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Exigencias unionistas obstaculizan las transferencias a Belfast

El desacuerdo entre Sinn Féin y DUP sobre la transferencia de las competencias de Justicia e Interior de Londres a Belfast continúa al concluir unas negociaciones cerradas a juicio de los republicanos y aún en marcha para los unionistas. La exigencia del DUP de abolir la Comisión de Marchas, que regula el recorrido de los desfiles protestantes, es el nuevo obstáculo unionista al progreso político.

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Soledad GALIANA

Continúan los desencuentros entre Sinn Féin y DUP en relación a la transferencia de las competencias de Justicia e Interior de Londres a Belfast. A las afirmaciones del presidente de Sinn Féin, Gerry Adams, de que las negociaciones habían concluído el pasado miércoles, el líder del DUP y primer ministro -aunque autosuspendido del cargo hasta la conclusión de la investigación sobre sus finanzas- Peter Robinson, afirmó que considera que el diálogo sigue abierto, y que la decisión de Sinn Féin de dar por terminados los encuentros son un paso atrás en el proceso.

En otro cruce de declaraciones, las críticas de la primera ministra norirlandesa Arlene Foster -quien sustituye en el cargo a Robinson en las próximas cinco semanas- hacia los republicanos por no estar presentes en Stormont para continuar la reunión con el DUP fueron contestadas por el diputado John O'Down, que explicó que tanto Adams como el viceprimer ministro y jefe del equipo negociador republicano, Martin McGuinness, no estarán disponibles para tal encuentro ya que se reunían con dirigentes de Sinn Féin para evaluar las negociaciones.

El líder republicano, Gerry Adams, confirmó que las negociaciones habían concluído en la noche del miércoles, a pesar de las afirmaciones del DUP, que según escribe el presidente de Sinn Féin en su blog, no ha actuado con honestidad durante las negociaciones.

«El DUP está mirando sobre su hombro a lo que hace Jim Allister [ex eurodiputado del DUP y ahora líder del opositor TUV] y luego está el diálogo `secreto' entre los Unionistas del Ulster y el DUP y los comentarios sobre pactos electorales. Esta es su preocupación exclusiva y nada sobre lo que ponerse nervioso. Aunque sí es cierto que nos dijeron que no podían negociar el domingo, precisamente el día que estaban negociando un frente de unidad unionista», escribe Adams, en referencia a la reunión secreta entre DUP, UUP y conservadores británicos, con la que los partidos unionistas se asegurarían la mayoría en la Asamblea de Belfast en las próximas elecciones, mientras que los conservadores contarían con los votos unionistas en Londres.

Adams se reúne hoy con la Ejecutiva de Sinn Féin para decidir la estrategia de su partido para forzar al DUP a cumplir con sus compromisos, y algunos analistas apuntan a que los republicanos podrían llegar a abandonar el Ejecutivo.

Desde el DUP se considera que se han producido avances las cuestiones claves en estas negociaciones, tales como la financiación y el funcionamiento del futuro Ministerio de Justicia, pero otros temas, que fueron puestos sobre la mesa en el último momento por el DUP, como el del futuro de la Comisión de Marchas, aún están sin resolver.

Por su parte, Sinn Féin reclama del DUP un compromiso sobre la fecha en la que se producirá la transferencia, después de que los unionistas renegarán de la fecha recogida como parte del Acuerdo de Saint Andrews, el 1 de mayo de 2008. Así, todo apunta a que los ejecutivos de Londres y Dublín tendrán que intentar mediar entre unionistas y republicanos.

Desde su blog, Adams denunció la táctica unionista de introducir concesiones en cada negociación como una estrategia para obstaculizar el proceso. «¿Y qué toca en el 2010? Quieren acabar con la Comisión de Marchas y avanzar en este terreno, en otras palabras, que haya desfiles orangistas en áreas católicas. Es triste que a estas alturas el sectarismo y triunfalismo sigan tan arraigados en la sicología unionista. La carta naranja sigue siendo parte de la estrategia del DUP para conseguir a la Orden de Orange lo que quiere... Esos días han pasado. El Estado orangista se ha acabado», concluye Adams.

Acabar con la Comisión de Marchas, nuevo objetivo unionista

La nueva exigencia unionista, que reclama la abolición de la Comisión de Marchas -organismo que decide sobre el recorrido de marchas protestantes orangistas consideradas provocadoras al atravesar zonas católicas- para a cambio dar luz verde a la transferencia de competencias de Justicia e Interior de Londres a Belfast, se ha convertido en el obstáculo clave para el progreso de las negociaciones.

Los desfiles anuales de la Orden de Orange en el norte de Irlanda siempre han sido controvertidos, pero fue con el inicio del proceso de paz que las comunidades católicas que sufrían la intrusión protestante en sus calles decidieron que ya habían tenido bastante de lo que consideraban supremacismo protestante en el norte de Irlanda y exigieron cambios en los recorridos. Políticos nacionalistas y republicanos apoyaron a los ciudadanos católicos, mientras que unionistas y lealistas se aliaron con la Orden.

Durante los últimos quince años, la falta de acuerdo en las marchas ha sido causa de enfrentamientos como los que tuvieron lugar en Drumcree a mediados de los noventa. A pesar de la oposición unionista, la Comisión de Marchas surgió como una institución independiente para decidir sobre desfiles conflictivos.

En 2006, como parte del Acuerdo de Saint Andrews, se decidió investigar alternativas a la Comisión, y un panel de políticos, activistas y ciudadanos coincidió al señalar que el recorrido de cada marcha orangista debe ser decidido a través del diálogo entre las comunidades, con la mediación de la autoridad municipal si es necesario. GARA

GERRY ADAMS

«Nadie debe subestimar la determinación del unionismo, aliado del sistema político que se mantiene principalmente unionista en sus niveles de mayor responsabilidad para oponerse al cambio».

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