«Ha sido la primera vez en mi carrera que no cumplo los objetivos»
Ex entrenador de Osasuna y Xerez
El pasado día 12, Cuco Ziganda era destituido como técnico del Xerez. Los malos resultados y la condición de colista del equipo andaluz precipitaban su caída. Una semana después, el técnico navarro reconoce a GARA que su círculo más próximo ya le había advertido de lo difícil de la tarea. «Son decisiones que tomas, te equivocas y pagas por dicho error», admite.
Natxo MATXIN
La ilusión y trabajo del tándem que forma con Jon Andoni Goikoetxea no han sido suficientes para seguir dirigiendo al Xerez. «Asumimos el reto con todas las consecuencias que ello conllevaba, pero no hemos sido capaces de sacarlo adelante, aunque todo el mundo ha visto cómo ha sido la temporada y la imagen que ha dado el equipo», resalta.
Dos veces en el paro en 15 meses, ¿teme que le encasillen como un entrenador que no finaliza sus proyectos?
Pues no, porque ejemplos hay de parecidas situaciones que se han superado y luego han salido adelante los proyectos. Sí que es verdad que en el Xerez ha sido la primera vez en mi carrera en la que no se han cumplido los objetivos mínimos. Lo hemos intentado, el equipo ha dado buena imagen, pero no nos ha alcanzado, no le doy más vueltas. En el caso de Osasuna, es cierto que hubo un cese, pero ni bajamos a Segunda ni estábamos en posición de descenso cuando se produjo, era una situación diferente a la de ahora.
En el Xerez se encontró con una plantilla muy corta y pendiente de confeccionar en muy poco tiempo, un club con problemas económicos y en proceso de venta... en definitiva, una verdadera patata caliente.
Asumí ese reto sabiendo de las dificultades que había y la verdad es que no hemos sido capaces de sacarlo adelante. Son decisiones que tomas, te equivocas y pagas por dicho error. En cualquier caso, todo el mundo sabía, y lo sabe, cómo ha sido toda la temporada, lo que ha ocurrido, el juego y la imagen del equipo, y la situación del club.
¿Tanto pica el gusanillo de entrenar que incluso uno se apunta a una misión imposible?
Pues la verdad es que sí. Unas cuantas voces de mi alrededor ya me comentaron que a ver dónde me metía, sobre todo gente cercana que conocía el historial del club. Pero el cuerpo te lo pide y al final... Además era Primera División.
Al menos, los halagos a su trabajo y al de Goiko han sido generalizados, desde la secretaría técnica hasta la plantilla. Como mínimo, es un reconocimiento.
Desde el principio procuramos ser lo más honestos posible y mantener una convivencia en el seno del equipo que beneficiara al trabajo de la plantilla. Está claro que no ha sido tarea nada fácil, pero creo que hemos sabido mantener la compostura y tener cierta imagen de dignidad en lo que al conjunto se refiere.
Bastantes más alabanzas de las que tuvo cuando fue despedido de Osasuna.
Aquel fue un momento para nada fácil, ocurrieron muchas cosas y el equipo venía de donde venía. La verdad es que las aspiraciones eran altísimas, mientras que luego se demostró cuál era el objetivo en realidad. Lo he dicho en numerosas ocasiones, quizás la culpa fue mía porque no fui capaz de defender el proyecto de una manera más real.
Ha pasado ya más de un año de aquel suceso, ¿qué sensación le queda de aquello?
Pues aunque ha pasado todo ese tiempo, no ha cambiado mucho mi opinión. Los acontecimientos se han desarrollado conforme a lo previsto y la situación deportiva del club no ha variado mucho, a excepción de un jugador en concreto. Pero evolucionará a mejor porque los grupos no se hacen así como así, hay que dejarles madurar y éste es un grupo que va a explotar, lo tengo muy claro, hay gente muy joven que está para mejorar.
¿Y ese salto exponencial cuándo se producirá?
Hay que tener paciencia, porque las urgencias no son buenas. Lo primero que hay que hacer es olvidarse de aquel grupo que quedó cuarto en Liga y alcanzó las semifinales de la UEFA. Se vendió y se fue, y ahora hay que empezar con otro tipo de jugador y no es tan sencillo recuperar esa solidez. No hay sino recordar que costó casi veinte años hacer un equipo así, desde la última vez que se estuvo en Europa sin Zabalza. En cualquier caso, creo que en esta ocasión no costará tanto volver porque las cosas se están haciendo bien. Insisto, hay un bloque al que, si se le da tiempo, va a explotar porque tiene todos los condicionantes para ello.
Vista la situación actual, por el momento parece que habrá que conformarse con la permanencia.
Osasuna no va a tener ningún problema para mantener la categoría, pese a que ha tenido dos rachas bien diferenciadas. Empezó más o menos bien y ahora ha tenido un par de meses en los que le ha costado ganar, pero, como digo, no va a tener ningún obstáculo para continuar en Primera.
Bien diferentes a los objetivos de un Athletic lanzado. Si gana el domingo, firmará la mejor primera vuelta de su historia más reciente, desde que la competición premia con tres puntos las victorias.
Pues va un poco en la línea de lo que estoy comentando, se le ha dado consolidación a un proyecto y, al final, ello está trayendo consigo sus frutos. Es un grupo de futbolistas que no lleva precisamente tres años: los Amorebieta, Iraola, Yeste, Orbaiz, acumulan ya varios años en Primera División sufriendo muchísimo y, por fin, han tenido estabilidad en el cuerpo técnico y están sacando su máximo rendimiento. A ello hay que unir también esa savia nueva muy importante que está entrando y dando sus frutos, caso de Susaeta, Muniain, Mikel San José... Toda esa fortaleza es lo que les está haciendo alcanzar el techo.
¿Ve factible volver a Osasuna o entrenar algún día al Athletic? ¿O las dos son imposibles?
No son imposibles, pero sinceramente lo de Osasuna todavía está muy reciente. Creo que es muy difícil, prácticamente imposible, y tengo muy claro que no sería bueno para nadie; desde luego en el primer equipo no me veo. En cuanto a otras posibilidades, pues sí que me gusta entrenar y me veo capacitado para ello, aunque últimamente las cosas no me hayan salido bien del todo. Mi filosofía es intentar confeccionar un equipo que juegue bien al fútbol y que esté más o menos ordenado sobre el campo. Eso no siempre se consigue, pero hasta los mejores entrenadores han pasado por situaciones difíciles en las que no han podido acabar con un proyecto iniciado.
¿Cuáles son los planes a corto plazo de Ziganda?
Pues los hay personales y deportivos. En el primer caso, estamos a mitad del curso escolar y tengo que decidir con mi familia si seguimos viviendo aquí (en Jerez) o nos cogemos los bártulos y regresamos a Pamplona. En el segundo, seguiré en mi línea de ver muchísimo fútbol y empaparme más todavía porque lo que está claro es que quiero sacarme la espina de este proyecto que no ha salido bien.
¿Y la posibilidad de entrenar en el extranjero? En su momento ya tuvo una oferta desde la Erediviese, la liga holandesa.
El final con Osasuna se me hizo muy duro, tanto que quise cortar de raíz, desaparecí tres meses y me fui a Estados Unidos. Ahora tampoco ha sido fácil y, aunque estoy abierto a cualquier posibilidad, vista la reciente experiencia, no quiero lanzarme a lo primero que salga, debe ser algo bien pensado, que tenga cierto sentido.
Un pronóstico para el Xerez-Osasuna del domingo.
Sinceramente, creo que no va a ser nada fácil para Osasuna, que llegará a Jerez con el desgaste de haber jugado hoy partido copero. Quitando el Atlético de Madrid, que nos ganó muy fácil, el resto de rivales ha sufrido mucho en Chapín. El Xerez es un equipo que genera ocasiones, pero que le cuesta mucho meterlas; eso no va a durar siempre y algún día van a entrar.