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Obama anuncia una propuesta de reforma sanitaria sin la opción pública

El presidente de EEUU, Barack Obama, anunció ayer una nueva propuesta, que no incluye la opción pública del seguro médico ofrecido por el Gobierno, para superar el punto muerto en el que se encuentra su reforma sanitaria. Pretende poner límites a un sistema de cobertura sanitaria dominado por las aseguradoras privadas, que deja sin seguro a más de 30 millones de estadounidenses.
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Barack Obama presentó ayer una nueva versión de su plan para la reforma sanitaria, que trata de reducir el coste de las pólizas sanitarias para las familias y las pequeñas empresas, lo que facilitará la cobertura médica a 31 millones de estadounidenses que carecen de ella en la actualidad, para intentar sacar adelante la que es su principal prioridad legislativa, que se encuentra paralizada en el Congreso por la oposición republicana.

La reforma sanitaria está paralizada en el Congreso, pues para sacarla adelante tanto el Senado como la Cámara de Representantes deben fusionar sus respectivos proyectos de ley, un proceso que se encuentra estancado desde que los demócratas perdieron la mayoría absoluta en la cámara alta, en enero pasado, ya que cada una de las cámaras aprobó a finales de 2009 una versión.

Versión del Senado

Ante la falta de apoyo de los republicanos, que quieren reanudar las negociaciones desde cero, la propuesta de Obama, que tendrá un coste cercano al billón de dólares [734.000 millones de euros] en los próximos diez años, intenta aunar ambos proyectos de ley, si bien utiliza como base la versión del Senado.

La iniciativa establece un nuevo mercado de seguros médicos que permitirá hacer más accesible, según la Casa Blanca, el acceso a pólizas de calidad y aumenta la regulación de las subidas de las primas por parte de las aseguradoras.

Tal y como está concebida, la propuesta crearía una Autoridad federal de Aseguradoras encargada de ayudar a los estados a revisar «las subidas exageradas de las primas y otras prácticas» irregulares. En particular, este apartado -que no figura en ninguno de los proyectos de ley del Senado- pretende aprovechar el descontento popular surgido después de que una empresa aseguradora californiana haya anunciado subidas del 39%.

Como ya recogían las propuestas del Senado y la Cámara de Representantes, la de Obama prohíbe también que las empresas de seguros puedan denegar cobertura a nadie por una enfermedad previa al contrato.

La iniciativa de Obama no incluye, como sí hacía el proyecto de ley de la Cámara de Representantes, la «opción pública», un seguro médico ofrecido por el Gobierno que competiría con las aseguradoras privadas.

Según la Casa Blanca, su propuesta permitirá reducir el déficit presupuestario en 100.000 millones de dólares [73.400 millones de euros] en diez años y en casi un billón de dólares en su segunda década al recortar el gasto del Gobierno en salud y controlar los abusos y el fraude.

La publicación de la nueva versión del plan en la web de la Casa Blanca tuvo lugar cuatro días antes de la «cumbre sanitaria» a la que Obama ha invitado a legisladores demócratas y republicanos para que le planteen sus propuestas sobre cómo sacar adelante una reforma sanitaria y qué elementos quieren que contenga y tratar de superar el bloqueo sobre esta cuestión emblemática de su mandato.

Empezar de cero

Hasta ahora, los republicanos no han dejado claro formalmente si tienen previsto asistir a la cita, aunque el líder de este partido en el Senado, Mitch McConnell, afirmó el domingo que «mi intención es estar allí».

Por su parte, el líder republicano en la Cámara, John Boehner, declaró hoy que «la cumbre de esta semana tiene todo el aspecto de convertirse en un publirreportaje demócrata».

Los republicanos se oponen a la reforma sanitaria tal y como está concebida en los proyectos de ley del Congreso -aprobados sólo con los votos demócratas- y reclaman que se «comience desde el principio».

La Casa Blanca descartó ayer esa petición al afirmar en una teleconferencia con altos funcionarios que «no tiene sentido» volver a empezar de cero.

Hautesleriaren haserrea nagusi hauteskunde urtean

Langabezia tasak eta Washingtongo giro politiko ustela direla eta, haserre daude estatubatuarrak eta egonezin honek eragin zuzena izan dezake azaroan izango diren hauteskundeetan. Errua nori botako ote dioten, Obama eta demokratei ala gobernuaren proiektuak oztopatu baino egiten ez duten errepublikarrei, hori ikusteko dago.

Azken aste hauetan Kongresura aurkezteko asmorik ez duten politikoen zerrenda luzatzen ari da. Politikarien aurkako jarrera, eta batez ere, Kongresuaren aurkakoa ez da gaurko kontua, baina gero eta kezka gehiago sortzen ari da. Inkesten arabera, %19k baino ez du onartzen parlamentarien lana. Demokratak errepublikarrak baino hobeto daude, baina gutxigatik. Hautesleriaren herenak soilik uste du egungo kongresistek eta senatariek postuan jarraitu beharko luketela. «Jendea oso haserre dago, ez dut sekula halakorik ikusi», azaldu du hauteskundeetan aditu Bruce Buchananek, Texasko Unibertsitatekoak.

Analista gehienek ziurtzat jotzen dute demokratek eserlekuak galduko dituztela azaroko bozetan. Boterean dagoen alderdia galtzaile ateratzen da legealdi-erdiko hauteskundeetan. Are gehiago egungo presidentea bolada zaila igarotzen ari den honetan.

Ronald Reaganek eta Bill Clintonek porrot handiak jaso zituzten Etxe Zurira iritsi eta ondorengo hauteskundeetan, 1982an eta 1994an.

Obamak inkestatan apur bat gora egin du azken egunotan, eta %52ra iristea lortu du. Oposizioari egin dizkion keinuek zeresana dutelakoan daude adituak. Hala ere, azaroa urrun dago oraindik. GARA

imprescindible

Tras perder en enero los demócratas la mayoría absoluta en el Senado, Obama dijo que mantendría la presión para sacar adelante la reforma, que cree imprescindible para atajar con garantías el déficit presupuestario y dar cobertura a más de 30 millones de estadounidenses que no la tienen.

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