Los guionistas de Hollywood tienen un gran mérito, y Marc Lawrence es uno de ellos, porque consiguen diferenciar unas películas de otras a base de leves giros argumentales que las hacen aparentemente originales, aunque en el fondo no lo sean y obedezcan a un mismo esquema que se repite ad nauseam. Pero todas ellas tienen un fallo en común, y en eso «¿Qué fue de los Morgan?» no es una excepción, ya que si se ha visto el trailer se sabe perfectamente de que va la historia.

La gracia de lo que les ocurre a la pareja de ficción compuesta por Hugh Grant y Sarah Jessica Parker reside en su lugar de destino. Ellos son unos urbanitas neoyorquinos que se van a separar por culpa de una infidelidad de él, cuando son testigos de un crimen, lo que les obliga a acogerse a un programa de protección de testigos. Les ocultan entonces en un pueblo perdido de la América profunda, donde deberán amoldarse juntos al estilo de vida rural.

Sin embargo, no es la pareja estelar la que anima al público potencial a acudir al estreno, sino la secundaria. Sam Elliott y Mary Steenburgen, como el sheriff local y su esposa, serán los anfitriones; y ambos se apoderan sin esfuerzo de la función, sobre todo ella, que hace una divertida imitación de Sarah Palin. Por supuesto que Hugh Grant y Sarah Jessica Parker están capacitados para darles una cumplida réplica, pero han alcanzado ese status de intérpretes acomodados que se guían por la ley del mínimo esfuerzo cada vez que les toca protagonizar una comedia de consumo.