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Fede de los Ríos

Cuentos navideños

Díaz Ferrán, jefe de los empresarios, este año lo dijo alto y claro: «Los empresarios no somos culpables de la crisis, hemos creado la riqueza» para, a continuación, abogar por una bajada de salarios en los convenios

En primera página de los periódicos españoles aparece un titular destacado que, con ligeras variaciones, podría ser «El mensaje de Navidad del Rey en ETB, lo más visto en el País Vasco» y «ETB consiguió durante la retransmisión del discurso navideño de Su Graciosa Majestad el 24,4% de cuota de pantalla». Ante tal afirmación caben, al menos, dos preguntas. La primera es ¿qué ponían en el resto de televisiones? Conocemos la respuesta: lo mismo. La segunda ¿24,4% de qué total de espectadores? No se sabe.

Una gran victoria de la democracia de estado impuesta en las colonias de la periferia. Eso y la cabalgata de Reyes también recuperada por los demócratas que será retransmitida el día 5 para solaz del pueblo. Con grandes y eminentes políticos como los que nos gobiernan disfrutamos de grandes y eminentes avances tanto en lo social como en lo espiritual.

Se me ocurre que, para el próximo año, el discurso navideño lo podrían hacer los Reyes Magos de Oriente y el rey de la Occidental España, Juan Carlos, y su familia podrían realizar la cabalgata y repartir los regalos. Más que nada por romper la monotonía. A buen seguro ETB seguiría con similar cuota de pantalla y la monarquía ganaría adeptos entre la infancia.

Al Borbón los regalos no se los dan los Reyes, sino los empresarios. Como el regalo del yate «Fortuna» en el que colaboró Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la CEOE, que en estos momentos está en horas bajas, el pobre; bueno, él y sus 650 trabajadores de Air Comet, una de sus empresas, que se han quedado sin cobrar y en la calle. Por eso, el Gobierno acude en su ayuda (en la del empresario, no en la de los trabajadores, como vuestra sagacidad habrá ya imaginado) con 6,4 millones de euros. Una nimiedad si lo comparamos con los millones de subvención recibidos anteriormente al hacerse cargo de las líneas aéreas. Y eso que Gerardo, nada partidario de la intervención estatal en la economía, declaraba hace dos años que «la mejor empresa pública es la que no existe, y lo realmente necesario es más libertad de empresa, más mercado, más desregulación y más competencia». Curioso.

Díaz Ferrán, jefe de los empresarios, este año lo dijo alto y claro: «Los empresarios no somos culpables de la crisis, hemos creado la riqueza» para, a continuación, abogar por una bajada de salarios en los convenios. Y la cosa, queridos, es meridianamente clara: si los empresarios, es decir, los que poseen los medios de producción, no son los culpables de la crisis, por simple deducción, los responsables tienen que ser los que trabajan en dichos medios de producción, los trabajadores. En una economía capitalista, de mercado, como gustan decir los liberales y socialdemócratas, no existen más agentes sociales en juego, más clases sociales que dirían los obsoletos marxistas. Eso o el Espíritu Santo, el que cubrió a María.

Miguel Lazpiur, presidente de Confebask, nuestra patronal, ayer mismo dijo que «Díaz Ferrán lo está haciendo realmente bien». Apriétense, pues, los machos los asalariados vascos, y váyanse quitando de los gastos superfluos navideños. Eso o el combate.

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