Tiene sólo 19 años y, sin embargo, Kim Yu-na ya es una super-estrella. Una auténtica chica de oro que el año pasado facturó ocho millones de dólares -unos 5.877.816 de euros- por las pistas del mundo hasta llegar a Vancouver, donde participa en sus primeros Juegos Olímpicos.

Hoy la joya de Corea del Sur hará su debut en el Coliseo del Pacífico, en la presentación de su programa corto, realizando su ejercicio a ritmo de la música de James Bond, la serie de películas del agente británico en la que acostumbran a aparecer mujeres imponentes.

Apoyada por numerosos patrocinadores y adorada por millones de fans, su entrenador, Brian Orser, dice que algunas veces la patinadora parece una estrella de rock. Desde que en 2006, cuando tenía 15 años y se convirtió en la primera patinadora de su país en ganar en un certamen internacional al proclamarse campeona mundial junior, su fama ha ido en aumento en consonancia con sus éxitos deportivos.

Un año después se colgaba la medalla de bronce en el certamen absoluto y en 2009 llegó su consagración en Los Ángeles, con su victoria en el Campeonato del Mundo. Orgullosa y emocionada, no pudo evitar las lágrimas cuando sintió como ella misma expresó que «todos mis sueños se han hecho realidad»

Elegida como la personalidad de 2009 en su país, desde entonces se le conoce como «la Reina Yu-na». Permanentemente custodiada por dos guardaespaldas, en la actualidad vive en Toronto, donde entrena con el ex campeón canadiense Brian Orser. Kim Yu-na está patrocinada por una empresa de automóviles, una marca de productos lácteos, otra de cosméticos o una compañía de aparatos de alta tecnología...En definitiva, sponsors fuertes dispuestos a pujar alto por su imagen.

Alrededor de 300 periodistas le esperaban en Vancouver. Llegaba como una de las deportistas mejor pagadas de los Juegos Olímpicos de Invierno (con la excepción del hockey de la NHL), y sólo superada por el snowboarder estadounidense Shaun White, también conocido como el Tomate Volador y al frente del ranking de Forbes.

Austria sigue remontando

Ayer, el cuarteto de Austria, integrado por Wolfgang Loitzl, Andreas Kofler, Thomas Morgenstern y Gregor Schlierenzauer, cumplió los pronósticos en la prueba de saltos de trampolín por equipos al ganar la medalla de oro y revalidar el título logrado hace cuatro años en la anterior cita olímpica de Turín.

Austria se impuso con claridad en una competición que lideró de principio a fin, disputada en la rampa larga del Parque Olímpico de Whistler, tras contabilizar un total de 1.107,9 puntos, 72,1 más que Alemania, para la que saltaron Michael Neumayer, Andreas Wank, Martin Schmitt y Michael Uhrmann.

Noruega -que formó con Anders Bardal, Tom Hilde, Johan Remen Evensen y Anders Jacobsen- acabó tercera, con un total de 1.030,3 puntos, y ganó la medalla de bronce.