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Los tres espeleólogos atrapados en una sima de Larra están bien

A primeras horas de la noche de ayer los equipos de rescate lograron contactar con los tres espeleólogos que el pasado miércoles quedaron atrapados en una sima de Larra, a 700 metros de profundidad, cuando realizaban trabajos de cartografía en una zona kárstica próxima a la Piedra de San Martín. Todos ellos están bien y se espera que salgan sin dificultad.

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Iñaki VIGOR |

Los tres espeleólogos -dos franceses residentes en la ciudad de Lille y otro griego- quedaron atrapados el pasado miércoles por la mañana en una sima del macizo de Larra, a unos 700 metros de profundidad. Junto con otros cuatro espeleólogos, habían descendido para realizar trabajos de cartografía en una zona próxima a la Piedra de San Martin, en los límites de Nafarroa, Zuberoa y Bearne.

Según informaron ayer fuentes de la Gendarmería, cuando los espeleólogos se encontraban en la sima Romy, el nivel de las aguas subterráneas ascendió y tres de ellos quedaron aislados por un sifón que habían atravesado el día anterior, antes de quedar cubierto por el agua.

Los otros cuatro integrantes del equipo se encontraban a unos 420 metros de profundidad y, al ver las condiciones en que se habían quedado sus compañeros, decidieron salir al exterior y dar la alarma.

El viernes por la noche llegaron hasta el lugar tres submarinistas especialistas que iniciaron las labores de rescate. Según sus cálculos, necesitarían al menos quince horas para descender los 700 metros de desnivel y llegar hasta el lugar donde quedaron atrapados los tres espeleólogos, y al menos otras diez horas para poder salir con ellos hasta la superficie.

No obstante, estos especialistas aclararon que todo dependería del estado en que se encuentren los tres espeleólogos atrapados, ya que la temperatura media a esa profundidad ronda los 5 grados y, además, no disponen de ningún tipo de alimentos.

En el mejor de los casos, los miembros del equipo de rescate advirtieron el viernes de que no sería posible que salieran a la superficie antes de hoy por la mañana. Sin embargo, otras fuentes señalaron que no podrán hacerlo antes de mañana por la noche.

Su prioridad era llevarles alimentos, bebidas calientes y ropa seca, así como comprobar si se encuentran en condiciones para poder salir de allí por sus propias fuerzas o es necesario recurrir a la ayuda de otras personas para poder izarles hasta la superficie.

Los equipos de rescate lograron abrirse camino a través del sifón que había quedado anegado, aunque en principio temían que tuvieran que esperar hasta que descendiera el nivel del agua en ese punto.

Último contacto

El último contacto con los tres espeleólogos atrapados había tenido lugar el miércoles por la mañana, cuando uno de los miembros del grupo pudo hablar con uno de ellos a través del sifón que mantiene bloqueada la salida. Desde entonces no había sido posible establecer comunicación con ninguno de ellos, por lo que se desconocía el estado en que se hallaban.

«Sabemos que están aislados desde el miércoles y que no disponen de comida. De momento, resulta totalmente imposible hacerles llegar alimentos. La situación es delicada», informó el viernes el coronel Eric Soupra, adjunto a la dirección de los servicios de rescate de los Pirineos Atlánticos.

Por su parte, los cuatro espeleólogos que consiguieron llegar a la superficie confían en que sus tres compañeros podrán salir también sin mayores dificultades, ya que han estado en otras muchas ocasiones en esa misma sima y la conocen muy bien.

Aunque desconocían el lugar exacto en que quedaron aislados, confiaban en que sus tres compañeros estuvieran en un lugar seco y sin riesgo de quedar cubiertos por las aguas subterráneas. También mostraron su preocupación por el hecho de que estaban sin alimentos desde hace cuatro días.

Para un rescate similar se necesitaron 80 horas

Poco después de las cinco y media de la madrugada del día 9 de agosto de 2007 salía a la superficie Anette Van Houtte, una espeleóloga belga que se había accidentado en la sima AN-51, de Larra, y permaneció 80 horas bajo tierra antes de poder ser izada al exterior. Cansada y herida, pero sonriente por haber podido salir al fin desde los 650 metros de profundidad en que había quedado atrapada, esta mujer se había fracturado tres dedos del pie izquierdo y tenía una profunda herida en el tobillo. En esas condiciones permaneció cuatro días inmovilizada, a 5 grados de temperatura, hasta que los equipos de rescate lograron sacarla en una camilla especial. I.V.

Una laberíntica red de galerías con más de 50 kilómetros de desarrollo

En el macizo de Larra es casi imposible ver agua en superficie pese a ser una de las zonas con mayor cantidad de precipitaciones de Euskal Herria. Toda la que cae en forma de lluvia o nieve se filtra a través de la roca caliza, formando uno de los conjuntos kársticos más importantes del continente europeo.

El desgaste producido por el agua en la roca a lo largo de millones de años ha creado numerosas simas y una descomunal red de galerías subterráneas, cuyo desarrollo total se estima en más de 50 kilómetros. Gran parte de estas galerías ya están catalogadas, pero otras muchas todavía son desconocidas.

En esta zona del Pirineo, entre Nafarroa y Zuberoa, está la sima de San Martín, con un desnivel de 1.360 metros. En su interior se encuentra La Verna, la sexta mayor sala del planeta, con 255 metros de largo, 245 de ancho y 180 de alto. I.V.

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