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Las galerías vascas que exponen en arco consideran positiva esta edición a pesar de la crisis

Esta edición de ARCO la presencia de galeristas de Euskal Herria ha sido menor que en ediciones anteriores, debido a la ausencia de la donostiarra Altxerri y de Windsor. No obstante, los presentes en la feria creen que esta edición ha superado con creces a la anterior.

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Mikel CHAMIZO

Los directores de las cuatro galerías de Euskal Herria que han acudido a ARCO 2010 coinciden en el punto más importante: la feria ha ido mejor de lo que esperaban. Quizá se deba a que ya venían algo asustados por la actual crisis económica, los graves problemas entre galeristas y organización pocos días antes del comienzo de la feria, y porque la pasada edición, la de 2009, fue una de las peores que se recuerdan hasta el momento. Por eso, aunque los resultados no hayan sido boyantes, los galeristas se dan por satisfechos. Es el caso de Moisés Pérez Albéniz, director de la galería iruindarra del mismo nombre, que ha llevado hasta Madrid piezas de artistas vascos como Pello Irazu, Txomin Badiola, Iñaki Garmendia, Fernando Pagola o Miren Doiz, además de autores consagrados como Miralda, Muntadas y Dennis Adams. «Como el año pasado fue muy malo -explicó Pérez Albéniz-, veníamos un poco entregados a lo que pudiera pasar. Pero al final estoy muy contento, porque creo que ha sido el año que hemos vendido más piezas, aunque, eso sí, de menor precio. Pero eso no tiene la menor importancia, porque hemos vendido piezas de todos nuestros artistas y eso quiere decir que hemos acertado con el stand y con la selección de autores», aseguró. Entre sus ventas más destacadas, tres piezas de Txomin Badiola para el Ayuntamiento de Iruñea y una fotografía de Miren Doiz que tuvieron que embalar allí mismo porque el comprador se había quedado prendado de ella.

Pedro Carreras, de la galería bilbaina Carreras-Múgica, opinaba que «las ventas han ido decentes, teniendo en cuenta que el dinero que cuesta venir a ARCO ya es muchísimo». Su espacio expositivo, medio colapsado por un público que se ríe de lo lindo con las veintiún viñetas humorística de Juan Pérez Agirregoikoa -con lemas como «Jesús no puede hacer surf. ¿Y la democracia qué?» o «¿Dónde está el señor que repartía los caramelos con droga en la puerta del colegio?»- presenta también una selección de piezas de artistas vascos como Eduardo Txillida, Erlea Maneros, Itziar Okariz, Asier Mendizabal, Xavier Salaberria e internacionales como Richard Serra, Rita McBride y Jessica Stockholder. «Por ahora no nos quejamos -suspiraba el galerista bilbaino-. Ha habido mucho más ambiente que el año pasado, que fue muy mal, fue un desastre».

En lo que no se ponen de acuerdo los cuatro galeristas vascos es en el perfil de los coleccionistas que han visitado ARCO este año. Fernando Illana, director de la galería gasteiztarra Trayecto, que expone obra de Guillem Bayo, Juan Luis Moraza, Ángel Marco o Mira Bernabeu, dijo haber notado un aumento del coleccionismo internacional. «He visto una cantidad de coleccionismo francófono que el año pasado no había -explicó Illana-. Lo de este año es un poco sorprendente, porque, en teoría, debería habernos ido muy mal, pero nosotros hemos vendido bien. Bien, entendiendo que estamos en un contexto de crisis, porque veníamos a cubrir gastos y finalmente vamos a ganar algo, y también por la promoción y porque hemos conseguido clientes nuevos», apuntó.

Curiosamente, Petra Pérez, de la galería Vanguardia de Bilbo, que está pared con pared con Trayecto, ha notado todo lo contrario, la falta de coleccionismo extranjero en esta edición, «porque habitualmente a mí me suelen venir muchos coleccionistas de fuera y en ocasiones he vendido exclusivamente a extranjeros». Pero la propia galerista tiene una buena explicación para el caso: «Las ferias son así. A veces depende de la ubicación en que estés, de las piezas que tengas, y atraes a un tipo de público u otro. Yo te puedo decir como la feria me va a mí, pero no sé cómo le ha podido ir al de al lado. Yo estoy en el pabellón de Los Ángeles -ciudad invitada en esta edición de ARCO- y me han venido pocos extranjeros, pero no sé a ciencia cierta si los hay o no. Sin embargo, normalmente no suelo tener visitas de instituciones públicas y este año me han comprado dos que no lo habían hecho nunca», dijo.

De lo que sí ha gozado la galería Vanguardia en sus propias carnes es del éxito de público, debido principalmente a la creación de Mabi Revuelta que ocupa buena parte de su espacio, una escenografía de esqueletos vestidos de sevillanas. «Ya ves a todo el mundo sacándose fotos ahí en medio de la escenografía -señaló Pérez-. Rut Olabarri y José Zugasti también han llamado bastante la atención. El público general, el que acude el fin de semana, viene a interactuar con las piezas y a divertirse un poco».

En lo que sí vuelven a coincidir los cuatro directores es en recriminar la actuación del comité ejecutivo de IFEMA en los días anteriores al inicio de la feria, cuando introdujeron por iniciativa propia a cuatro galerías que no habían sido elegidas por el Comité de Galeristas y se defendieron de las críticas arguyendo que ARCO es de IFEMA. Pedro Carreras, miembro del comité de ARCO y a quien el asunto le ha acarreado serios problemas de salud, defendió que «fue una ingerencia indebida por parte del comité ejecutivo de IFEMA, una ingerencia en un proyecto que no les corresponde porque esto es un proyecto de galeristas y punto. Entiendo que tienen que defender su espacio y su feria, pero no deben de meterse en ciertos terrenos que nos corresponden a los que venimos aquí a trabajar, a pagar y a funcionar», apostillo.

Tras una rectificación de última hora debida a una seria amenaza de huelga, la feria se ha podido realizar, pero el ambiente se respira turbulento de cara a la próxima edición. Fernando Illana cree que el problema de ARCO es que «una feria de galerías y a la vez un escenario de promoción artística», y opinó que tiene que ser «ahora, cuando cierre esta edición de ARCO, cuando en los escenarios oportunos se ha de discutir cuál es el papel de las ferias, si son necesarias o no, y no plantearlas en términos de arte y mercado, porque eso es una problemática que pertenece al mundo del arte y no al del mercado», dijo.

La amenaza de deserción que sobrevuela entre los galeristas está incluso más clara en las palabras de Petra Pérez y Moisés Péres Albéniz. «Nosotros siempre hemos estado con el comité de ARCO -afirmó el navarro-, creemos que hacen una labor ingrata, muy dura, y esto de que un iluminado salga a meter galerías por la puerta falsa es inconcebible. Inmediatamente después de que se acabe ARCO, habrá que empezar a pensar en el ARCO del 2011, y en cómo y de qué manera va a ser ese ARCO. Y, si no llegamos a un acuerdo, tendremos que mirar en otra dirección», aseguró. Al ser preguntada por el peligro de desaparición de esta feria de arte, Petra Pérez defendió que «en esta feria hay mucho esfuerzo metido por parte del galenismo español, y yo creo que realmente nos merecemos un respeto. Si la feria que quiere Ifema no es la que queremos los galeristas, los galeristas buscaremos otra feria. Si la queremos los galeristas no es la que quiere Ifema, pues entonces Ifema tendrá que buscarse otros galeristas», concluyó.

 
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