Irlanda ha encontrado un nuevo héroe en Melbourne. Ayer, en en el Abierto de Australia, Louk Sorensen se convirtió en el primer irlandés en superar la primera ronda de un torneo del Grand Slam en los últimos treinta años. Sorensen se impuso al taiwanés Lu Yen-Hsun por 6-4, 3-6, 6-2 y 6-1.

En general, el tenis e Irlanda no han hecho buenas migas. Para encontrar el rastro de un jugador que haya hecho historia con la raqueta, es necesario recurrir al microscopio.

Antes que él hay que remontarse a 1985 en la ciudad de Melbourne para descubrir a Matt Doyle. Pero aunque Doyle ha representado a Irlanda en la Copa Davis, éste disputaba el torneo con pasaporte estadounidense.

Por lo tanto, hay que ir un poco más para atrás y retroceder hasta 1980 para caer en Sean Sorensen. Otro Sorensen? Pués sí, se trata del padre de Louk. Para Sean fue todo un honor perder contra el legendario Rod Laver en Wimbledon. Aquello ocurrió en La Catedral en 1977, el lugar donde hizo una última aparición tres años más tarde.

Sorensen padre continuó ligado al tenis de forma activa y en la actualidad es el capitán del equipo irlandés en la Copa Davis, que se enfrentará a Turquía dentro de dos meses en la primera ronda del Grupo Europa-África, de Segunda División. A nivel nacional, el enfrenamiento corre el riesgo de pasar bastante desapercibido con la afición pendiente del Seis Naciones de rugby.

Salto a la fama

Pero Louk ha dado un golpe de efecto y ahora el presidente de la Federación de Australia está convencido de que «va a aumentar el interés en la Copa Davis». Una luz se encendió cuando el joven Sorensen salió de la calificación del sábado y entró en el cuadro.

Desde entonces, este jugador de 25 años de edad, clasificado en el puesto 284 en la lista mundial ATP, ha seguido mejorando con su victoria ayer ante el taiwanés Lu Yen-Hsun. La gloria fue inmediata.

«No sé dónde vivo. En Facebook todo el mundo quiere ser mi amigo», dijo Sorensen, que vive en Stuttgart, donde creció y trabaja. «Éste es el mayor logro de mi carrera hasta ahora, pero vamos a esperar a ver que sucede en la segunda ronda», bromeó adelantando que pretende mostrarse ambicioso en su próximo enfrentamiento, ante el gigante estadounidense John Isner en la segunda ronda.

«Ahora puede pasar cualquier cosa, pero ya estoy en el cielo», añadió. Para mantener la concentración, de momento, casi prefiere ignorar la pasión que la noticia puede desatar en Dublín. «Estoy esperando a que acabe el torneo, pero voy a llamar a mi entrenador que tenía que regresar a Stuttgart para una reunión importante».

Abandonado en las Antípodas, el irlandés que vuelve a poner a Irlanda en el mapa del tenis, se propone utilizar «internet y Youtube» para estudiar el juego de su próximo rival. Eso sí, evitando los vídeos que pronto circularán de él.