«Pakistán podría facilitar negociaciones con los talibán afganos»
El escritor y periodista paquistaní Ahmed Rashid, autor de libros ya clásicos como «Los talibán», es una de las voces más autorizadas para hablar sobre Afganistán, Pakistán y Asia Central tras haber pasado décadas como corresponsal en la región.
Igor G. BARBERO
Nacido en 1948 en Rawalpindi, pronto se trasladó a la ciudad de Lahore, epicentro cultural e intelectual de Pakistán. Mantiene fuertes vínculos con el Estado español fruto de su matrimonio con una alicantina.
Rashid, que asesora a gobiernos y ONG, aventura durante una entrevista con la agencia Efe que en las próximas semanas la relación entre Pakistán y EEUU se someterá a un importante examen.
Las últimas ofensivas del Ejército paquistaní -sostiene- han supuesto «un punto de inflexión», pero Washington «está presionando» a Islamabad para actuar en zonas donde se refugian grupos talibanes afganos, aunque insiste en que la mejor opción para Pakistán sería facilitar a Afganistán y EEUU un diálogo con ellos.
Las últimas operaciones del Ejército paquistaní marcan un punto de inflexión ¿Cree que se extenderán a otros territorios como Baluchistán?
La ofensiva de Swat fue el resultado de una gran presión pública e internacional. Cambió radicalmente el panorama porque tras ella comenzó una ola de atentados suicidas en Pakistán, que condujo al Ejército a entrar también en Waziristán del Sur. No obstante, el ataque contra la CIA en Afganistán expone el problema real: que Al-Qaeda y facciones de los taliban afganos y paquistaníes están cooperando muy estrechamente. EEUU está presionando a Pakistán para actuar en Baluchistán. Están surgiendo tensiones entre los dos países, pero todas giran alrededor del hecho crucial de que Washington le ha dicho a Islamabad que no envía 30.000 soldados más a Afganistán para que los maten los taliban que vienen de Qüetta (Baluchistán). La mejor opción para Pakistán podría ser facilitar un diálogo entre la principal red, que es la shura de Qüetta, el presidente Karzai y EEUU.
¿Cuál sería la solución para acabar con Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), que aglutina a grupos insurgentes paquistaníes y ha reivindicado la mayoría de los atentados?
Los taliban paquistaníes son muy distintos de los afganos, que siempre he descrito como un movimiento organizado de resistencia esencialmente pastún, cuyos principales rangos no están tan influidos por Al-Qaeda. En cambio, tanto la cúpula como las bases del TTP son muy ideológicas, muchos provienen de las madrasas (escuelas coránicas) y tienen ganas de cometer actos brutales, como degollar. No están unidos bajo un control central.
Los analistas ven una fuente de radicalización en las madrasas, en las que se educan anualmente cerca de dos millones de niños paquistaníes, ¿qué debe hacer el Gobierno?
Desde 2001 ha habido un aumento vertiginoso de madrasas en el país, especialmente en las áreas tribales, y todos los grupos insurgentes tienen alguna, que utilizan para recaudar fondos, canalizar dinero de actividades criminales, del narcotráfico. En estos momentos, no sirve de nada hacer una reforma. Primero hay que acabar con la cúpula terrorista. Pero la verdadera solución es impulsar la educación formal. Por cada madrasa, debería haber por lo menos una escuela.
¿Qué opina de la estrategia del presidente estadounidense, Barack Obama, en Afganistán de apostar por un incremento de 30.000 soldados para comenzar la retirada del país a lo largo del año 2011?
Puedo entender los problemas internos de Obama, pero es un tremendo error anunciar una fecha porque envía un mensaje negativo a la región.
¿Usted, que conoce bien a Hamid Karzai (presidente afgano), cree que será capaz de mantenerse en el poder partiendo de una posición tan débil?
Tanto los afganos, como la comunidad internacional y yo mismo, nos hemos visto defraudados con la actuación de Karzai en los últimos años. La situación militar no está bajo su control pero sí otras cuestiones como la corrupción, el narcotráfico o la buena gobernanza. Su aproximación ha sido tribal en lugar de política, pero tampoco la comunidad internacional está en una posición de cambiar caballos.
¿Cree que la cúpula de Al-Qaeda sigue estando en las áreas tribales paquistaníes fronterizas con Afganistán (FATA)?
La cúpula de Al-Qaeda sigue estando en las FATA pero no hay duda de que se está expandiendo. Hay células casi en cada país de Europa, quizás no perpetran ataques pero si están consiguiendo fondos, llevan a cabo actividades criminales, envían terroristas suicidas a Irak, Afganistán... Tienes a Al-Qaeda en el Magreb, en Malí, en Somalia, en Yemen... Es una cuestión de tiempo que una célula disponga de la persona y la manera adecuadas para atacar a EEUU.
¿Considera como una opción a corto o medio plazo un golpe militar en Pakistán, tal y como se rumorea?
No, aunque las tensiones entre el Ejército y el presidente Zardari son agudas. Creo que el Ejército está harto de la incompetencia, del desgobierno y de la corrupción actuales y todos sabemos que siempre ha sido muy impaciente con la democracia. De acuerdo con el Ejército, los intereses nacionales son mantener una posición antiindia, influir en Afganistán y potenciar la capacidad nuclear. Para los políticos son desarrollar el país, el progreso económico y unas buenas relaciones con los vecinos.
Zardari quiso mejorar las relaciones tanto con Afganistán como con India, pero no ha podido.
Desafortunadamente Zardari no controla las políticas hacia Afganistán e India. Están dirigidas por el ISI, el Ejército, que pueden sabotear cualquier intento de acercamiento. El problema para el Ejército es que ha tenido un obsesión con la India por más de 60 años. La cuestión es cómo reeducarlo para que Pakistán pueda ubicarse en la región y en la comunidad internacional.