Todas las biografías de artistas que explicitan determinadas conductas privadas resultan polémicas y «El cónsul de Sodoma» retrata la homosexualidad del poeta Jaime Gil de Biedma sin ahorrarse ningún exceso.

Otro de los elementos controvertidos es la caracterización de Jordi Mollà, que, a falta de parecido físico, se concentra en determinadas actitudes tachadas en plena época franquista de escandalosas. Es la manera de remarcar las contradiciones que ya de por si definieron la vida del personaje real, en cuanto miembro de la alta burguesía catalana que aspira a llevar una conducta liberal, rodeándose de un grupo de intelectuales que en la Barcelona de los 60 se desmarcaron del orden establecido. Están el editor Carlos Barral (Josep Linuesa), el novelista Juan Marsé (Alex Brendemühl, o la fotógrafa Colita (Isabelle Stoffer), entre otros muchos.