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Posiciones sobre la negociación

Aznar recuerda que dialogó con ETA y añade que no se arrepiente de ello

En un momento en que el Gobierno de Zapatero afirma renunciar a la vía del diálogo con ETA, su predecesor del PP, José María Aznar, no tuvo ningún problema ayer en recordar que él ordenó hablar con la organización armada y en añadir que «no me arrepiento». Aznar, que estará hoy en Donostia, reiteró que la diferencia está en que él no habló de política con la organización armada, aunque calló que sus enviados también se reunieron con HB en Burgos.

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R.S. | IRUÑEA

La contundencia empleada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para rechazar cualquier opción de diálogo con ETA ha tenido como contrapunto en los últimas semanas las declaraciones de otros dos ex presidentes del Gobierno español que utilizaron esta vía. Primero fue Felipe González quien hace dos semanas, ante la vista del Tribunal Supremo sobre el proceso al diálogo con Batasuna, reivindicó que él ordenó hablar con ETA en su día. Y ayer fue el propio José María Aznar, presidente del Gobierno del PP entre 1996 y 2004, quien hizo otro tanto.

En Televisión Española, en una de las escasas entrevistas que concede, Aznar recordó esta circunstancia con total naturalidad. «Yo autoricé contactos con ETA, y no solamente los autoricé, sino que expliqué a los españoles tres veces, desde el Palacio de La Moncloa y televisado y retransmitido por las radios, qué es lo que estábamos haciendo», recordó el ex presidente.

Efectivamente, Aznar abrió la puerta a la posibilidad de diálogo «con el MLNV» nada más declarar ETA un alto el fuego en setiembre de 1998. Más tarde dio a conocer su autorización para contactos con la organización armada, y en junio de 1999 confirmó que se había producido «un contacto, reunión o entrevista» a través de sus tres enviados: Francisco Javier Zarzalejos, Ricardo Martí Fluxá y Pedro Arriola. El proceso no llegó a buen puerto.

Aznar reiteró ayer que existe una diferencia fundamental con el proceso que emprendió Zapatero entre 2005 y 2007: «Nosotros no hicimos una negociación política, nos limitamos a preguntar si la tregua de ETA era una cosa seria. Como yo intuía desde el principio, no lo era, y se acabó». El presidente del Gobierno del PP, por contra, no aludió ayer que sus tres enviados también se reunieron paralelamente con una representación del partido político Herri Batasuna, en Burgos.

Tras recordar aquel caso, Aznar fue preguntado sobre si se arrepiente de aquel diálogo, y respondió con firmeza: «No me tengo que arrepentir absolutamente de nada». Sin embargo, añadió que Zapatero sí tiene que arrepentirse por «haber hecho perder el tiempo a los españoles y consentido que ETA haya vuelto a las instituciones». No obstante, saludó que se haya producido una rectificación y pidió que ahora «hagamos lo que tenemos que hacer».

Siete años separan a estas dos imágenes, pero el mensaje de fondo era el mismo. En la primera, el 7 de junio de 1999, el presidente Aznar confirma que se había producido una reunión oficial con ETA. En la segunda, el 29 de junio de 2006, el presidente Zapatero da cuenta de su autorización para emprender un proceso de diálogo con la organización armada. Antes, también el precedesor de ambos, Felipe González, asumió públicamente los contactos de Argel.

«Conmigo ni GAL ni Faisán»

Aznar aprovechó también la entrevista para incrementar la presión sobre el Gobierno en torno a lo que algunos medios españoles han dado en llamar «el chivatazo del Faisán». En los últimos días, el diario digital «El Confidencial» ha publicado datos sobre la cadena de llamadas que se produjeron entre mandos policiales en las horas en que se sitúa ese hipotético aviso. Y además ha afirmado que en un sumario que se instruye en París constan actas del proceso de negociación ETA-Gobierno en las que se haría alusión al episodio.

Rememorando el «contra ETA no hay atajos» que patentó tras su llegada al Gobierno español en 1996, Aznar destacó ayer que «conmigo no hubo ni `gales' ni `faisanes'» y que su ejecutivo no se dedicó «a autorizar una negociación política», «a organizar una guerra sucia» o a «dar chivatazos». El ex mandatario del PP dejó claro que está decidido a explotar esta cuestión que el ministro de Interior actual, Alfredo Pérez Rubalcaba, tildó hace unos días de «suceso extraño».

La vicepresidenta del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, no tardó en responderle. Recordó a Aznar que «se están tramitando las investigaciones oportunas y por tanto el Gobierno va a respetar los tiempos y procedimientos. Hablar de eso es irresponsable». GARA

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