Catástrofe en Haití
Otro temblor sacude a Haití tras confirmarse ya 75.000 muertos
La tragedia volvió a tomar ayer forma de seísmo en la ya devastada Haití y la réplica más fuerte -de magnitud 6,1 en la escala de Richter- desde el pasado día 12 volvió a hacer temblar tanto la isla caribeña como a los ciudadanos que llevan más de una semana durmiendo en las calles. Por el momento, se desconoce si el nuevo temblor causó nuevas víctimas mortales, pero sí derrumbó los pocos edificios que aguantaron en pie tras aquel primer embate.
Los milagros del séptimo día
La expresión, utilizada ayer por la portavoz de asuntos humanitarios de la ONU en Ginebra, Elisabeth Byrs Muzaffarabad, se convirtió casi en un eslogan pocas horas después de ser pronunciada. Y, aunque el tiempo de los milagros se acaba, los nombres de Hoteline Losama y, sobre todo, el de Elisabeth, un bebé de 23 días, serán recordados durante mucho tiempo en Haití.
Análisis | Elecciones a senador por Massachusetts
Duro revés para Obama en plena reforma sanitaria
Obama no podía haber tenido un peor primer cumpleaños en la Casa Blanca. La pérdida de la mayoría cualificada demócrata en el Senado tras el triunfo republicano en Massachusetts supone un duro revés y puede hipotecar sus promesas de reforma, y concretamente su plan de ampliación de la cobertura sanitaria.
SAN SEBASTIAN EGUNA
Eguzkia lagun, txikiek kolorez bete zuten Donostiako egun handia
Udaletxeko ordulariak 12.00ak jotzearekin batera hasi zen atzo Donostiako haur danborradaren ikuskizuna. Alderdi Ederren abiapuntua jarrita, hiriburuko kaleak zeharkatu zituzten uniforme koloretsuz jantzita 52 eskolatako 5.000 neska-mutil inguruk. Aurreko orduetan etenik gabe aritu zen euriak tarte bat eskaini zuen: lehen danbor soinuekin batera hodei grisen artetik eguzki izpi leunak atera ziren jai giroaz hobeki gozatzeko.
Crónica | La batalla de los símbolos
«Tropas armadas», grúa y censura para desfigurar la realidad
El alcalde Odón Elorza ensalzaba ayer que Donostia estaba llena de «tropas desarmadas», en alusión al desfile txiki. En la madrugada anterior, sin embargo, las compañías festivas debieron compartir la calle con patrullas armadas. Ertzaintza y Policía Municipal se afanaron en impedir que los mensajes por los presos llegaran a la opinión pública. Lo lograron sólo a medias.