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«No pasa nada por pecar de exceso de prudencia»

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Pablo ORBAIZ

Jugador del Athletic

Muchos de sus compañeros ya se han atrevido a hablar de Europa, pero con Pablo Orbaiz es prácticamente imposible. Ni siquiera el hecho de que el equipo haya firmado una de sus mejores primeras vueltas le hace dar un paso en falso. 42 puntos, permanencia y cuando la tranquilidad esté asegurada, será cuando considere que se puede hablar de metas más ambiciosas.

Amaia U. LASAGABASTER |

Dicen que la temeridad acompaña a la juventud, como la prudencia lo hace con la vejez. En el caso de Pablo Orbaiz, aunque veterano -hoy cumple 31 años-, es una cuestión de carácter. Excesiva moderación para algunos, pies en la tierra para otros, si hay algún integrante de la plantilla rojiblanca al que no le gusta ser esclavo de sus palabras, es el navarro.

Se hablaba del mes de enero como casi definitivo. Ahora que ha acabado, ¿qué podemos decir?

Pues que queda tanto por decidir como hace un mes. Y que no nos ha ido demasiado bien, aunque mañana tenemos una buena oportunidad para dar la vuelta y seguir enganchados a esa zona que todos queremos.

Ha dicho que mañana se juegan tres puntos de los que «empiezan a marcar diferencias».

Es que ya llevamos un par de jornadas con 30 puntos y todos sabemos que la cuenta que se hace todos los años es la de los 42. Es importante llegar más cerca, a los 33-36, con todavía muchos partidos por delante, para estar más tranquilos.

Ya sé que es el rey de la prudencia, pero que me hable de los 42 puntos cuando han terminado la primera vuelta con 30, quizás es un poco excesivo.

Las cosas se tienen que ir consiguiendo poco a poco. Todos los equipos van a apretar en la segunda vuelta, la clasificación se ajustará y que los que parecía que estaban muy mal no lo van a estar tanto. No hay más que ver que estamos casi a la misma distancia que hace un mes. Por eso creo que hay que tener mucho respeto, las ideas claras y mucha prudencia. No pasa nada por pecar de exceso de prudencia. Y si al final hay algo que celebrar, ya lo celebraremos.

Es verdad que el bajón que han sufrido en enero ha moderado el optimismo. ¿Cada partido ha tenido sus «circunstancias» o ha habido una «causa común»?

Las dos cosas. Hemos intentado repetir lo que estábamos haciendo bien, pero esta vez no nos ha salido como queríamos. Los equipos atraviesan rachas, momentos de forma... Pero es importante ser conscientes de que el equipo no ha estado bien y que tiene que recuperar esa fiabilidad de otros momentos.

Pensando en la entidad de algunos rivales y que cuatro partidos han sido a domicilio, quizá los 4 puntos no han sido tan pocos.

Es verdad, pero tampoco creo que nos tenga que servir de excusa, porque hemos demostrado que estamos capacitados para sacar algo más, también en partidos de dificultad.

Pues enseguida van a tener otra dificultad, con el regreso de la Europa League. ¿Cómo se lo toman?

Todas las competiciones son importantes. Desde luego, hay que ser conscientes de que la Liga es lo que mantiene vivo al equipo porque si no estás en Primera todo lo demás es imposible e incluso las estructuras de los clubes peligran, así que la Liga es lo principal. Pero jugar en Europa es muy motivante, la gente disfruta, nosotros también, para el club es prestigio... No se puede dejar de lado ninguna competición.

¿Pero hay plantilla y calidad como para afrontar las dos con garantías? ¿No es preferible no arriesgar y centrarse en una?

Este año el equipo ha rendido muy bien cuando ha jugado las dos competiciones. Y si lo ha hecho una vez, puede seguir haciéndolo. También el hecho de que en Liga estemos en una situación relativamente tranquila ayuda. Si tuviéramos 15 puntos las cosas serían diferentes, es lógico. Pero ahora tenemos esa tranquilidad, así que, teniendo siempre los pies en el suelo, el equipo tiene que ser ambicioso.

Teóricamente la plantilla da para disputar las dos. Pero los números dicen que de nuevo es una docena de jugadores la que lo está jugando casi todo.

El míster toma las decisiones, está para eso, y nosotros acatamos las órdenes. Pero hay que decir que todo el mundo está trabajando duro y el comportamiento de la gente que está jugando menos es excepcional.

A usted le ha tocado el lado «bueno». No sé si se lo esperaba a principio de temporada, cuando una lesión le apartó del equipo.

Las lesiones forman parte de la profesión y sabes que tienes que trabajar para intentar en el once, aunque no siempre se consiga.

Fuera del equipo y con la renovación sin cerrar, no sería un momento fácil.

No era una situación cómoda, con personas que están hablando de tí, de cosas que no están pasando. Y el hecho de estar lesionado te añade cierta sensación de impotencia. Pero hay que asumir todas las situaciones de la mejor manera posible.

Al final todo acabó como en las películas americanas. Renovado y no sólo jugando, sino como parte de ese centro del campo que tanto se ha alabado.

No me puedo quejar, pero esas afirmaciones... Cuando un equipo va bien, no es porque dos o tres piezas funcionen, es cuestión de todos y yo tengo claro que sin el apoyo de mis compañeros, mi labor sería prácticamente imposible.

¿Qué tiene que pasar para que la temporada también acabe como una película de Hollywood?

Creo que a corto plazo tenemos que sacar unos cuantos puntos que nos den la tranquilidad definitiva y con la tranquilidad que te da eso, el equipo puede crecer y ser más ambicioso. Pero hay que tener los pies en el suelo y ser conscientes de que los errores que se puede cometer son mínimos.

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