Raimundo Fitero
Fútbol total
Los clubes de fútbol han autorizado la emisión de partidos los viernes y lunes, con el fin de tener toda la semana copada. No es una novedad, TVE está emitiendo los lunes partidos de la liga inglesa, y los viernes, hace unos meses se ofrecían ya partidos de segunda división. Es decir, que no va a variar mucho la situación ya que se han excluido de la emisión de lunes a los dos equipos rentables para las plataformas de pago, porque, de momento, se va a emitir pagando, lo que no va a quitar muchas audiencias a las generalistas.
¿Hay protestas, manifestaciones, adhesiones inquebrantables o simplemente encogimiento de hombros? Mucha hipocresía es lo que predomina. Los que se rasgan las vestiduras no sé si entienden que tienen veintitantas posibilidades más en el TDT y si tiene plataforma llegan a casi doscientas las oportunidades. Pero queda bien hablar mal del fútbol en televisión. Pero los que leemos los designios diarios de Sofres, es decir las estadísticas que nos remiten al número de telespectadores que ven cada programa, comprobamos que sigue siendo una masa millonaria la que se acerca a estas retransmisiones. ¿Son sólo hombres alienados? ¿Embrutece más un partido de fútbol que un telediario?
Incluso quienes comparan el fútbol, en general, con los programas del corazón, en general, cometen también, a mi entender, una pequeña injusticia. En los programas de las vísceras se meten en la vida privada de las personas, transmiten una idea moral, inquisitorial de la convivencia y los testimonios, en el terreno que sea, siempre son mentirosos. En el fútbol, la pelota, el balonmano, baloncesto, etcétera, existe un juego que en un principio fue deporte y que ahora es un espectáculo en el que pueden suceder cosas no previsibles. No digo que no sea alienante pasarse la vida viendo deporte televisivo, pero se pueden crear relaciones de empatía, identitarias y hasta existe, de verdad, la emoción del resultado. Es un entretenimiento, un opio, una adicción, pero cada individuo es libre de verlo o no. Nadie obliga a saberse el resultado del último Osasuna-Xerez para aprobar una oposición. En cambio sí a saberse la constitución española.