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Los rojillos deberán remontar en El Sadar

Una vuelta con todos los alicientes

La ida frente al Hércules no despejó ninguna duda, ni para bien ni para mal. El 2-1 final deja las espadas en todo lo alto para un envite de vuelta en el que, a priori, la emoción está servida. El gol del oportunista Galán mantiene viva la llama del pase a cuartos coperos.

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OSASUNA 1
HÉRCULES 2

Natxo MATXIN I

Osasuna tendrá que trabajarse, y mucho, el pase a los cuartos. El 2-1 del Rico Pérez deja el pase muy abierto, pero también muy peligroso para los intereses rojillos. No hay más que recordar que el Hércules cosechó idéntico resultado en la anterior eliminatoria ante el Almería, también un Primera, al que eliminó y derrotó en la vuelta (0-1).

Los de Camacho deberán estar más firmes en defensa -mantener la portería a cero será clave- y tomarse muy en serio a un rival, cuyo mayor valor es el bloque y la actual confianza que acumula después de una trayectoria espectacular en su estadio -sigue sin perder desde hace un año- y del firme paso que protagoniza en la categoría de plata, donde es líder con un reciente bagaje positivo en el que viene sumando en sus últimas siete jornadas ligueras y es el conjunto menos goleado. Datos que no hacen sino corroborar lo difícil que va a ser dejar a los alicantinos en la cuneta.

Esa mencionada seguridad que ahora mismo tienen en sí mismos posibilitó que los anfitriones impusieran su dominio, prácticamente desde el inicio. Ni siquiera el estado del terreno de juego, muy encharcado en algunas zonas, fue obstáculo para los de Esteban Vigo, en principio menos acostumbrados a fajarse entre el barro.

Bastante blandito, el doble pivote rojillo ni se hizo con el balón ni estuvo fino a la hora de abortar las acometidas locales. Sólo durante los inicios de cada tiempo -las mejores fases osasunistas- el equilibrio fue más palpable. Esa igualdad la rompió en el primer periodo el buen saber hacer de Tote y en la reanudación una jugada suelta.

El choque estuvo determinado por tópicos y paradojas y, sobre todo, caracterizado por el intenso ritmo, más aplaudible dado el aspecto del césped, y el gran número de ocasiones por ambos bandos.

En el apartado de los lugares comunes, el gol dio poso a cada escuadra, como es lógico, para imponer su teoría futbolística. El Hércules se asentó todavía más cuando consiguió el 1-0 y Osasuna ofreció su mejor imagen a partir del momento en el que cosechó el empate gracias a la pillería de un Galán que incluso dispuso de alguna otra buena oportunidad.

En el de la ilógica, los dos últimos tantos llegaron justo cuando peor lo estaba haciendo cada equipo. Los rojillos lograron la igualada en el momento en el que el Hércules parecía tener más controlado el choque y, viceversa, los líderes de Segunda vieron la luz cuando estaban más tocados por un 1-1 que no se esperaban.

Estrategias contrapuestas

Cada uno empleó sus armas exprimiendo al máximo sus virtudes y tratando de esconder los defectos, que también los hubo. De Osasuna se esperaba que el balón no tocara mucho suelo, como así hizo en la mayor parte del encuentro, mientras que el Hércules trató de mimarlo con mayor vistosidad, especialmente cuando estuvo en los pies de un Tote que fabricó entre líneas.

La disposición de ambos onces fue acorde a esa dispar estrategia. Los alicantinos se mostraron más juntos, con más ayudas y unas líneas mucho más cercanas; los de Camacho, con pronunciada verticalidad, legión destructora y constructora muy diferenciadas y envío largo. Y esa estrategia a punto estuvo de echar por tierra todas las esperanzas que la grada tiene depositadas en este torneo si Portillo hubiera acertado con la red y no el palo. Demasiado castigo, en cualquier caso.

Camacho: «El 2-1 no tuvo que subir al marcador porque hubo falta previa sobre Echaide»

La repetición televisiva deja entrever que Delibasic intenta evitar que Echaide salga a taponar el remate de Del Olmo que se convertiría en el 2-1 definitivo. Pero el fútbol también es picardía y contacto, aunque de ello se quejó amargamente el técnico rojillo, José Antonio Camacho. «El gol no debió subir al marcador porque hubo falta previa sobre Echaide -manifestó-, por lo que lo más justo hubiera sido un empate».

El preparador murciano, que lamentó las ocasiones falladas por los suyos, calificó el encuentro de «muy competido y con muchas alternativas». «Nos costó adaptarnos, pero en la primera y en la segunda parte pudimos marcar algún gol más. Además, hubo un agarrón claro en el segundo gol», resumió.

Respecto al rival, el de Cieza manifestó que esperaba encontrar un Hércules tan fuerte: «Lo hemos estudiado, jugó contra el Almería y le pudo en los dos partidos, estábamos avisados. A un partido todos los equipos somos muy parejos».

El hombre más esperado tras el choque era Jorge Galán. No sólo por su gol, sino por el destino futbolístico que le puede deparar el mercado invernal en las próximas horas. Respecto a si entrará dentro de la operación Colunga en calidad de cedido, el de Garde se cerró en banda. «No quiero hablar de ello, cuando tomemos una decisión ya se comunicará», aunque dejó caer una pista: «A mí el cuerpo me pide jugar».

En cuanto a la recuperación de su olfato goleador, el escurridizo delantero manifestó sentirse «contento en lo personal», pero fastidiado por no haber obtenido otro resultado. «Ahora nuestra obligación es demostrar en Pamplona que queremos pasar». GARA

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