«El Pirineo me está ofreciendo una temporada mágica»
PIRINEíSTA
Estamos ante unas actividades desatendidas por lo medios, y es que las grandes escaladas realizadas en las montañas más próximas parece que no «venden» como las internacionales. Sí, el pirineísta catalán sigue con su particular fiesta de solos integrales: «Titán» (M9) empalmando con la apertura de «Akelarre» (WI6) en Ardonés y repetición de «Blue Eyes» (600 m, WI5+/6, Ae/A1) en Bielsa.
Andoni ARABAOLAZA
Tosas vuelve de nuevo a estas páginas cargado de fundamentos consolidados, de nuevas aportaciones con autenticidad y label piranaico, de un saber estar digno para los tiempos actuales... El alpinista catalán, como bien se expresa en la siguiente entrevista concedida a GARA, nos plantea un cómo personal que incita a una transparente reflexión sobre una actividad que muchas veces no está bien atentida.
Si esas actividades se hubieran hecho en cordada ya serían una muy buena noticia, pero el hecho de hacerla solo y sin cuerda les añade, como sabe, un plus más. ¿Cómo contextualiza esa actividad dentro del pirineísmo?
Hacía tiempo que no vivía la magia del Pirineo blanco. Han sido varios años que el ámbito profesional me ha apartado de disfrutar cada uno de los momentos que estas montañas me han hecho vivir. Sin ir mas lejos, el Pirineo me ha hecho, en él aprendí a caminar, en él aprendí a escalar y en él he ido creciendo como alpinista y como persona. Un invierno no es cualquier cosa. Las vacas y las ovejas ya bajaron en otoño, y allí arriba no volverán hasta primavera. Los prados están blancos y los bosques son la morada de los duendes. Y gracias a la tabla y a los esquís he madurado solo en esos parajes llenos de soledad, una soledad que no sientes porque el paisaje te llena. Cómo no, los paseos se convirtieron en solos. Es como siempre, no lo buscas, sencillamente sucede. Y cuando las cosas suceden son naturales. Una vez realizadas ya no existen, y ya no tiene sentido hablar de ellas. Publicamos muchas veces para calmar a ese egocentrista que no podemos descabezar. Y creo, humildemente, que también publicamos cosas para que otros puedan vivir esas experiencies absurdas y vacías que nos han hecho ilusionar y llorar de alegría a los demás. Sería demasiado egoísta que no dejáramos o avisáramos a los demás de esas excepcionalidades en el tiempo que nos regala el Pirineo.
Con todo, el solo de «Titán» y «Akelarre» fue una fiesta en Ardonés, una fiesta entre carámbanos azules, agua y brumas; colores en una pared que he visto crecer como escuela. Y cuando escalaba «Akelarre» creía que estaba escalando una columna que ya había sido abierta. Goce que pude repetir cuando me enteré que nunca lo había sido.
Creo que en el Pirineo muchos escalan sin decir nada. Muchos lo hacen porque no lo necesitan; otros, en cambio, porque creen que no merece la pena. Decir es algo tan personal como escalar, y es quien lee quien decide si vale o no la pena. Para el que ha escalado, seguro que le ha valido, y eso y solo eso es lo que cuenta. Una gran ruta lo es por su estética, por su dificultad, por su mito. Nunca por el lugar. Cada ruta es un pedazo de la ilusion de una gente, de una cordada. Y nuestros Pirineos tienen historia, historia que ha hecho que nuestras tierras hayan dado a luz a grandes alpinistas. Pirene es madre de grandes himalayistas. Unos tiempos la gente está más motivada, otros menos. Quizas un año uno estira de los demás, y otros es otro quien lo hace.
Primero escala «Titán» (M9) y luego empalma con la apertura de «Akelarre» (WI6). Dry y luego hielo. Es decir, el objetivo fundacional del dry-tooling. No como ahora que en muchas ocasiones se escala con piolets y crampones en roca y luego no se sigue una línea de hielo que hay por arriba. ¿Cómo ve esta historia?
Para mí el dry-tooling no tiene sentido si no hay hielo arriba. En Ardonés puedo escalar sin él muchos días al año. Al igual que en el rocódromo, es simple entrenamiento. Pero la montaña es un todo indivisible, sin hielo no hay mixto; hay acrobacias con pies de gato. De todas formas este es mi pensamiento, mío e intransferible. Que cada cual haga lo que el cuerpo le pida. La montaña esta ahí para disfrutarla.
Salir de «Titán» sin empalmar con esa columna brutal que desafía la vertical y al agua que corre bajo ella era un sacrilegio. No veía en ese momento una sin la otra.
En general, los medios especializados estamos informando sobre otras actividades duras de solos integrales de alpinistas de Austria... Pero parece que nos "olvidamos" de los de casa. ¿Cuál es su reflexión?
Quizás nosotros escalamos -yo lo he hecho toda mi vida- y nunca, y digo nunca, a excepción de ti, una revista o un periodista me ha llamado. Siempre he tenido que ser yo quien dé a conocer mi escalada y luego ellos entran a trapo o no. A un periodista como tú le debo reconocer una profesionalidad de búsqueda de la noticia. Es como yo, busco a la cascada, espero el día, observo las condiciones, me preparo para poder saborear cada segundo sobre ella y luego tú me lo haces revivir. Quizás esa reflexión que me propones no me toque a mí, sino a otros periodistas. Creo que en el Estado español falta criterio en las noticias de los medios especializados.
Y también es cierto que viste mucho más hablar de los de fuera que de los de casa, y sobre todo en el panorama hermético estatal es menos problemático. Entiéndase lo que se quiera. Escala y sé feliz haciéndolo. Todo lo otro es suplementario por completo.
En la actualidad, la dificultad extrema en hielo es casi sinónimo de un especial peligro o compromiso. Sabemos, a diferecia de otras disciplinas, que el hielo se forma durante unos pocos meses, que es muy efímero y que la extrema dificultad es hoy en día escalar líneas que casi se caen o no tienen verdadero fundamento. Algunos que han escalado WI7+ dicen que es como casi escalar sin cuerda. ¿Sus solos en hielo van por ese camino?
Cada vez hay una mejor preparacion técnica y táctica por parte de los alpinistas. Cada vez conocemos mejor los sextos -tan míticos en su época- y el dry-tooling nos ha dado una nueva gestualidad de una riqueza inimaginable. Eso ha hecho evolucionar la ética y la estética del hielo. En el fondo escalar un sexto no difiere en exceso de escalar otro sexto. Es una actividad más repetitiva que la roca. Yo personalmente creo que se junta el buscar una nueva estética de escalada y el adentrarse en terreno desconocido (el alma del alpinismo). Cuando veo ciertos WI7 o WI7+ creo que esas vías salieron porque salieron así, que la cordada creía que sería menos y una vez en medio no hay vuelta atras. Hay WI5 que malformados son WI7 y WI7+, que con mucho hielo ha acabado siendo WI5. La magia del mundo es que nada es lo que parece ser y que hacemos que sea todo lo que imaginamos.
Por otro lado, en el panorama internacional se está tensado mucho el aspecto límite, los escaladores de élite comprometen mucho en los proyectos. Se ha hecho en todas las generaciones, pero ahora quizás con los medios informativos esas actividades son mucho más conocidas y nos sorprenden o sobrecogen.
Ya estamos en marzo y, a diferencia de la temporada pasada, apenas estoy escuchando actividades relevantes en el Pirineo. ¿A qué cree que se debe?
Quzás a un invierno que exige un buen conocimiento del Pirineo y de la nivología. Las meteos han sido muy cambiantes, las condiciones son muy peligrosas en muchas zonas y mucha gente no tiene una formacion demasiado profunda en gestión de riesgo invernal. Eso creo que hace que la gente sea prudente y no se meta en fregados. Y lo que si observo es que hay grandes masificaciones en las cascadas que aparecen en los blogs, pero en las que no se habla de ellas no hay nadie. Quizás debiéramos interpretar eso.
Usted, en cambio, está ahí ofreciendo un bonito recital. ¿Ha estado esperando con paciencia a que se formen esas líneas que lleva tiempo observando? ¿Verdaderamente hay condiciones excepcionales? ¿O qué le pasa?
Es un invierno mágico. Si hay buena nieve para free-ride no hay cascadas y al revés. Este invierno me ha regalado ya un montón de nuevas líneas de hielo y primeros descensos que no habían estado en condiciones. Diálogo, un diálogo muy especial con esos montes que están al lado de casa y son ellos los que me dicen donde ir. Además, si sigue así, ¡lo que queda aún!