Es habitual que el ministerio del Interior de turno y más cuando quien es titular es un aprendiz de Rasputín como Pérez Rubalcaba, viole la correspondencia y la utilice para causar el mayor perjuicio posible al violado, pero no suele ser ni lógico ni usual que unos medios que se dicen nacionalistas, y que están al servicio y bajo control del PNV, se presten a ello.

La publicación de una carta privada de Arnaldo Otegi, preso en Soto del Real, a otro preso en la cárcel de Zuera (Zaragoza), en la que le hace una serie de consideraciones, es una violación del derecho a la intimidad. Y mucho más cuando como afirman los periódicos que la publican, no hace sino explicar las tesis que ha venido defendiendo hasta ahora.

(...) El líder de esa parte de la izquierda abertzale tiene derecho a una correspondencia privada y, aunque los responsables de Interior suelan carecer de ética, unos medios de comunicación vascos no pueden caer en la misma miseria moral que quienes le han filtrado la misiva. (...)