Eguzki se opone a la reforma nuclear porque «alarga la vida de las centrales»
GARA |
La organización ecologista Eguzki ha mostrado su rechazo a las medidas de «reforma global de la energía nuclear» aprobadas el pasado miércoles por el Gobierno español porque, entre otras cosas, incluye un plazo de vida de las centrales establecido en 40 años y renovable de manera «extraordinaria», un almacén de residuos radiactivos y una subida de la luz del 2,6% para los consumidores.
A juicio de Eguzki, el Ejecutivo de Zapatero ha hecho «seguidismo» del presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán. «Le ha concedido lo que hace una semana éste le exigía: garantía a la energía nuclear, que los consumidores deban pagar más en la factura eléctrica y mayores ayudas públicas para sus inversiones y beneficio», indica en un comunicado.
Explica también que la subida de la Tarifa de Último Recurso (TUR) de electricidad en un 2,64% a partir de enero no tiene relación directa con la evolución de los costes de la electricidad y «afecta a las maltrechas economías familiares».
Así, recuerda que desde el año 2004 hasta la actualidad ha habido seis subidas de la tarifa eléctrica, que suman un 28,6 %, sin que ello haya supuesto «una política de mejora energética, sino un alza de los enormes beneficios que de forma vergonzosa siguen reclamándonos y obteniendo las empresas eléctricas».
«Esta brutal subida del precio de la luz, la mayor de los últimos años, dicen que tiene como única finalidad compensar el supuesto déficit tarifario», afirma Eguzki, al tiempo que cuestiona la existencia de ese déficit tarifario .
Junto a ello, aporta el dato de que el IPC se encuentra en valores negativos y la previsión es que se cierre el año por debajo del 1%, «por lo que cualquier subida de precios por encima del IPC en estos momentos es desproporcionada».
A juicio de la organización ecologista, «éste es el ejemplo del uso de la ecología como una arma en manos de multinacionales energéticas, que permite vender el `desarrollo sostenible' mediante políticas liberales de consumismo de recursos en un objetivo de impulsar el beneficio de dichos poderes y multinacionales que destruyen el planeta».
Para Eguzki, «no hay criterios económicos, ecológicos ni democráticos que avalen la reforma que alarga la vida de las centrales nucleares, ni la subasta chantajista a los municipios con la ATC (almacén de residuos radiactivos) ni la prórroga de Garoña». A este respecto, denuncia «el incumplimiento de las reiteradas promesas electorales del PSOE de cierre de Garoña y eliminación de la energía nuclear, por decisión política, y por lo tanto, no rebatible ni recurrible, sobre plazos de prórrogas».
«Por vieja, por peligrosa, por innecesaria, por estar amortizada, porque lo demanda la sociedad y por obligación con la promesa electoral», Eguzki exige el cierre inmediato de Garoña y, al mismo tiempo, denuncia «todo intento de prorrogar la vida de las nucleares y la subida de la tarifa eléctrica».