La primera ministra ucraniana, Julia Timoshenko, renunció ayer a recurrir ante la Justicia la victoria en las elecciones presidenciales de su rival, el prorruso Viktor Yanukovich, lo que abre la puerta a una toma de posesión sin incidentes.

Timoshenko retiró por sorpresa su demanda durante la segunda jornada de vistas del recurso que reclamaba dejar sin validez la elección de Yanukovich, argumentando que el Tribunal Supremo era una instancia parcial.

«De facto, [los jueces] han rechazado estudiar las pruebas», acusó Timoshenko, que denunció «un fraude masivo» a favor de Yanukovich a pesar de que los observadores internacionales señalaron que los comicios se habían desarrollado sin irregularidades.

«Es evidente que aquí no hay justicia», añadió, denunciando «la imposibilidad de defender sus derechos en el tribunal», antes de abandonar el Supremo por una puerta de servicio para evitar a la gente congregada ante el edificio.

Después de cinco horas de deliberaciones, unos 50 jueces aceptaron la retirada del recurso, tras rechazar las acusaciones de parcialidad.

El Supremo decidió «satisfacer la demanda» de Timoshenko y «no examinar» su recurso, que solicitaba la anulación de los resultados de las elecciones y la organización de una nueva segunda vuelta, anunció el juez encargado del caso, Olexandre Nechitailo, poniendo punto final al proceso.

Timoshenko, que logró unos 900.000 votos menos que Yanukovich, indicó a los periodistas que pese a retirar su recurso no reconocía su derrota.

Satisfacción de Yanukovich

El Partido de las Regiones de Yanukovich no ocultó su satisfacción. «Se han acabado los intentos de modificar los resultados de las presidenciales», señaló el vicepresidente del Parlamento, Olexandre Lavrinovich, que representaba a Yanukovich ante el Supremo.

«Ya sólo nos queda prepararnos para el 25 de febrero, cuando el nuevo presidente jurará su cargo», se felicitó Lavrinovich, según la agencia Interfax.

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