Kim Clijsters ha sufrido un «eclipse total» en el Abierto de Australia, donde fue brutalmente expulsada en la tercera ronda. La flamenca no fue la única en pasarlo mal. En eso no estaba sola. A medida que avanzan las rondas, la pendiente se hace más empinada para los favoritos, algunos de los cuales atravesaron una zona de turbulencias.

Justine Henin casi sufrió la misma suerte. Llegó a ir un set abajo y 1-3 en el segundo, cuando por fin encontró la forma de doblegar a la rusa Alisa Kleybanova, por 3-6, 6-4 y 6-2, la victoria número 500 en su carrera.

La valona, campeona del 2004, sintió resaca. «Me enfrenté con varias cosas y mi cuerpo sufrió mucho. Después de dos años fuera es normal que necesite algo de tiempo para que los músculos estén en forma de nuevo. Dormí mal, sólo cinco horas y cuando me desperté sabía que iba a ser duro, porque estaba cansada», consideró.

Rafael Nadal también perdió su primer set ante Philipp Kohlschreiber, al igual que Andy Roddick ante Feliciano López, mientras que Del Potro sufrió un bache ante Florian Mayer pero se recuperó a tiempo.

Para olvidar

Pero nada de esto le sucedió a Clijsters, que tenía dificultades para comprender cómo había tenido un rendimiento tan grotesco ante Petrova (6-0 6-1). «Yo estaba completamente desaparecida. No sentía la pelota. No sé cómo describirlo, todo era suave... Lo más frustrante es no saber por qué», reconocía la flamenca. La antigua número 3 del mundo, Petrova, consiguió el partido perfecto en estas circunstancias, aunque no se lo esperaba «obviamente no», dijo.

«Es doloroso que ocurra en un contexto como éste. Quiero olvidar esta derrota lo antes posible para que no oscurezca todo el buen trabajo realizado desde mi regreso», se lamentó Clijsters, candidata el título después de su victoria en el US Open y Brisbane y ya eliminada.