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Un hexacampeón nacido de las convulsas cenizas de las glorias anteriores

El Fútbol Club Barcelona ha firmado un 2009 histórico. Desde su inexperiencia en los banquillos de élite, Pep Guardiola ha llevado al conjunto blaugrana a la gloria absoluta tras recoger un equipo agotado y en clara cuesta abajo una vez finalizados los éxitos de la etapa de Rijkaard.

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Beñat ZARRABEITIA I

En mayo de 2006, el Barcelona alcanzó su segunda Copa de Europa gracias a los goles de Eto'o y Belletti ante el Arsenal en París. El título suponía la culminación de las exhibiciones que estaba ofreciendo el conjunto que dirigía Frank Rijkaard en el banquillo y Joan Laporta y Txiki Begiristain desde los despachos. Ronaldinho era el mago, Eto'o ponía la firma con sus goles y unos jóvenes Messi e Iniesta comenzaban a enseñar su esplendoroso futuro.

Sin embargo, apenas doce meses después, el proyecto empezó a mostrar signos de agotamiento. Ronaldinho apenas entrenaba con el grupo, se refugió en el gimnasio y las noticias en torno a sus presuntas salidas nocturnas se sucedían, algo que ya había denunciado Luis Fernández cuando le dirigió en el PSG. La actitud de Deco también era puesta en entredicho y Eto'o daba nuevas muestras de su insoportable egoísmo. El Madrid de Fabio Capello tiró de casta y fue capaz de remontar su desventaja para hacerse con el título liguero. En Champions, un gol de Craig Bellamy permitió al Liverpool eliminar a los culés.

Para poner freno a la situación, Laporta contrató a Thierry Henry con la intención de revitalizar el equipo. En balde. La autogestión del vestuario propuesta por Rijkaard se vino abajo. Las voces críticas se sucedieron. Edmilson, Gudjohnssen o Eto'o fueron algunos de los que pusieron en tela de juicio la situación del conjunto culé. El fracaso en Liga se confirmó con el cuatro a uno, con pasillo incluido, al que le sometió el Real Madrid en el penúltimo partido de la campaña 2007-2008.

Laporta apuesta fuerte

Con dos títulos de Liga y una Champions debajo del brazo, Frank Rijkaard dejaba Catalunya. Se acababa un ciclo. Joan Laporta, perseguido por los medios españoles, se enfrentaba también a una moción de censura y la continuidad del trío formado por Ronaldinho, Deco y Eto'o parecía imposible. Ante ello, la primera decisión fue tirar de barretina y orgullo designando a Pep Guardiola como nuevo técnico del primer equipo.

Nadie conocía la casa como el de Santpedor. Había jugado en todas las categorías inferiores, había sido recogepelotas y fue uno de los estandartes del Dream Team de Cruyff. Catalán y catalanista. Íntimo de Lluis Llach y admirador de Miquel Martí Pol, su nombramiento suponía una especie de retorno a las raíces del club. Al tiempo llegaba Gerard Piqué. Uno de los hijos pródigos que había dejado La Masia para probar en el fútbol inglés.

El 17 de junio de 2008, durante su presentación, Guardiola aseguró que planificaba la plantilla sin contar con Ronaldinho, Deco y Eto'o. Y así fue. Los blaugranas contrataron al mencionado Piqué más Dani Alves, Cáceres, Hleb y Keita, pero no se deshicieron de Eto'o. Deco y Ronaldinho, en cambio, salieron con destino al Chelsea y al Milan. Mientras, Laporta se mantuvo en el cargo tras superar la moción de censura. Eso sí, un 60% de los socios votaron en su contra.

Arranque con derrota en Los Pajaritos

La temporada no pudo arrancar de peor manera, puesto que el Barcelona perdió ante el Numancia en Soria. En la segunda jornada, el Racing consiguió arrancar un empate en el Nou Camp. Las críticas contra Guardiola comenzaban a aparecer. El nerviosismo ya era latente en un entorno sumamente impaciente, pero el de Santpedor mostró su carácter haciendo debutar al centrocampista canterano Sergi Busquets en la tercera fecha. Los blaugranas ganaron y se dio inicio a una de las etapas más gloriosas que ha conocido el fútbol moderno.

Las goleadas se empezaron a suceder, el fútbol de los culés arrasó a prácticamente todos los rivales con un juego sumamente atractivo. La primera oportunidad de sumar un título llegó con la disputa de la final de Copa. El Athletic mantuvo sus esperanzas gracias al gol de Toquero, pero el segundo tiempo fue un martirio para el equipo vasco. El cuatro a uno final fue reflejo la superioridad blaugrana.

En Liga, un impresionante dos a seis en el Bernabéu certificó la grandeza del conjunto dirigido por Pep Guardiola. Un majestuoso Piqué en defensa, el manejo de Iniesta y Xavi en la medular, la calidad de Messi en banda y la agresividad de Eto'o en el área dejaron patente la superioridad blaugrana. En Champions, tras el agónico tanto del manchego en Stamford Bridge, el Barcelona superó en todo al Manchester United en Roma. Los catalanes se quedaron con la pelota, su principal argumento ofensivo, y desarmaron por completo al equipo de Ferguson y Cristiano Ronaldo. Tercer título de 2009.

Ligeros retoques para seguir igual

En pretemporada, los culés cambiaron a Eto'o por Ibrahimovic. Guardiola argumentó falta de sintonía con el camerunés y logró deshacerse de él. Cáceres, Hleb y Gudjohnssen también dejaron Can Barça. El proyecto siguió su camino. En la Supercopa, los azulgranas superaron sin mayor problema al Athletic. Empezaba a emerger la figura de Pedrito. Ya iban cuatro.

El joven canario también marcó en la final de la Supercopa de Europa frente al Shakhtar ucraniano. El quinto entorchado. Antes de cerrar el año, el círculo del éxito ha sido cerrado con la victoria en el Mundial de Clubes ante el Estudiantes de la Plata (Argentina). Un éxito insuperable y difícilmente igualable. Guardiola y su filosofía futbolística y personal han conseguido armar un equipo de dimensión histórica partiendo de las cenizas de un proyecto agotado y que se aprestaba a viajar al desguace.

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