Jesús Mª Alquézar I

Montañas menores y sin embargo grandes montañas, son las que hoy proponemos ascender desde `Mendia' por los alicientes que guardan su ascensión. Es una excursión excepcional en el extremo N y guipuzcoano de la Sierra de Aralar, de las que hacen o renuevan afición. Si el lector la completa no quedará nunca defraudado. Ambas montañas se sitúan en el extremo septentrional de la cadena, últimos baluartes de `Malloak'.

Nace esta excursión en el Bº de San Martin de Amezketa, un `auzoa' de numerosos caseríos que embellecen el pie del monte. Aunque se puede continuar por carretera alrededor de un kilómetro, hasta el baserri Altuna, recomendamos iniciar esta escapada desde el área de ocio existente, con mesas y un jatetxe. El punto de encuentro es excepcional con la fachada «puerta de Aralar» por Gipuzkoa, atrayendo las miradas los Txindoki, Larraone, el barranco de Arritzaga y el grande y bonachón Zabalegi, sin embargo poco visitado, a la izquierda. Hacia allí, primero sobre el asfalto, inicia el mendizale sus primeros pasos por la carretera, hasta encontrar el camino natural -Larrondo-, que penetra decididamente en la montaña, con la referencia de que está balizado con las marcas rojiblancas de la GR 121-GR 20. Entre un cerrado bosque autócto no, el bien trazado y conservado camino gana altura con numerosos lazos, para llegar al cruce con indicador de GR´s 121 y 20, en terreno despejado -bucólico espacio con la borda de Andregoeña-. La vía que tomará el excursionista es la que resueltamente enfila la sierra, por un precioso y estrecho camino en balcón, que domina el `camino de minas', destacando a sus pies el monolito «Anduitz» y toda la cordillera, afortunadamente bien conservada. Esta ruta rodea el Zabalegi por el W, hasta el momento que encuentra un farallón de roca blanca. En esta ocasión se debe remontar por este vallecito a la izquierda y al E. Con la referencia de la borda pastoril de Arangoene, el deportista observará un pasillo herboso, un repecho sin camino claro, que conduce directamente al montañero a la cresta mixta de hierba y roca y a la modesta cima de Zabalegi, con buzón.

Enfrente, a la izquierda, quedan las Malloas, y su primera cota es el Artubi. Se pierde altura hasta el collado y se inicia de forma libertaria el ascenso hasta el perfil de Malloak y cima de Artubi. Una alambrada marca la muga de Gipuzkoa y Nafarroa, y tras ella, en las cercanías queda la altiva cresta de Balerdi-Mallo-Zar, otra posibilidad si al deportista le ha parecido corta esta salida. La cumbre de Artubi, coronada también con buzón, es igualmente humilde, pero es un incomparable mirador hacia Aralar y sobre toda Gipuzkoa, reconociendo toda la orografía en un ejercicio visual insuperable, montañas, collados y valles al alcance de nuestra mirada. Es un lugar para descansar y fotografiar. Un regalo, ante tan hermoso y dilatado paisaje, que citarlo aquí es imposible. Una vista de disfrute.

Y hay que regresar. Perderá de nuevo altura el mendizale al collado entre Zabalegi y Artubi, donde es obligatorio buscar dos bien conservadas txa bolas cupulares de los gentiles. Allí mismo nace el camino de circunvalación del Zabalegi. Es otro buen marcado sendero, con viejas balizas rosadas, que pierde altura por la vertiente E. Sin posibilidad de error, se alcanza el camino balizado con las marcas rojiblancas de la GR, para continuar después hasta el indicador referenciado en la subida, y discurriendo por la misma ruta de ascenso finaliza la salida en San Martin de Amezketa, donde el almuerzo en compañía será un placer exacto.