Es de sobra conocido que cuando alguien apunta a la Luna siempre hay un simple que se queda embobado mirando a la punta del dedo. Es lo que les pasa ahora a los más conspícuos analistas españoles, presuntos expertos en asuntos vascos.

A la luz del documento hecho público por la izquierda abertzale sobre su propia estrategia política, al editorialista de «La Razón» no se le ha ocurrido nada mejor que concluir que el documento «pone de manifiesto la intención de Batasuna de preparar el terreno para presentarse a las elecciones municipales y forales del próximo año». El tío debe estar más que mosqueado: «Pocas dudas existen de que el comunicado supone la primera de una serie de artimañas con las que la banda terrorista tratará, una vez más, de burlar los mecanismos democráticos para colarse en los ayuntamientos vascos».

También Tonia Etxarri en «El Correo Español» se quedaba pasmada mirando al dedo: «el mundo de Batasuna quiere entonar una nana, ahora que se acerca el año electoral. A ver si, con esta canción de cuna, el Estado democrático baja la guardia, a la Ley de Partidos se la deja dormir el sueño de los desmemoriados, a pesar de la sentencia del Tribunal de Estrasburgo, y la ciudadanía se olvida de todas las tropelías cometidas por ETA durante todos estos años. Se les agota el tiempo para poder presentarse como candidatos a los ayuntamientos y a Juntas Generales, saben que necesitan un partido legal para las elecciones». Ya ven qué visión tan reduccionista de la política tienen algunas que presumen de saber tanto.

Y también el editorialista de «Diario de Navarra» caía en la misma profundidad del agujero negro. Observen la capacidad de análisis del personaje: «Nada nuevo, así de escueto y sencillo es el resultado de cualquier análisis hecho al documento que recoge el debate interno de la izquierda abertzale (...). Lo que intentan ahora, porque lo necesitan como el aire, es burlar de nuevo la ley, llegar al corazón de las instituciones y, por supuesto, a sus erarios».

No se terminan de dar cuenta de que no son las elecciones, sino la independencia, ¡estúpidos!