Maite SOROA
La protesta en las cárceles
Las presas y presos políticos vascos, abocados a una nueva protesta por el progresivo endurecimiento de sus condiciones de vida en prisión, son una vez más objeto de las iras de la caverna mediática española.
En el periódico «La Razón» llegaban al disparate más disparatado: «Con su último comunicado, los presos de ETA se han reafirmado en lo que casi todos los demócratas sabían ya: que de la única forma con la que saben argumentar es con las pistolas». ¿Han leido algo de pistolas en el comunicado? Servidora, no.
En un intento de descalificar la protesta, intentan ridiculizarla: «Pero, además, han querido aprovechar el minuto de notoriedad que les han granjeado estas amenazas para dar la paliza con su habitual propaganda». Tabarra, y gorda, la que dan los de «La Razón», créanme.
Y para concluir la pieza, el editorialista ofrece sus consejos a Rodríguez Zpatero: «La pretensión de la banda criminal de ganar protagonismo a través de este tipo de protestas con las que pretenden chantajear al país en su conjunto deberán tener como respuesta, si finalmente se producen, la fortaleza de un Estado que tiene en el cumplimiento de la Ley y la lucha contra el terror sus pilares innegociables». Todo en esta vida es innegociable... hasta que se empieza a negociar.
También «Diario de Nava- rra» ofrecía su editorial al asunto para, de forma evidentemente contradictoria, sentenciar que «salvo la repercusión en periódicos, radios y televisiones, la maniobra carcelaria no tiene el menor interés ciudadano. Menos aún cuando su anuncio nos evita el efecto sorpresa». Pues no entiendo cómo, si no tiene interés, le dedican nada menos que el editorial. Son así de raritos.
Pero lo mejor es cuando se ponen a teorizar sobre las razones que llevan a las presas y presos a la protesta: «Hace seis meses la histórica sentencia de Estrasburgo no dejó ningún resquicio político a los terroristas. Lo saben pero se resisten a reconocerlo». ¿Qué tendrá que ver la protesta anunciada en las cárceles con la sentencia de Batasuna? Yo, por lo menos, creo que nada de nada.