Las comparsas valoraron ayer muy positivamente la respuesta ciudadana a su oferta para los pasados carnavales. «Los bilbainos y bilbainas han dado su apoyo incondicional a Bilboko Konpartsak», subrayaron sus portavoces Zuriñe Baña y Gari Goikoetxea, en euskara y castellano respectivamente, que añadieron que los actos organizados de jueves a martes por ellos habían sido «un éxito rotundo».

Los organismos festivos resaltaron que «a pesar del mal tiempo, la nieve y el frío helador, Bilbao ha respondido a nuestra llamada». Así, relataron que se ha detectado un «claro aumento de participación» en actos como la kalejira de Trapuzaharrak del jueves; los 50 grupos, con 24 carrozas, que desfilaron el sábado por Hurtado Amezaga; el medio centenar de guisanderos en el certamen de putxeras del domingo; y «el éxito de la auténtica y verdadera quema de la sardina ayer -por el martes-, ya que al igual que en Brasil o en Tolosa, en Bilbao el carnaval ha finalizado el martes y no el domingo», en clara referencia al programa municipal.

Centrándose en el acto central de los carnavales del Botxo -el desfile del sábado-, apostaron por la realización en 2011 de un sólo cortejo, después de que hace siete años el alcalde decidiese prohibir a las comparsas marchar por la Gran Vía. «No nos parece de recibo mantener dos desfiles en Bilbao, en una situación de crisis, ante la cual ha habido un recorte en el presupuesto del 30%», manifestaron.

Tras el «éxito» del programa comparsero, estos agentes festivos creen que el Consistorio debe reconsiderar «el doble carnaval que propone». «Qué sentido tiene duplicar los gastos y marginar a la mayoría de Bilbao», apostillaron.

Tras los expedientes sancionadores a Txori Barrote y Kaskagorri, y la política de silenciamiento del equipo de gobierno PNV-EB, con el beneplácito de PP y PSE, a las iniciativas comparseras, la respuesta del pueblo de Bilbo -en opinión de Bilboko Konpartsak- ha sido arroparles. Por ello, emplazaron a los responsables políticos del Ayuntamiento a que reflexionen. «Creemos que es absolutamente necesario solventar la situación que han creado: han intentado -explicaron Baña y Goikoetxea- marginar y fracturar a Bilboko Konpartsak, además de atacar el modelo festivo con el que contamos en Bilbao».

El destinatario del mensaje, tal y como aclararon, es el alcalde, a quien le dijeron que «las prohibiciones no son el camino adecuado y así lo está demostrando la mayoría de Bilbao». A Azkuna le aclararon que siguen apostando por las fiestas populares y que esperan que puedan restablecer unas relaciones fluidas en beneficio del modelo festivo mixto entre las comparsas y el Ayuntamiento.

En caso de que Iñaki Azkuna mantenga su actual apuesta por la exclusión de los agentes festivos, le advirtieron «que se pondría en peligro todo lo que hemos conocido hasta ahora».

Preocupación

La imagen ofrecida en los últimos meses por los responsables municipales en todo lo que tiene que ver con las fiestas de Bilbo -Aste Nagusia y carnavales- preocupa por la repercusión que puede tener sobre unos festejos, los de agosto, que generan el 7% del Producto Interior Bruto (PIB) de Bizkaia. Diferentes agentes, entre los que se encuentran hosteleros y comerciantes, no ocultan su temor a que la operación política consensuada por PNV, PSE y PP para atacar a las comparsas pueda acabar con el modelo que ha logrado que Aste Nagusia sea un atractivo turístico más para la capital vizcaina y generador de riqueza.

También preocupa que criterios de índole político hayan desautorizado a la concejal delegada de Turismo y Fiestas, la jeltzale Isabel Sánchez Robles, en los último meses. Se refieren a que la también presidenta de la Comisión Mixta de Fiestas ha permanecido silenciosa cuando desde Alcaldía, a través de hombres de la confianza de Iñaki Azkuna como Tomás del Hierro y Andoni Aldekoa, se han marcado los criterios de actuación con las comparsas; especialmente en el expediente sancionador a Txori Barrote y Kaskagorri que se basó en un informe de la Ertzaintza con muchas lagunas.

La política de comunicación impulsada por Sánchez Robles con la ayuda de un gabinete de asesores en alza, con presentaciones en las que se abusa de las performance, no da los resultados obtenidos en las primeras ocasiones ante la opinión pública y comienza a cansar hasta a los propios concejales. En el caso de la comparecencia para hacer pública la oferta municipal para carnavales, la elección de un local privado ha levantado ampollas, no sólo entre Bilboko Konpartsak, también entre hosteleros y comerciantes, que no ocultan su malestar.

El emplazamiento de Bilboko Konpartsak de ayer se atisba como una buena oportunidad para que el Consistorio bilbaino dé un giro a su actual modo de actuar hacia estos agentes festivos, ya que el mantenimiento de la presión y la criminalización de las 29 comparsas puede acabar con 31 años de Aste Nagusia y graves repercusiones en la imagen de Bilbo, que tiene a sus fiestas como un ícono turístico y motor económico. Todos los agentes consultados coinciden en que el alcalde y su partido son los que tienen la última palabra en este asunto.