Sumar un punto de los seis últimos no ha recortado la ventaja de diez sobre el cuarto, pero hay que mejorar
Motivos para la reflexión
El juego realista de los últimos partidos, sin apenas posesión de balón, no se corresponde con su calidad.
Joseba ITURRIA
La Real mantiene los diez puntos de ventaja sobre el cuarto pese a sumar uno en los dos partidos jugados de manera consecutiva en Anoeta, pero deberá mejorar para que esa renta no disminuya. Más allá de los resultados y de la baja de Xabi Prieto, se debe reflexionar sobre el estilo de juego por el que se ha decantado Martín Lasarte en los últimos partidos, que no se corresponde con un equipo que comparte el liderato con el Hércules y es el que más goles ha marcado en Segunda División.
Para estar arriba y ser el máximo goleador es necesario tener futbolistas de mucha calidad y un equipo con esos jugadores no puede apostar por un fútbol directo que tuvo el sábado su máxima expresión. Ha sido habitual en muchos partidos, con nula elaboración en el centro del campo y un abuso de los balones largos cuando la Real no tiene jugadores que sirvan de referencia para jugar así.
Porque hasta en los partidos que la Real ha ganado con más comodidad con ese tipo de fútbol ante Real Unión y Cádiz por las facilidades defensivas que se encontraron, estos dos equipos acapararon la posesión de balón en amplias fases de los partidos pese a ocupar puestos de descenso. Esa tendencia se ha acrecentado en los tres últimos encuentros, en Vigo y ante Elche y Las Palmas, y es muy difícil para un equipo seguir arriba cuando se ve desbordado por el rival.
Mayor desgaste físico
Cuando un equipo no tiene el balón se ve obligado a un mayor desgaste para correr detrás de él y la sensación que da la Real es de estar peor en esa faceta. Lasarte y Balbi hicieron bien al apostar por empezar fuerte en este aspecto, pero es imposible mantener una forma óptima diez meses. Ahora el equipo ha bajado en esa faceta que le hacía superar a sus rivales en las segundas partes. Si además se ve obligado a correr detrás del balón tanto tiempo se acusa más.
La Real casi ha renunciado a jugar el balón en el centro del campo. Cuando reciben el balón los centrales, Elustondo se mete como si fuera un media punta casi a la altura de los defensas rivales para esperar los envíos largos, cuando es el teórico organizador. En partidos anteriores podía quedar la duda de si se escondía, pero el sábado quedó claro que era una táctica del equipo porque era algo que se repetía de forma sistemática. Ese tipo de fútbol hace que parezca que se luzca Rivas porque los pivotes rivales se repliegan mucho y el manchego queda con todo el campo a su merced para recuperar de cara con facilidad los balones que le llegan sueltos de los rechaces. Y si da dos pases buenos como ante el Elche a Bueno y Carlos Martínez ya se le coloca a la altura de los dioses. Pero la apuesta de Lasarte por Rivas y por ese estilo de fútbol perjudica a los futbolistas que tiene a su lado.
¿Cuál es la causa del problema?
Y en vez de mirar a la causa del problema, se mira a los jugadores que pagan las consecuencias. Antes le tocaba a Aranburu y ahora a Elustondo. Rivas juega muy cerca de los centrales y si el otro pivote baja a recibir tiene que jugar de espaldas y los rivales saben que es a él al que deben presionar para impedir el inicio del juego. Si no baja a recibir y se incrusta como hace Elustondo entre los pivotes y defensas rivales tiene que pasarse el partido corriendo de un lado para otro sin entrar en juego.
Su puesto es el que ocupa Rivas, que no sólo le obliga a jugar veinte metros por delante de donde debe. Además tiene que pasar a la izquierda, lo cual es una complicación para un diestro. Es curioso, porque sólo le pasa con esa pareja, con Markel y Aranburu siempre juega a la derecha. Cuando el año pasado todos le echábamos de menos, ahora se exige su suplencia. Le pasó a Aranburu, ahora a él y como le pongan a Illarramendi será como echar billetes de 500 euros a la hoguera. Si se quiere jugar así es mejor colocar a Albistegi para que pelee con su envergadura los balones largos.
El problema de quemar jugadores y de que Lasarte apueste por Rivas, Elustondo y Zurutuza ha provocado que Aranburu esté ahora peor que cuando salió del once. Para relegar a un capitán hay que meditarlo mucho porque eso le hace perder fuerza en el vestuario y en el campo. No ha jugado un partido completo desde el 14 de noviembre. Desde entonces sólo ha comenzado tres de los últimos ocho encuentros. Y pese a la pérdida de confianza y de ritmo que eso provoca, hasta Lasarte se dio cuenta el sábado al retirarlo que, sin jugar bien, es clave en este equipo. Salió del campo con 1-0, su equipo se rompió y al momento la Real perdía 1-2. También fue sustituido cuando se quedó con diez el Elche y la Real fue incapaz de crear fútbol.
La Real en su peor momento de esta temporada eligió en setiembre un camino con jugadores de calidad como Elustondo, Aranburu, Prieto, Zurutuza, Griezmann y Agirretxe que combinaban a la perfección y salió bien. Ahora se ha apostado por otro tipo de juego y de futbolistas y lo visto en los últimos partidos, sobre todo el sábado, debe servir para reflexionar.
La Real ha sumado seis victorias, nueve empates y tres derrotas en los dieciocho partidos de Liga jugados sin Xabi Prieto en Segunda. Esta estadística es peor si se recogen los datos de los doce partidos de las dos últimas temporadas, con dos triunfos, siete empates y tres derrotas. El equipo nota la baja del jugador que quizás tenga más calidad en Segunda, pero juega en la banda y antes de que se lesionara el fútbol realista era similar, aunque en ese juego se nota su baja también porque es destinatario de los balones largos de porteros y defensas y gana casi siempre en el salto a los laterales rivales.
Nsue, su sustituto, decía ayer que «nadie lo va a hacer igual que él. Yo intentaré hacerlo lo mejor posible en la banda, pero está claro que todos le echamos de menos y ojalá se recupere cuanto antes. Mientras no esté, somos un grupo y debemos intentar cubrirlo bien. Desde el primer día dije que soy delantero y si me ponen en banda intentaré hacerlo lo mejor posible y aprovechar mi velocidad y potencia y buscar el uno contra uno. No puedo hacer otra cosa».J. ITURRIA
La Real ha apostado por un juego muy directo sin elaboración en el centro del campo que no se corresponde con las características de sus jugadores, porque no hay referencias que dominen ese juego.
El capitán recordaba ayer que «han pasado dos jornadas y son otros los que deben recortar las distancias. Tendremos que ganar muchos partidos para subir aún, pero no hay que ponerse nerviosos e intentar pensar en ganar el siguiente partido sin perder la calma».
Este tipo de fútbol le hace perder rápido el balón. El rival acumula la mayor parte de la posesión y eso obliga a un mayor desgaste físico de todo el equipo que se acusa más cuando se ha bajado en esta faceta.
Carlos Bueno fue el único realista de los que jugó el sábado que no pudo ejercitarse ayer en Zubieta en la vuelta a los entrenamientos de su equipo. Sufre una infección en las vías respiratorias que no parece importante. Hoy la Real se entrena con una doble sesión en Zubieta.