Referéndum de autodeterminación en Escocia
Alex Salmond: «Éste es el momento para que el pueblo pueda decidir»
El independentista Partido Nacional Escocés (SNP) hizo público el borrador de la legislación que presentará ante el Parlamento de Edimburgo para la convocatoria de un referéndum de autodeterminación en el que los escoceses decidirán entre la autonomía o la independencia.
Soledad GALIANA | DUBLÍN
El primer ministro escocés, el nacionalista Alex Salmond, fue el encargado de explicar a los ciudadanos escoceses la propuesta de referéndum de su Gobierno, que ofrecerá a los electores la opción de votar por el logro de mayores transferencias de Londres a Edimburgo o la independencia escocesa de Gran Bretaña.
«El Gobierno escocés cree en la soberanía del pueblo... La gente quiere que nuestro Parlamento pueda hacer más y el debate es sobre cuánto más. Y éste es el momento en que el pueblo pueda decidirlo», aseveró el líder nacionalista escocés, quien ha abierto un periodo de consultas de nueve semanas para que los votantes puedan expresar su opinión sobre la legislación y el texto de las dos papeletas en las que se basaría la consulta.
La primera papeleta propone una autonomía que reclamará más transferencias desde el Parlamento de Londres. Salmond presentó dos alternativas respecto a esta opción: una referida a la llamada «transferencia máxima» -todos los poderes, con la excepción de Defensa, Relaciones Exteriores y Regulación Financiera, serían responsabilidad de Edimburgo-, y la segunda fundada en una transferencia limitada, propuesta por la Comisión Calman que fue encargada por el Gobierno británico de explorar posibles transferencias al Ejecutivo escocés.
La segunda papeleta preguntará a los votantes sobre si «los poderes parlamentarios pueden ser ampliados para permitir la independencia».
Salmond ya advirtió de que su partido pedirá a los electores, que podrán apoyar o rechazar ambas propuestas, que voten a favor de ambas.
El primer ministro es consciente del rechazo de los partidos de la oposición a la idea de la consulta, que bloquearía la posibilidad de un proceso electoral. De ahí la primera de las papeletas, con la que el líder nacionalista quiere tentar a los laboristas y liberales a considerar su apoyo al referéndum, ya que ambos partidos, a pesar de su oposición a la independencia, apoyarían mayores poderes para Edimburgo.
Salmond también sabe que los resultados en los comicios generales de mayo al Parlamento de Londres podrían determinar el desenlace del debate escocés, ya que los resultados que obtengan laboristas, liberales y conservadores podrían hacer de los parlamentarios escoceses en Londres la clave para la elección de un Ejecutivo en Londres y concederles la posibilidad de negociar el apoyo a la consulta con el partido que desee formar el Gobierno británico.
Oposición frontal
Pero hasta que se produzcan esas elecciones, Salmond deberá enfrentar la campaña en contra de la autodeterminación de los escoceses que protagonizan el resto de partidos en la oposición. Tavish Scott, de los Liberales Demócratas escoceses, acusa a Salmond de malgastar tiempo y dinero públicos. «No hay apoyo mayoritario en el Parlamento... No va a haber independencia», subrayó Scott. En la misma línea, Iain Gray, el líder laborista escocés, describió la propuesta como un «proyecto vanidoso».
Es precisamente la oposición frontal de estos partidos a la posibilidad de una consulta la ha forzado un cambio en los planes de Salmond, que había planeado introducir la propuesta de ley para el plebiscito el 25 de enero, de forma que la votación pudiera llevarse a cabo el 30 de noviembre, el día de San Andrés. Ante la posibilidad de que el Parlamento posicionara contra la legislación antes de un posible debate público, Salmond decidió presentar este borrador a la ciudadanía, para introducir el debate del futuro de Escocia en la esfera pública.
«El Gobierno escocés cree en la soberanía del pueblo... La gente quiere que nuestro Parlamento haga más. Y éste es el momento en que el pueblo puede decidirlo», afirmó Alex Salmond, primer ministro de Escocia.
El gobierno nacionalista escocés (PSN) planea constituir una comisión electoral especial que se encargaría exclusivamente de los procedimientos de cara al referéndum de autodeterminación para Escocia. La razón es que los ministros nacionalistas no desean depender de la Comisión Electoral británica, que se encarga de las elecciones al Parlamento de Westminster, en Londres.
Esencialmente, la actual comisión es responsable de la organización de consultas impulsadas por el Parlamento londinense, pero no tiene ninguna responsabilidad respecto a las convocatorias del Ejecutivo de Edimburgo.
En un intercambio de comunicaciones entre el Gobierno escocés y la comisión electoral británica, esta última expresaba sus dudas tanto sobre el texto de las papeletas como sobre los plazos para la votación.
Tanto conservadores como laboristas escoceses han manifestado su oposición ante la posibilidad de que se constituya esta comisión, y acusan al Gobierno nacionalista de Alex Salmond de intentar «amañar» el referéndum. Estos comentarios han sido rechazados por el ministro escocés de Educación, Mike Russell, quien ha aclarado que la constitución de una nueva comisión para esta consulta es «un procedimiento normal». S.G