una década. Afortunadamente, Ama Say está en la actualidad sobre nuestros escenarios enriqueciendo la memoria colectiva de las nuevas generaciones.

Pasión por los clásicos

Salto en el tiempo. «Jainko ateoa». La última composición de «Payola» (Roadrunner 2009), de Berri Txarrak. Riffs pesados, densos, mucosos y de cadencia estática. Black Sabbath por los cuatro costados. Sabor añejo y zas, un arreglo de guitarra, como un reflejo solar que rebota en una ventana y castiga la vista por unas décimas de segundo.

Es algo que encaja en el concepto del disco y que los propios miembros de la banda han reconocido en entrevistas a lo largo de los últimos meses. Buscaban un sonido entre lo clásico y lo crudo, así que no es de extrañar que Sabbath apareciesen por algún lado. Más cuando los Berri Txarrak de la actualidad se basan en el riff como principal herramienta de trabajo.

Volviendo al final de «Jainko ateoa», aunque sea por casualidad, merece la pena tirar de archivo y, para quien no lo conozca ya, sumergirse en el «Paranoid» de 1970. Allí, más concretamente en «Planet Caravan», cualquiera puede apreciar lo hermosas que pueden llegar a ser las casualidades. Paul Auster estaría totalmente de acuerdo con esto último. Algo similar puede ocurrir «Solitude», perteneciente al «Master of Reality» (1971). Matices lejanos para sentimientos cercanos.

«Payola» es un documento excepcional en ese sentido. El trío afincado en Lekunberri ha aprovechado su amor por el rock musculoso para crear una colección de canciones que bien parece un catálogo de puentes entre la actualidad y diferentes momentos del pasado. Un recuerdo para Kyuss en el inicio de «Etorkizuneko aurrekari guztiak», gotas de sudor en una camiseta de Nirvana en «Achtung!!!» y cabalgada épica a lo Led Zeppelin incluida en «Paperezkoa». La versión más rockera de Berri Txarrak hasta la fecha.

¿Conexión posible?

Danba publicó tres discos. En los dos primeros, «Plataforman» (Basati Diskak 1990) y «Esamesaka» (Basati Diskak 1991), el grupo de Laudio ofrecía una visión del punk más melódico de lo que se acostumbraba en Euskal Herria a finales de los años 80 y principios de los 90. Incluso en torno a la producción se encuentran ciertas diferencias con el entorno de la época. En cierto modo, el sonido de Danba guardaba ciertos paralelismos con el punk underground de Hüsker Dü, banda estadounidense del panorama independiente compañera de fatigas de REM que nunca llegó a cuajar en las listas de ventas.

Resulta complicado saber si Danba tuvo algún contacto real con Hüsker Dü. Aunque la propia inercia del combo alavés hace pensar en positivo. Los de Laudio siempre estuvieron inmersos en una evolución que va desde el punk visceral y lascivo de sus inicios, a un punk rock más pausado y melódico en «Plataforman» o «Esamesaka», para terminar en el funk rock de «Frango Funts» (Esan Ozenki 1992).

Líneas de bajo, estribillos y coros sitúan a los dos primeros discos de Danba en la órbita de las grandes obras de culto de Hüsker Dü: «Candy Apple Grey», «Zen Arcade» y «New Day Rising». ¿Existe alguna conexión? Si no es así, que sirva esta invitación para acercarse a las discografías de ambas bandas.

Metal sobre metal

Últimos coletazos del Rock Radikal Vasco y en Eibar hay cuatro chavales más heavis que el infierno con ganas de bañar Euskal Herria con una tormenta de decibelios. Su Ta Gar daban sus primeros pasos con una maqueta que los convertía en clásicos de por vida. Como es lógico, la maqueta reeditada posteriormente como «1987-1989», mostraba a unos Su Ta Gar más pelados, con una visión más simple e inocente de la vida y de la música. Las influencias de aquel joven cuarteto también eran más claras que en ningún otro momento de su carrera. El binomio Iron Maiden-Judas Priest engrasaba el grueso de sus composiciones e inicios tan arrebatadores como los de «Basamortuetako zaldunak», «Gudari» y «Elektrik Ai!» dejaban poco lugar a la imaginación. Todo lo contrario a lo que vino después.

DEBUT

El debut discográfico de Ama Say era un hijo de su tiempo. Una curiosidad de una industria discográfica, la vasca, que empezaba a vislumbrar hasta dónde podía llegar en materia de independencia artística.

actualidad y pasado

Berri Txarrak, trío afincado en Lekunberri, ha aprovechado su amor por el rock musculoso para crear una colección de canciones que bien parece un catálogo de puentes entre la actualidad y diferentes momentos del pasado.

Los brazos de la batidora

Bertso-hop. Aquel concepto ideado por Negu Gorriak era toda una declaración de principios. Transgredir sin miedo a no romper por completo. Indagar en otras raíces desde las raíces propias. Del bertso de Jon Maia al rap de Public Enemy. Al igual que a Ama Say, cada uno en diferentes dimensiones, a Negu Gorriak también le tocó ejercer de pionero en una escena que se encontraba inmersa en la exploración de su capacidad elástica. El grupo de los Muguruza, Arkarazo, Anestesia y Abrego le sentó a la escena como un chándal y unas zapatillas de deporte: era la hora de hacer ejercicio.

Las referencias musicales fueron el elemento de combustión del motor de N. G. En sus inicios nombraron en numerosas ocasiones a Public Enemy, lucieron camisetas de NWA, otros negros pidiendo justicia y libertad a gritos desde su particular negro. Urban Dance Squad también fue un referente importante para los guipuzcoanos que colocaban la identidad musical de su banda en una banda sonora compuesta por rock, rap y reggae. Además, Nirvana, Rollins Band o Tapia Ta Leturia aparecieron retratados de una u otra forma en sus agitadoras y necesarias instantáneas. Si disfrutar de N. G. ha de ser un fin en sí mismo, utilizar su legado como un puente a otros estadios de conocimiento, se antoja necesario en un momento en el que el planeta necesita varios N. G. repartiendo leña. I. F.

BINOMIO

El binomio Iron Maiden-Judas Priest engrasaba el grueso de sus composiciones e inicios tan arrebatadores como los de «Basamortuetako zaldunak», «Gudari» y «Elektrik Ai!» dejaban poco lugar a la imaginación.

PARALELISMOS

El sonido de Danba guardaba ciertos paralelismos con el punk underground de Hüsker Dü, banda estadounidense del panorama independiente compañera de fatigas de REM que nunca llegó a cuajar en las listas de ventas.

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