París y Berlín garantizan su apoyo para evitar la quiebra de Grecia
La UE no está dispuesta a dejar caer a Grecia en la quiebra y que las consecuencias alcancen a toda la zona euro. Alemania y el Estado francés anunciarán un plan para evitarlo, mientras ayer los ministros de Finanzas de la zona euro mantuvieron un contacto por videoconferencia, para analizar cómo articular este apoyo salvando la imposibilidad de la financiación directa al Estado griego.
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Gobiernos y responsables de las instituciones europeas trataron de perfilar ayer un plan de urgencia para hacer frente a la grave crisis que afecta a Grecia, que ha colocado a los países del euro en situación de emergencia por primera vez desde que se creó la moneda única hace once años. Las reuniones y contactos de alto nivel se multiplicaron a lo largo de toda la jornada tratando de definir una estrategia ante la eventualidad de que el Estado griego no pueda financiarse y hacer frente a sus pagos por las vías normales.
Fuentes oficiales alemanas aseguraron «ni se plantea» el anuncio de una ayuda financiera europea a Atenas y que Grecia sigue colocando su deuda en el mercado sin problemas, Sin embargo, fuentes diplomáticas aseguraron que Alemania y el Estado francés presentarán hoy, durante la reunión extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno que se celebra en Bruselas, un plan conjunto para evitar la quiebra de Grecia.
Una fuente próxima a Nicolas Sarkozy, según el diario «Le Monde», señaló que se descarta la emisión de eurobonos, y que aún se estaba analizando si el plan si incluirá préstamos, compromisos de préstamos, avales o promesas de suscribir las emisiones del Tesoro griego.
«No podemos dejar caer a Grecia», afirmó la fuente citada por el periódico, la misma idea que avanzó ayer el presidente de turno de la UE, José Luis Rodríguez Zapatero. «La idea es que haya un compromiso franco-alemán fuerte, lo que no impide que después se produzcan decisiones a 27. El problema es que, entre los 27, están también Grecia, Portugal o España. Sería curioso que estos países financien el salvamento de Grecia», añadió la fuente francesa.
Evitar al FMI
La UE no quiere que el Fondo Monetario Internacional (FMI) participe en el plan de rescate, ya que evidenciaría su incapacidad para hacer frente a sus problemas y la falta de independencia del BCE, aunque no excluye su asistencia técnica.
El primer ministro griego, Georges Papandreu presentó ayer a Sarkozy, su plan de ajuste para reducir el déficit por debajo del 3% en 2012. A su vez, los dieciséis ministros de Finanzas de la Eurozona celebraron una sesión de concertación, mediante videoconferencia, para examinar las posibles respuestas.
El problema es que las reglas de la unión monetaria europea prohíben al BCE o a la Comisión Europea financiar directamente el endeudamiento de un estado de la zona con problemas de liquidez. Pero el riesgo de que toda la zona se vea tarde o temprano inmersa en la tormenta, hace que la UE quiera evitar que Grecia se convierta en el Lehman Brothers de los estados europeos.
El presidente del Gobierno español y presidente de turno de la UE, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó que «hay que apoyar a Grecia y lo van a hacer Europa y el Eurogrupo», a su llegada a una cena en Bruselas organizada por el Partido Socialista Europeo, previa a la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se celebra hoy.
Rodríguez Zapatero afirmó que la economía española, cuya solvencia también se ha puesto en cuestión, «no está peor que hace seis meses y que está a punto de dejar la recesión».
Con una huelga masiva de cientos de miles de empleados del sector público, los sindicatos griegos demostraron ayer su rechazo a las medidas con las que el Gobierno quiere evitar la bancarrota de Grecia. Miles de personas se manifestaron en las principales ciudades del país y los sindicatos aseguraron que un 85 % de los funcionarios secundaron el paro. Los huelguistas llevaban pancartas con lemas en contra de los recortes en el gasto social, contra el aumento de la edad de jubilación y a favor de más subsidios para los desempleados. «Si los trabajadores no se alzan contra las medidas de ahorro, dentro de un año la situación será peor», afirmó la secretaria general del partido comunista KKE, Aleka Papariga. Por su parte, el líder sindicalista Christos Katsiotis manifestó que las medidas del Ejecutivo de Georigios Papandreu, «son una guerra contra los trabajadores, y éstos van a contestar con una guerra».
El mensaje generalizado de los sindicatos y de los partidos de la izquierda fue de continuar con las protestas contra el Gobierno y de sumarse a la huelga general convocada por todos los sectores sindicales para el próximo día 24. Escuelas, universidades, oficinas de Hacienda y hospitales públicos también permanecieron cerrados. Los médicos sólo atendieron los casos de emergencia, mientras que la red ferroviaria sufrió algunos cortes y el transporte aéreo quedó paralizado por completo. El Gobierno griego prevé una suspensión de contrataciones en el sector público y reducciones salariales para los funcionarios, que, según los sindicatos, alcanzan el 20%. Asimismo, prevé generalizar la edad de jubilación a los 65 años. GARA
