GARA > Idatzia > Kultura

La Tate Gallery muestra a un Henry Moore más turbador que el tradicional

La Tate Britain, de Londres, presenta una gran exposición retrospectiva del escultor inglés Henry Spencer Moore (1898-1986). La galería, que contiene una de las colecciones más importantes del artista, mostrará, por medio de más de 150 obras, a un Henry Moore más complejo y turbador del que se conoce habitualmente, más cercano al humanista de sus obras más tardías. Mañana la muestra se abre al público y permanecerá abierta hasta el 8 de agosto de 2010.

p042_f01_148x088.jpg

GARA | LONDRES

La Tate Britain ofrece en una completa retrospectiva dedicada a Henry Moore una visión mucho más compleja que la tradicional del escultor británico, cuyas grandes figuras reclinadas, a mitad de camino entre figuración y abstracción, adornan numerosos espacios públicos en todo el mundo. La galería londinense estuvo estrechamente asociada a Moore desde su adquisición en 1939 de la escultura «Recumbent Figure», considerada una de sus obras maestras y, gracias sobre todo a la generosidad del artista, posee actualmente una de las mayores colecciones de su obra en el mundo, junto a la Henry Moore Gallery de Ontario (Canadá), coorganizadora de la exposición.

Conocido sobre todo por esas arquetípicas representaciones de la figura humana, de formas orgánicas dominadas por grandes oquedades, Moore (1898-1986) fue en los años de entreguerras un escultor radical tanto en estética como en política y con una veta inquietante y oscura, muy alejada del optimismo humanista que respiran las creaciones que más popularidad le han dado.

La imagen que se tiene de Moore es la de un artista que a partir del «primitivismo» de los años veinte, influido por las colecciones etnográficas que vio en el Museo Británico y por la obra de coetáneos como Brancusi o Epstein, se implicó de lleno en el llamado movimiento moderno para, finalmente, emerger tras la II Guerra Mundial casi como embajador cultural de su país.

Moore rechazó desde el primer momento el ideal clásico de belleza y encontró otro más afín a sus preocupaciones en el arte egipcio, en el arte primitivo africano y sobre todo el peruano o mexicano precolombinos. Así, su impresionante «Reclining figure», de 1929, una de sus primeras obras maestras, está con toda seguridad inspirada en la escultura tolteca de Chac-Mool, el dios de la lluvia, de Chichén Itzá.

En los años treinta se deja sentir en su obra claramente la influencia del surrealismo, en especial de Picasso, y por esos años su formas fueron volviéndose cada vez más abstractas, a lo que se suma el hecho de que, lejos de esculpir directamente la piedra, comienza a moldear esculturas trabajando con nuevos materiales como bronce o madera.

HASTA AGOSTO

La amplia retrospectiva dedicada a Henry Moore se podrá visitar en la Tate Gallery de Londres desde mañana miércoles, 24 de febrero, hasta el próximo 9 de agosto de 2010.

La obra escultórica de Moore, marcada por la Primera Guerra Mundial

Frente a la imagen tranquilizadora que proyectan algunas de sus últimas obras, a las que algunos reprochan su excesiva retórica, Moore fue en sus años jóvenes un artista afectado por la crisis de civilización, el pesimismo y la ansiedad que marcó a tantos artistas en el período de entreguerras. Moore vivió como muchos de los jóvenes europeos en carne propia la Primera Guerra Mundial: fue de hecho uno de los 52 supervivientes entre los 400 integrantes de un batallón gaseado en el Estado francés en 1917. Tras esa experiencia, Moore hablaba de una «visión pesadillesca de carne putrefacta», y tal vez esos horrores explican su iconografía de aquellos años, marcada también por el impacto del psicoanálisis freudiano. GARA

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo