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«No cabe otra solución que la división de Mosul»

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Khasro Goran
Cabeza de lista de la Alianza Kurda en Mosul

En vísperas de las elecciones generales iraquíes, el principal candidato kurdo por Mosul recibe a GARA en la sede que su partido tiene en el «último bastión» de la insurgencia iraquí. Entre otras cosas, Khasro Goran habla del conflicto entre kurdos y árabes en Mosul, de una guerra que parece endémica a su ciudad natal, y de una paz que, según dice, llegará con la división de la misma.

Karlos ZURUTUZA |

Se tarda una eternidad en recorrer en coche los últimos 1.000 metros hasta el centro de Mosul. Cientos de policías iraquíes forrados de kevlar son los culpables de convertir el tráfico en una monótona y exasperante caravana cuyo tránsito se interrumpe, durante minutos, cada pocos metros.

Ciertamente, nada que ver con el majestuoso caudal del Tigris en su viaje hacia el sur. A mitad de camino entre Diyarbakir y Bagdad, el río que llega desde Anatolia divide Mosul en dos; una metáfora de la dolorosa fractura perpetuada por la guerra entre antiguos vecinos.

Khasro Goran nos espera en la sede que el PDK (Partido Democrático de Kurdistán) tiene en la orilla oriental. Se trata de una fortaleza de hormigón que fue la central del Baath en la región hasta hace siete años. El partido de Saddam Hussein sería derrocado por las armas allá por 2003, pero si hay un lugar en el que sus seguidores son todavía legión, estamos en él.

Goran nos cuenta que ingresó en el PDK (Partido Democrático de Kurdistán) a la edad de 17 años y que fue guerrillero durante dos. Para cuando llegó a Suecia, donde pasaría once años de exilio, ya se había licenciado en Economía y Ciencias Políticas por la Universidad de Bagdad.

Su mujer y sus hijos viven hoy en Erbil «por razones de seguridad obvias». No en vano, Goran ha sobrevivido a ocho atentados directos desde que se dedica a esto, algo que no pueden decir varios de sus guardaespaldas. Los árabes son mayoría en Mosul, así que, muy probablemente, nuestro anfitrión hoy es el hombre más odiado de la ciudad más peligrosa de Irak.

¿Cómo espera usted que se desarrollen las elecciones del próximo domingo en Mosul?

Mosul es una provincia grande. Somos tres millones de habitantes de los que aproximadamente uno está llamado a votar. Quiero pensar que los comicios se desarrollarán con total normalidad y estoy convencido de que la participación no bajará del 60%. En cualquier caso, las medidas de seguridad se extremarán durante el próximo domingo 7 de marzo.

¿Y en cuanto a los resultados?

No habrá sorpresas. Los árabes suniés son mayoría en la provincia con un 55%, así que, presumiblemente, conseguirán algo más de la mitad de los votos. Los kurdos formamos un tercio de la población por lo que esperamos conseguir una cantidad proporcional de sufragios.

Su partido boicotea la vida política de la región desde enero del pasado año. ¿Por qué?

Los árabes suníes de la lista al-Hadba se hicieron con la victoria en la elecciones provinciales gracias a un discurso fuertemente antikurdo, y luego se negaron a formar Gobierno con nosotros, la segunda lista más votada. Nuestra coalición, la Hermandad de Nínive, estaba integrada por kurdos, cristianos y yezidíes, por lo que el sentido común nos decía que debíamos trabajar todos juntos para conseguir la paz en la región. Ahora mismo estamos intentando formar un Gobierno paralelo entre los 16 distritos y subdistritos gobernados por kurdos y cristianos que se niegan a plegarse a la nueva Administración local árabe suní.

Se habla de «guerra abierta» entre kurdos y árabes en Mosul. ¿Qué opina usted?

Históricamente, los lazos entre kurdos y árabes en Mosul han sido muy estrechos. En tiempos del Imperio Otomano, el vilayet (región) de Mosul incluía Dohuk, Erbil, Suleymania, así como otras localidades kurdas hoy en Turquía o Siria. En definitiva, las relaciones comerciales de Mosul han sido tradicionalmente con Kurdistán, no con Anbar o Salahadin.

Todos sabemos que hoy Mosul es la principal ciudad suní de Irak, mucho mayor que Falujah o Tikrit. En cualquier caso, no podemos hablar de una ciudad puramente árabe sino que se trata de una ciudad mixta. Los kurdos somos un 35%, pero no debemos olvidar al 5% de los cristianos, ni a la misma proporción de turcomanos. Es obvio que hoy existen muchas tensiones entre kurdos y árabes en Mosul pero la realidad es que nunca hemos luchado entre nosotros. La inmensa mayoría de las agresiones sufridas por los kurdos desde 2003 han sido a manos de al Qaeda y de antiguos miembros del partido Baath. No debemos caer en el error de identificar a la población árabe suní en su totalidad con los terroristas, muchos de los cuales proceden de otros países.

Sin embargo, usted no vacila en emplear términos como «limpieza étnica», ¿no es así?

Empleo el término adecuado. Más de 150.000 kurdos han abandonado la provincia de Nínive desde 2004, y sólo en el centro urbano han sido asesinados más de 2.500. Se trata efectivamente de una campaña de limpieza étnica que empezó ya durante el régimen de Saddam. Durante décadas, a los kurdos se nos prohibió tener una casa, muchas familias fueron deportadas y otras tantas trasladadas a centros urbanos, donde podían ser controladas más fácilmente. Asimismo, los kurdos yezidíes fueron censados como «árabes». Tras la caída del régimen de Saddam muchos de los deportados volvieron a sus pueblos y tuvimos las primeras elecciones en las que los kurdos pudimos acceder a cargos políticos. Eso es lo que nos convirtió en objetivo para los baathistas y Al-Qaeda.

¿Tiene usted pruebas de la presencia de Al-Qaeda en Mosul?

Hemos capturado a muchos militantes procedentes de Pakistán, Yemen, Arabía Saudí...Todos dicen pertenecer a la República Islámica de Irak que es, en definitiva, la filial de Al-Qaeda en Irak. Desgraciadamente, las fronteras de Irak son muy porosas por lo que resulta muy difícil contener el flujo de terroristas hacia nuestro territorio.

¿Se refiere usted a la frontera de Siria en particular?

Dejémoslo simplemente en «países vecinos».

Desde ciertos sectores se critica al PDK y al PUK, los dos partidos de la Alianza Kurda, de «olvidarse» de las minorías no kurdas de Mosul. ¿Qué opinión le merecen dichas afirmaciones?

En el caso de los yezidíes hablamos de una comunidad muy numerosa en Mosul pero desde ciertos sectores existe un descono- cimiento tendencioso y manipulado en lo que respecta a su origen. Tanto los shabak como los yezidíes son kurdos; es más, estos últimos han conservado la religión original preislámica de nuestro pueblo hasta nuestros días. Los cristianos concurrieron a las elecciones de 2009 con nosotros, dentro de la Hermandad de Nínive, y pidieron ayuda a Barzani para gestionar sus checkpoints de Bashika y Bartala, entre otros. La milicia cristiana recibe hoy un sueldo del Gobierno central kurdo. Por último, los turcomanos en Mosul no son ni mucho menos tan numerosos como en Kirkuk. Tan sólo son mayoría en la localidad de Tallafar y, que yo sepa, no ha habido ningún problema entre nosotros.

Kirkuk y Mosul son probablemente las dos ciudades más disputadas de Irak. ¿Ve usted algún paralelismo entre ambas?

Ambas ciudades están muy cercanas a la Región Autónoma Kurda y permanecen sujetas a la deseable ejecución del Artículo 140. En cualquier caso, se trata de casos muy diferentes. En Kirkuk conviven principalmente tres pueblos (árabes, kurdos y turcomanos), de los cuales nosotros somos la mayoría. Sin embargo, en Mosul somos dos grupos mayoritarios pero estamos en minoría frente a los árabes. Siempre hemos pedido que Kirkuk formara parte de Kurdistán, pero no así en el caso Mosul. Un tercio de la población de nuestra provincia desea integrarse en la Región Autónoma Kurda bajo el amparo del Artículo 140, pero no se contempla una tercera opción, la de una región independiente, como ocurre en el caso de Kirkuk. Nuestras opciones pasan por formar parte de Mosul bajo el control de Bagdad, o dividir la provincia e integrar dichas partes en la Región Autónoma Kurda.

¿Cuál es la clave para conseguir la paz en Mosul?

La paz en Mosul depende básicamente de la relación entre Bagdad y Erbil, sobre todo de la ejecución del Artículo 140 sobre los territorios disputados como Kirkuk y el nuestro. Se trata de un derecho que recoge la Constitución iraquí de 2005, pero que los nacionalistas árabes, apoyados por el Baath y Al-Qaeda, nos niegan. No pedimos la inclusión de la provincia de Mosul en Kurdistán, pero sí la de distritos y subdistritos en los alrededores de la ciudad. No cabe otra solución que la división de Mosul.

Por otra parte, debemos aclarar el estatus de los peshmergas en esta provincia, hoy desplegados únicamente en las áreas donde los kurdos son mayoría. La seguridad es ahora mejor gracias a una mayor coordinación entre los efectivos kurdos y la Policía iraquí. También tenemos checkpoints gestionados por peshmergas, policías iraquíes y soldados americanos en áreas previamente consensuadas por dichas fuerzas.

La retirada de las tropas de EEUU está prevista para este año en curso. ¿Cree usted que se cumplirán los plazos en Mosul?

No lo creo. Desgraciadamente, la seguridad aquí es mucho más frágil que en Kirkuk o Bagdad. Mosul será la última provincia iraquí que abandonen las tropas norteamericanas.

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«Más de 150.000 kurdos han abandonado la provincia de Nínive desde el año 2004 y sólo en el centro urbano han sido asesinados más de 2.500»

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«Mosul es una ciudad mixta. Pese a la mayoría árabe, los kurdos somos un 35%, sin olvidar al 5% de cristianos y a una proporción similar de turcomanos»

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«No pedimos la inclusión de Mosul en Kurdistán, pero sí la de distritos y subdistritos de los alrededores de la capital de mayoría kurda. No cabe otra solución que la partición»

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«Tras la caída de Saddam muchos deportados volvieron y tuvimos las primeras elecciones libres. Eso nos convirtió en objetivo para los baathistas y Al-Qaeda»

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