La crisis económica ha tenido un fuerte impacto en 2009 sobre los presupuestos de defensa en el mundo, a excepción de los países asiáticos, y ha reforzado la necesidad de una reflexión estratégica sobre la evolución de los conflictos, según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), que ayer presentó su informe anual en Londres.

El «Balance Militar 2010» refleja que sólo Asia, con India y China a la cabeza, no parecen sentir los efectos de la crisis y siguen decididos a aumentar su gasto militar.

India ha aumentado su gasto en un 21% tras los atentados de Mumbai, donde murieron 166 personas a finales de 2008. «Otros países como Australia, Indonesia y Singapur también han anunciado aumentos», destacó el IISS.

En EEUU, donde el gasto militar se duplicó durante el mandato de George W. Bush , 2009 ha marcado el fin de esta fase «de aumento de los gastos militares», advierte este think tank vinculado a los gobiernos estadounidense y británico.

Todavía enzarzado en Irak y Afganistán, donde Barack Obama enviará 30.000 soldados más, EEUU «debe reajustar radicalmente sus prioridades», explicó el director general del IISS, John Chipman en una conferencia de prensa.

Sobre América Latina, el estudio refleja «numerosas y complejas amenazas» en materia de seguridad y estabilidad militar, que ponen en riesgo el equilibrio regional.

El Cono Sur tiene «la necesidad y la oportunidad de hacer un esfuerzo colectivo en favor de la seguridad de la región», y considera positiva la creación de Unasur para combatir la «débil» cooperación regional.

Ciberconflictos

El informe del IISS también subraya especialmente las nuevas modalidades de conflictos, como «la ciberguerra» y destaca que ya son una realidad las estrategias para «inhabilitar la infraestructura de un país, interferir en la integridad de la información militar o complicar las transacciones financieras».

«La evidencia de ciberataques en recientes conflictos políticos, hay una escasa comprensión internacional sobre cómo evaluar adecuadamente un ciberconflicto. En relación a esto, estamos en el mismo escenario de desarrollo intelectual en el que estábamos en 1950 sobre una posible guerra nuclear», asegura.