La fiesta y la reivindicación, como es habitual en este país, se dieron cita ayer tarde en Donostia, en esta ocasión de la mano de Euskal Herriko Kirolariak. Si ya era conocida la gran adhesión que KirolHaerria había concitado entre los deportistas vascos de todas las modalidades y categorías, ayer se pudo ver que la de sus seguidores no es menor. Ante esa comprobación, no parece necesario rebuscar argumentos para rebatir, por ejemplo, la acusación de que este año la selección vasca de fútbol no ha podido jugar debido a la postura de algunos jugadores de un equipo. La única postura intransigente ha sido tradicionalmente y sigue siendo la de quienes niegan a los deportistas la opción de jugar con la selección que deseen, con la que se sientan representados, ellos y sus miles de seguidores, muchos más que los que ayer acudieron al festival.

No es fácil justificar la imposición, pero con una inestimable ayuda mediática pretenden disimularla con argumentos tan peregrinos como que no deben mezclarse deporte y política. Así, el deporte ligado a una nación, a una bandera, es presentado como algo anormal... siempre y cuando esa nación no tenga un estado propio que le garantice el reconocimiento de su soberanía. En ese caso no cabe tachar a los deportistas de localistas y excluyentes. Sin embargo, si en algún caso es plausible ligar el deporte con la reivindicación, lo es sobre todo cuando los deportistas ven impedido su derecho a representar a su nación. Y son precisa y paradójicamente quienes niegan ese derecho los que los tachan de excluyentes.

El de ayer fue un gran espectáculo que unió sin complejos deporte y reivindicación. Una reunión en defensa del deporte, de los deportistas vascos y de todos los ciudadanos que se identifican con ellos. En defensa de la nación vasca y no de aquel «sano regionalismo» que la democracia española no ha sido capaz, no ha tenido voluntad, de superar. Un gran espectáculo y algo más: el compromiso de miles y miles de deportistas y seguidores de seguir trabajando para lograr algo tan razonable como representar a su nación, Euskal Herria.