Los paraísos fiscales ingresan al año más de 183.000 millones de euros procedentes de empresas extranjeras, según datos del Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa (ORSC). El coordinador del observatorio, Orencio Vázquez, explica que para la catalogación de un Estado como «paraíso fiscal» se tienen en cuenta criterios como la existencia de una doble legislación que exima del pago de impuestos a los ciudadanos y empresas extranjeros, así como el nivel de transparencia en las cuentas bancarias.

Según Vázquez, la variedad de clasificaciones existentes, que se realiza por organismos como la OCDE o el G-20, es la causa de que algunos Estados aparezcan o no en algunas listas. Justamente, en el catálogo publicado hace algunos días por el Estado francés, son 18 los países registrados como paraísos fiscales. En la lista no se encuentra ningún territorio europeo, ya que Suiza, Luxemburgo o Andorra han levantado sus secretos bancarios ante las presiones internacionales.

Vázquez afirma que la opacidad de los paraísos fiscales «hace muy difícil saber con exactitud cuántas empresas los utilizan», aunque recuerda que el 71% de las compañías que cotizan en el Ibex-35 «operan en los paraísos fiscales a través de sociedades participadas que se han establecido en esos países».

Blanquear dinero

Según la ORSC, la mayor parte del dinero que entra en las cuentas de los paraísos fiscales procede de transferencias de precios, una técnica que consiste en el intercambio de productos y servicios de compañías sometidas a distintas legislaciones.

Vázquez afirma que esta práctica es algo común en el sistema financiero internacional, hasta el punto de que paraísos fiscales como «Hong Kong y las Islas Caimán son los primeros receptores de transferencias de precios de China».

Por otra parte, señala que el territorio de los paraísos fiscales «no solo se utiliza para evadir impuestos, sino que también sirve para blanquear dinero y eludir las responsabilidades jurídicas de tipo civil, como en el caso de las matrículas de los barcos que transportan mercancías peligrosas».

Vázquez considera que existen «mecanismos para conseguir que los paraísos fiscales desaparezcan físicamente», pero indica que «tampoco hay un interés real en eliminarlos, por temor a conflictos de intereses».

El ORSC y la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) abordarán mañana, en un encuentro, el estudio de los paraísos fiscales desde una prespectiva jurídica. Tratarán el papel de las mutinacionales, los bancos y las consultoras que operan en estos países.