El conseller de Cultura y Medios de Comunicación, Joan Manuel Tresserras, admitió ayer que la compra del archivo del fotógrafo Agustí Centelles por parte del Ministerio español de Cultura «ha enfriado» las relaciones entre ambas instituciones. También valoró que, antes de que esto ocurriera, el contacto entre ambos entes había sido «una relación institucionalmente muy buena».

En la etapa de Ángeles González-Sinde, concreta, valoró que habían sido «particularmente cordiales, tanto en el terreno personal como a nivel operativo, porque nunca había habido una regularidad tan alta de reuniones entre la cúpula del ministerio y la del departamento». Sin embargo, la compra del archivo Centelles supone «una mancha», porque «entendemos que no es aceptable que el Ministerio actúe con un tesoro patrimonial de estas características sin contar con el departamento» y agrega que «no podemos juzgar a qué nivel del Ministerio se produjo eso, pero hay una incomodidad por nuestra parte».

Para el mandatario catalán, sin embargo, «el trato correcto y la colaboración con el Ministerio se mantienen, pero si hablamos de cordialidad el episodio Centelles ha sido un obstáculo, aunque tanto la ministra como yo nos hemos esforzado para que las cosas funcionen fluidamente».

El Ministerio de Cultura compró el pasado mes de noviembre a los hijos de Agustí Centelles -Sergi y Octavi- el archivo del fotoperiodista por 700.000 euros, 200.000 euros más que los que ofrecía la Generalitat. A consecuencia de esto las imágenes, representativas de la historia catalana, se encuentra depositadas en Salamanca. En lo que a cantidades respecta, Tresserras remarcó que también hubieran abonado los ingresos que podrían derivarse de la explotación económica entre 2009 y 2015, lo que supondría superar la oferta del Ministerio.