Caja Laboral presentó ayer en Iruñea el informe «El futuro de las variables demográficas y del mercado de trabajo en la Comunidad Foral de Navarra para el período 2006-2060». Confirma la pérdida de población a largo plazo, la necesidad de recurrir a la inmigración y a generalizar la conciliación de la vida laboral y familiar. A la vez destaca que para garantizar las actuales «tasas de generosidad» de las pensiones será necesario que «no crezcan por encima del IPC» y se produzca un «retraso de la edad de jubilación hasta los 70 años». Así lo indicó el director del Departamento de Estudios, Joseba Madariaga, en presencia del responsable de la entidad cooperativa en Nafarroa, Alfonso García, y el director del área Desarrollo de Negocio. Xabier Egibar.

Desde hace ya unos años las entidades privadas y responsables políticos no conciben el futuro de las pensiones si no se endurecen las condiciones de acceso y de cobro de las mimas por parte de los jubilados. En este caso, Madariaga precisó que el peso de las pensiones en el conjunto de la economía navarra en 2060 será del orden del 7%, similar al actual, pero «sobrepasaría el 12% si la jubilación se mantiene a los 65 años y las pensiones crecen al mismo nivel que los salarios». Este dato que «por sí sólo no parece dramático», pero habría que «conjugarlo» con otras acciones en la Sanidad o en la Educación.

Aumento del 120%

El director del Departamento de Estudios de Caja Laboral precisó que las pensiones contributivas pueden crecer en Nafarroa un 120% hasta el año 2060 y, de ahí, que se plantee un aumento progresivo de la edad de jubilación hasta llegar a los 70 años en 2040. Reconoció, sin embargo, que el porcentaje de activos dentro de treinta años será similar al actual entre los 60 y los 65 años, por lo que no se trata de que hasta los 70 años trabajen el cien por cien todos los efectivos del mercado laboral. Pero indicó que «es necesario abordar una serie de cuestiones y adoptar medidas si se quiere mantener el estado de bienestar». Entre éstas, además de demorar la jubilación, propuso incentivos a la natalidad, la integración de la población inmigrante y políticas de conciliación e igualdad. El estudio parte de unas proyecciones demográficas que sitúan el índice de natalidad en 1,86 para el año 2050 (1,39 en la actualidad) y la esperanza de vida en 86,3 años al reducirse la tasa de mortalidad en un 35% en los próximos 50 años en todos los grupos de edad y en ambos sexos.

Otras proyecciones se refieren a la inmigración y a ese respecto calcula que experimentará una reducción del 65% sobre sus niveles actuales, por lo que pasará de una inmigración neta anual de 9.000 personas a 3.200, siendo el mayor descenso en el periodo.

Estas proyecciones implican que Nafarroa contará en 2060 con una población de 875.000 personas, un 20% con edades entre 0 y 19 años, otro 51% entre 20 y 64 años y un 29% con más de 65 años, por lo que con respecto a la actualidad «pierde peso el grupo en edad de trabajar y crece mucho el de las personas mayores», donde también se localizan la mayoría de los dependientes. Por eso, llamó la atención de que si no mejora la tasa de natalidad y si se reduce la inmigración, la cifra de habitantes se situaría en 430.000 personas y una población envejecida.