El Eurogrupo y el Ecofin abordan la vigilancia y el rescate de Grecia
La vigilancia sobre Grecia, la definición del plan de rescate y posibles medidas para restringir la actividad especulativa de la banca centran las reuniones de los líderes europeos hoy y mañana y ponen a prueba su capacidad para mantener un gobierno económico común.
GARA |
Tanto los ministros de Finanzas la zona euro, que se reúnen hoy en el marco del Eurogrupo, como los de la Unión Europea (UE), que mañana participarán en el Ecofin, van a concentrar sus trabajos en el análisis del drástico plan de ajuste y las reformas estructurales impuestas a Grecia para evitar la quiebra, cuyos efectos amenazan a toda la Eurozona.
Los miembros de la zona euro podrían intentar avanzar hoy en la definición de un verdadero plan de rescate para Grecia.
Los gobernantes europeos expresaron el pasado jueves su apoyo político al Gobierno griego mediante una declaración en la que los dirigentes de la Eurozona prometieron que tomarán «medidas decididas y coordinadas, si fuera necesario, para preservar la estabilidad de la zona euro en su conjunto».
No concretaron sin embargo qué tipo de medidas serían ésas, si llegara el caso de que el Estado griego no pudiera financiar su endeudamiento por la vía normal del mercado.
Resistencia a las ayudas
La clave, en cualquier caso, reside en los estados francés y alemán, que se resisten a avalar la factura griega pero, a su vez, deben mostrar ante los mercados cierta imagen de cohesión europea. El Gobierno alemán se resiste por razones tanto de política interna como jurídicas, a lo que en podría interpretarse como un cheque en blanco para Atenas. Esta semana los socios europeos volverán a dirigir toda la presión sobre el Gobierno del griego George Papandreu, para que se tome en serio la urgencia del ajuste y acepte incluso sacrificios adicionales, ignorando las protestas populares.
El Ecofin adoptará, por un lado, el programa actualizado de estabilidad de Grecia, en el que figura el compromiso del Gobierno de reducir en 4 puntos porcentuales, del 12,75% al 8,7% del producto interior bruto (PIB), el déficit público en 2010, acompañado de una larga lista de recomendaciones. Los europeos instarán a las autoridades griegas a tomar drásticas medidas en lo que respecta a los salarios y emprender reformas estructurales en las pensiones, el sistema sanitario, la administración pública, el mercado de bienes, el uso de los fondos europeos y el sector bancario, entre otras.
En segundo lugar, seguirán adelante con el procedimiento sancionador por déficit excesivo, tras haber constatado que Atenas no sólo no cumplió lo que se le recomendó en abril, sino que volvió a manipular las estadísticas de déficit que envió a Bruselas.