Crónica | Recepción en Lehendakaritza
López alza su copa y expone sus deseos para 2010 en un evento muy «normal»
Es una estampa muy común que, al son de las doce campanadas, a unos instantes de despedir el presente año, se alcen las copas para brindar y lanzar buenos propósitos para el nuevo año que llama a la puerta. Lehendakaritza fue testigo ayer de una puesta en escena similar, pero sin campanadas. Patxi López, fue anfitrión por vez primera, y todo encajó bien en su «normalidad».
Zuriñe ETXEBERRIA
Ayer era la primera vez que el nuevo inquilino de Ajuria Enea, Patxi López, ejercía como anfitrión en la tradicional recepción «a la sociedad vasca» que anualmente tiene lugar a finales de año en Lehendakaritza. Alrededor de medio centenar de personas, de diferentes ámbitos, se daban cita en un patio abarrotado. El evento se desarrolló con normalidad -el concepto que tanto le gusta resaltar a López-, sobre todo por la amplia representación política. Por parte del PNV, aparecieron a la llamada del nuevo lehendakari casi todos los que son: Iñigo Urkullu, José Antonio Ardanza, Javier Balza, Xabier Agirre, Nerea Antia, Mikel Martínez y, cómo no, el ahora presidente de Petronor, Josu Jon Imaz.
Del PP se vio a Leopoldo Barreda, Antonio Basagoiti, Ramón Rabanera, Iñaki Oyarzábal y Laura Garrido, codo con codo junto a la ejecutiva del PSE. Mikel Basabe, de Aralar, Mikel Arana, de EB, y Gorka Maneiro, de UPyD, también se sumaron al evento.
Estuvo el secretario de UGT de la CAV, Dámaso Casado; la jueza Garbiñe Biurrun; el presidente del Athletic, Javier García Makua; el del Bilbao Basket, Jon Arrinda; los presentadores de televisión Iñaki López y Adela González; y La Otxoa u Oscar Terol, por el mundo del espectáculo, entre otras caras conocidas. Ninguna sorpresa, por tanto.
Se abre una «enorme puerta»
El evento, que comenzó con retraso, quiso representar esta vez un «viaje alrededor de la historia del País Vasco» a través de distinto textos literarios, algo que ya se ha convertido en norma en las celebraciones de Patxi López. Unas estrofas de `'Bereterretxeren Kantoria'', cantar zuberotarra del siglo XV y de autor anónimo, dieron comienzo a una puesta en escena dominada por la lectura de breves líneas de célebres escritores como Lauaxeta, Gabriel Aristi, Harkaitz Cano, Bernardo Atxaga o Itxaro Borda. Clásicos y modernos, esta vez sin Joseba Sarrionandia, que tanto dio que hablar en la investidura.
Tras casi veinte minutos de exposición literaria, Patxi López subió al escenario y se situó frente al atril para iniciar su discurso, antes de brindar y desear a todos un feliz año nuevo. El nuevo lehendakari, ése del que más del 70% de la sociedad desconfía según el último Euskobarómetro, inició su intervención explicando que había querido «reconocer el pasado para, a la vez, reivindicar el derecho a conquistar el presente para construir juntos el futuro».
En su alocución, el nuevo inquilino de Ajuria Enea pidió «confianza» y llamó a «unir fuerzas para combatir fuerzas y hacer país». López adelantó además que su gobierno va a plantear un debate «general» a la sociedad sobre el modelo de futu- ro. «Cerramos el año, pero abrimos una enorme puerta» al debate y la participación, avanzó.
Tras haber lanzado sus propósitos para el año que está al caer, txakolí espumoso en mano, Patxi López alzó su copa para brindar ante sus invitados «por toda la buena gente» del país. Como se ve, todo muy normal.
