La selección francesa, vigente campeona olímpica y mundial, dio un nuevo paso hacia las semifinales, tras imponerse por 22-24 a Alemania en un bronco encuentro en el que Francia volvió a demostrar que no ha llegado físicamente en su mejor momento al torneo.

Los germanos, conscientes de su inferioridad, trataron de llevar el partido al terreno de lo emocional y para ello no dudaron en emplear cualquier método, sin importar su deportividad o no, si con ello se podía desquiciar a los franceses.

Que por momentos cayeron en la trampa alemana, como le ocurrió al portero Thierry Omeyer tras recibir en un contragolpe un balonazo en la cara de Torsten Jansen, que apenas unos minutos después no dudó en volver a lanzar al rostro del guardameta en un penalti.

Pero la experiencia del conjunto galo, campeón de todo lo posible, es un grado, y más en este tipo de encuentros por lo que Claude Onesta dio entrada al central Guillaume Gille y al cañonero Daniel Narcisse para reconducir la situación. A partir de ahí, los franceses manejaron rentas de hasta 6 goles, y a pesar de que los alemanes fueron a remolque en todo momento, a punto estuvieron al final de darle la vuelta al resultado.

Polonia, por su lado, venció con mucho oficio a la selección española por 32-26, que fue a remolque todo el encuentro. Los polacos jugaron con mayor profundidad, tuvieron mejor acierto de cara al gol y atosigaron a los españoles, que no pudieron dar la cara en casi ninguna fase del encuentro. En el último partido del día, República Checa venció por un ajustado 37-35 al combinado de Eslovenia.

Las opciones se destapan

A pesar de los diferentes resultados, el cuadro de semifinales no se decidirá hasta que pasen más jornadas. De momento, Polonia y Francia son las únicas selecciones que han contado sus partidos por victorias, y sus opciones han subido muchos enteros tras la última jornada.