Cientos de seguidores del ex candidato presidencial Sarath Fonseka se manifestaron ayer contra su detención en un acto que derivó en disturbios con las fuerzas policiales. Fue la cuarta jornada consecutiva de protestas para demandar la liberación de Fonseka, candidato opositor en las elecciones del pasado 26 de enero que sostiene que las elecciones fueron fraudulentas.

«La Policía tuvo que cargar con sus porras para dispersar a la multitud», explicó un portavoz policial. Tres agentes resultaron heridos de levedad en dichos choques.

Fonseka fue arrestado el pasado lunes por la Policía Militar por estar haciendo política contra su rival, el presidente Mahinda Rajapaksa, cuando aún no había dejado el Ejército. Hasta el influyente clero budista ha pedido la liberación de Fonseka. «No podemos aprobar el arresto del general Fonseka y otros oficiales del Ejército que estaban con él. Han arriesgado sus vidas para eliminar el terrorismo y desempeñaron un papel fundamental en la consecución de la paz», reza una carta abierta de los monjes del Templo del Diente de Buda -el centro religioso más importante del país- dirigida a Rajapaksa. «Es difícil fomentar la paz y garantizar la democracia y el buen gobierno mientras exista una brecha entre el presidente, el secretario de Defensa y el ex jefe del Ejército, Fonseka», prosigue la misiva. Fonseka fue una figura clave de la ofensiva contra los tamiles.